El lunes 20 de marzo Xi Jinping arribó a Moscú en el marco de una visita de Estado que se extendió hasta el miércoles 22. Fue el primer viaje que el mandatario oriental realizó fuera de su territorio tras ser reelecto presidente de la República Popular China por tercera vez consecutiva. A su vez, le extendió una invitación al presidente ruso y al primer ministro de Rusia, Mijaíl Mishustin, para que asistan al Tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional que se realizará en China este año.
La profundización de la asociación estratégica
A su llegada a la capital rusa Xi Jinping y Vladimir Putin mantuvieron una reunión informal que se extendió por más de cuatro horas en las que repasaron el vínculo bilateral y evaluaron la propuesta china para la solución del conflicto en Ucrania, en un diálogo ameno en el que el Xi trató de “querido amigo” a Putin y afirmó que le era “un placer” estar de regreso en Rusia. Recordemos que es su octava visita a territorio ruso desde su primera elección como presidente hace 10 años. Una vez finalizado el encuentro, el mandatario ruso escoltó personalmente a Xi Jinping hasta su coche.
El día 21 se dieron las dos reuniones oficiales: primero en un formato limitado y luego uno extendido, tras lo cual procedieron a la firma de dos importantes acuerdos: la “Declaración Conjunta entre la República Popular China y la Federación Rusa sobre la Profundización de la Asociación de Coordinación Estratégica Integral en la Nueva Era” y la “Declaración Conjunta del Presidente de la República Popular China y el Presidente de la Federación de Rusia sobre el Plan de Desarrollo Pre-2030 sobre Prioridades en la Cooperación Económica China-Rusia”. Tras la firma, ambos jefes de Estado brindaron una conferencia de prensa en la que resaltaron aspectos clave de la relación bilateral. Los repasamos a continuación:
7 puntos de las declaraciones de Vladimir Putin
- Los lazos entre Rusia y China son duraderos, amistosos y reflejan el vínculo entre ambas naciones, el diálogo sostenido fue fructífero, significativo y franco y se dieron en un ambiente cálido, amistoso y constructivo.
- A pesar de los efectos de la pandemia y las sanciones, el intercambio comercial entre ambos países alcanzó la cifra récord de 185 mil millones de dólares, a la espera de superar la cifra de 200 mil millones de dólares durante el año en curso y con el objetivo de duplicar el comercio bilateral.
- Rusia está dispuesta a apoyar a las empresas chinas para que sustituyan a las empresas occidentales que abandonaron su territorio y a crear un organismo conjunto para desarrollar la Ruta Marítima Septentrional, con la intención de edificar activamente corredores internacionales de transporte y logística.
- La cooperación energética entre Rusia y China está en expansión, la cooperación en el ámbito energético atómico con fines pacíficos avanza a buen ritmo y las empresas rusas pueden satisfacer las crecientes necesidades de energía del gigante asiático.
- Hay que continuar con la promoción de la práctica de pagos en monedas nacionales y apoyar el uso del yuan en el comercio con Asia, América Latina y África.
- La propuesta china para alcanzar una solución al conflicto en Ucrania es respetable y algunos puntos pueden servir como base para un acuerdo, pero es necesario que Occidente y Kiev estén dispuestos a negociar, lo que aún no parece posible.
- Rusia apoya firmemente a China en la defensa de sus intereses legítimos en cuestiones relacionadas con Taiwán, Hong Kong y Xinjiang, la felicita por ayudar a lograr con éxito resultados históricos en las conversaciones entre Arabia Saudita e Irán en Beijing, aprecia que sostenga una posición objetiva e imparcial en los asuntos internacionales y respalda la Iniciativa de Seguridad Global, la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa de Civilización Global.
7 puntos de las declaraciones de Xi Jinping
- China y Rusia son el mayor vecino el uno del otro y desarrollar relaciones de buena vecindad a largo plazo con Rusia es coherente con la lógica histórica y una opción estratégica de China que no cambiará bajo ninguna circunstancia.
- Desde la primera visita de Estado a Rusia hace 10 años, ambos países disfrutaron de respeto, confianza y beneficio mutuo, las relaciones no dejaron de crecer y tornaron característicamente más integrales, prácticas y estratégicas.
- En comparación con 10 años atrás, el volumen comercial bilateral entre China y Rusia creció más del 116%.
- Se acordó fortalecer el diseño coordinado y la planificación desde el máximo nivel, aumentar el comercio en materia energética como también en cuanto a recursos y productos electromecánicos, fortalecer la resiliencia de las cadenas industriales y de suministro, aumentar la cooperación en ámbitos como la tecnología de la información, la economía digital, la agricultura y el comercio de servicios, fomentar la complementariedad y el desarrollo sincrónico entre el comercio tradicional y los sectores emergentes de cooperación y hacer más fluidos la logística y el transporte transnacionales.
- Resulta importante promover el intercambio cultural y de pueblo a pueblo, como los Años de Intercambios Deportivos entre China y Rusia y el movimiento de personal entre los dos países.
- Los cambios no vistos en 100 años se están produciendo más rápidamente, el equilibrio de poder internacional está experimentando un profundo cambio y Rusia y China tienen la responsabilidad de promover una gobernanza global en línea con las expectativas de la comunidad internacional, en pos de la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad.
- Sobre el conflicto en Ucrania, China se adhiere a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y promueve activamente el restablecimiento de las negociaciones y de la paz. Siempre abogamos por la paz y el diálogo y estamos firmemente en el lado correcto de la historia.
El mandatario chino, previo a su visita, ya había publicado un artículo en los medios rusos ‘RIA Novosti’ y ‘Rossyskaya Gazeta’ titulado “Avanzar con paso firme hacia nuevas perspectivas de amistad, cooperación y desarrollo conjunto entre China y Rusia” en el que afirmaba que “ambos países aplican políticas exteriores independientes y autónomas y consideran sus relaciones como una prioridad diplomática de primer orden” y que “están dando pasos efectivos hacia una auténtica multipolaridad, promoviendo los valores humanos y abogando por el establecimiento de un nuevo tipo de relaciones internacionales”. En este sentido, en su encuentro los presidentes señalaron que, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, seguirán trabajando con la comunidad internacional para defender firmemente las normas básicas de las relaciones internacionales basadas en los propósitos y principios de la Carta de la ONU. Sobre esto, Xi Jinping afirmó que se reforzará la cooperación bilateral en las estructuras multilaterales, como la Organización de Cooperación de Shanghái, el BRICS y el G20.
En resumen, lo que este encuentro nos permite observar es la firme decisión por parte de China de sostener su respaldo a Rusia y abrazarla como una socia vital para la consecución de sus objetivos en pos del rejuvenecimiento nacional, la modernización con peculiaridades chinas y la promoción de una humanidad de destino común. Con vistas, claro está, a tener blindada su retaguardia ante la posibilidad real de un enfrentamiento en el estrecho de Taiwán ante las incesantes muestras de que EE.UU. solo respalda el principio de “Una sola China” en apariencia, mas no en hechos reales. En tanto que Rusia encuentra en el gigante asiático la posibilidad de direccionar y traccionar recursos e inversiones ante la anulación de los canales comerciales con sus otrora “socios” occidentales. Ambos mandatarios dejaron en claro que sostendrán sus respectivas perspectivas con el objetivo de impulsar unas relaciones internacionales que contemplen en su núcleo el respeto mutuo y la escucha atenta respecto de las legítimas preocupaciones de seguridad de cada uno de los actores que componen la esfera global, siguiendo el concepto de “seguridad indivisible”.
El verdadero multilateralismo y el conflicto en Ucrania
En efecto, la visita de Xi puede entenderse en el marco de su búsqueda por construir un “verdadero multilateralismo” basado en la igualdad de todos los países y la posibilidad de que cada uno se dé a sí mismo su propio camino de desarrollo, teñido de las propias peculiaridades culturales y regionales. El contraste es claro con la forma en que China entiende que EE.UU. se condujo en la arena internacional: una forma de política que utiliza para preservar y acentuar su dominación hegemónica basada en el unilateralismo, la división regional, la política de bloques, el conflicto, la competencia y la interferencia en los asuntos internos de otros países. En este sentido, el día 20 de marzo, a 20 años de la invasión de EE.UU. a Irak, China publicó un documento titulado “El estado de la democracia de los Estados Unidos 2022” en que fustiga la hipocresía estadounidense como líder global.
Queda claro que la visita de Xi Jinping se produce en medio del conflicto abierto entre Rusia y Ucrania, lo que suscitó la crítica de algunos actores de la política occidental puesto que el presidente chino no condenó públicamente esta agresión. Sin embargo, hasta el momento, la postura china sobre este conflicto se basó en llamamientos al respeto de los principios de la ONU, al diálogo entre las partes y a la búsqueda de una resolución pacífica que hiciera lugar a las legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes involucradas, tal como se desprende de “La posición de China respecto de la solución política de la crisis de Ucrania”. A pesar de que China no está alineada a la decisión rusa de invadir el territorio ucraniano, sí entiende que las percepciones de amenaza a la propia seguridad que Putin enarboló y expresó desde el golpe de Estado que se le hiciera en 2014 al entonces presidente ucraniano Víctor Yanukovich fueron absolutamente ignoradas por la OTÁN y aliados. China, por tanto, sostiene que su postura fue y es “objetiva e imparcial”, en tanto aboga por una solución diplomática al conflicto basada en el concepto de seguridad común, global, cooperativa y sostenible. ¿Será suficiente?