Las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial culminaron con una proyección a la baja del crecimiento económico a partir de la incertidumbre por la política arancelaria de Trump. Se desarrollaron los 100 días del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos con grandes transformaciones a nivel local y global. Canadá elegirá a su nuevo primer ministro con Mark Carney como favorito en las encuestas. Conmovedora despedida de Francisco y su legado y proyecciones sobre el cónclave que definirá el nuevo rumbo de la iglesia católica.
Por Federico Montero y Pablo Macia
El FMI prevé una desaceleración del crecimiento económico
Las reuniones de primavera del FMI culminaron este fin de semana con proyecciones a la baja respecto a las previsiones de enero del 2025. La principal causa de esta modificación se debe a la incertidumbre global generada por la política de arancelamientos iniciada el 2 de abril por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. En efecto, el informe sobre Perspectivas de la Economía mundial afirma que la tasa arancelaria efectiva de Estados Unidos aumentó por encima de los niveles de la Gran Depresión. A esto se suman las contramedidas de los demás países del globo, para aumentar considerablemente la tasa mundial. En ese contexto el FMI prevé una reducción del crecimiento mundial a un 2,8% para este 2025 y de un 3% para el 2026, que representa una baja de 0,8 puntos porcentuales respecto del pronóstico de enero de este año. El organismo también realizó otra proyección, teniendo en cuenta como hipótesis la suspensión de aranceles de abril, que llevaría el crecimiento mundial a un 3,2% para este año y el próximo. En cuanto a las proyecciones del crecimiento del comercio mundial, el organismo estima un 1,7% para 2025, lo que es más bajo aún que el crecimiento económico.
Desglosado por regiones, el informe indica que Estados Unidos crecerá a un 1,8%, 0,9 puntos porcentuales menos que en la estimación de enero. La explicación es que los aranceles generan una reasignación a la producción de artículos menos competitivos, con la consecuente perdida de productividad agregada y la producción a precios más altos. Así, la inflación aumentaría de un 2 a un 3% anual para el 2025.
Por su parte, se prevé que China alcance un crecimiento del 4% de su PBI con una caída de 0,6 puntos porcentuales. Es que -según el informe – los aranceles reducen el stock de demanda internacional a pesar de los intentos por redireccionarse hacia otros mercados.
En la zona euro, la estimación de crecimiento es de 0,8% para el 2025, con Alemania manteniéndose sin crecimiento durante este año. Por su parte, las economías emergentes crecerán a un promedio del 3,7%, con un 0,5% menos que la proyección de enero.

Entre los principales problemas para el crecimiento del PBI mundial se encuentra que la mayoría de los bienes que se comercian internacionalmente son insumos intermedios que conforman cadenas globales de valor. Por lo tanto, los aranceles encarecen los costos y la logística de la gran mayoría de bienes producidos tanto a fuera como dentro de los países. Por otro lado, la incertidumbre global genera una mayor retracción en el financiamiento y la inversión, afectando la actividad económica. Además, en el mediano plazo, el dólar puede depreciarse en términos reales si Estados Unidos mantiene una menor productividad en los bienes transables producidos localmente.
El informe plantea que las posibilidades de mejora para el crecimiento económico mundial estarán dadas por la conformación de acuerdos comerciales que reintegren la certidumbre para la inversión y la producción. Además, Europa debería invertir en nueva infraestructura para acelerar la productividad y el crecimiento. China debería aumentar su apoyo a la demanda interna mientras que Estados Unidos tendría que reforzar la consolidación fiscal.
Las recomendaciones del FMI en este escenario cuentan en primer lugar con el restablecimiento de reglas comerciales claras y estables, a partir de acuerdos de mutuo beneficio. Para enfrentar a la inflación, el FMI continúa sugiriendo que los países que tengan presiones sobre los precios necesitarán mantener una fuerte contracción monetaria que contribuya a bajar la demanda. El organismo continúa pregonando la independencia de los bancos centrales para sostener “la credibilidad” de la política monetaria. También promueve la flotación libre de las divisas como forma de regulación en el mercado cambiario. El informe también hace hincapié en la reformas fiscales y estructurales para reasignar recursos, aprovechando las infraestructuras digitales y las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial. Entre esas reformas se encuentran como las principales las del achicamiento del personal estatal, las reformas previsionales para ampliar la edad jubilatoria y la quita de subsidios a la energía. El capítulo 2 del informe vuelve a la carga con una reforma previsional que alivie las presiones fiscales, promoviendo el “envejecimiento saludable” para que los adultos mayores y las mujeres permanezcan más tiempo en el mercado de trabajo. Por su parte, el capítulo 3 promueve políticas de integración de los migrantes y refugiados para que contribuyan a los aumentos de productividad a partir de la formación en competencias laborales.
En suma, el FMI continúa promoviendo una política fiscalista, basada en el ajuste estructural y en un remedo de las políticas de austeridad como las impulsadas luego de la crisis del 2008. Las consecuencias de estas medidas continúan siendo el grave costo social que implican en países y poblaciones de renta baja o media que ya vienen de años de deterioro en su calidad de vida.
Se cumplieron los primeros 100 días de gobierno de Trump con transformaciones locales y globales
La segunda administración de Donald Trump cumplió los primeros 100 días y los medios de comunicación mundiales se hicieron eco de sus principales medidas que patearon el tablero de la política local y mundial. Trump puede jactarse de haber aplicado sus propuestas y los ciudadanos norteamericanos están sorprendidos de la velocidad con la que lo ha hecho. En efecto, las principales propuestas de campaña tales como una dura política migratoria, el recorte de los puestos de trabajo federales o las inusitadas políticas de arancelamiento y la ruptura del tradicional marco de alianzas con los países occidentales han sido impulsadas durante este corto período con consecuencias aún imprevistas.
En materia local, Trump puso a Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) para impulsar un fuerte recorte generalizado en la administración federal, tanto en programas sociales, de salud, seguridad social y educación, entre otros. Pero la promesa de ahorrar alrededor de 1 billón de dólares a partir del recorte de esas áreas parece haber sido exagerada y finalmente la previsión que tiene es la de alcanzar unos 150 mil millones. Las consecuencias sociales de estos recortes son el deterioro de la calidad de vida de las poblaciones más necesitadas del país. Por otro lado, Trump impulsó una fuerte política antiinmigratoria, en la que incluso se apoyó bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para expulsar a migrantes sin un debido proceso. Las deportaciones a diversos países de América Latina se complementan con las realizadas hacia El Salvador, donde funciona una mega cárcel para supuestos pandilleros pero en la que han sido deportados inmigrantes indiscriminadamente. Este tipo de medidas también le han valido una conflictiva relación con el poder judicial, que le ha exigido respetar diversas garantías constitucionales. En su gobierno, Trump también se ha saltado instancias en el Congreso a pesar de tener mayoría en ambas cámaras. Así, el magnate neoyorquino parece querer gestionar el país como el CEO de una empresa, saltándose las instancias institucionales que corresponden al sistema republicano.

En cuanto a las políticas culturales, educativas y mediáticas, Trump ha reducido los presupuestos en todas esas áreas aduciendo que sólo contribuían a una agenda “woke” que va en contra de los valores tradicionales del país. Así, ha confrontado con artistas, periodistas, medios de comunicación y hasta Universidades prestigiosas del país, construyendo una comunicación alternativa basada en las redes sociales y el apoyo de los poderosos empresarios tecnocapitalistas.
Otro punto central en la agenda de Donald Trump ha sido el intento de relanzar a Estados Unidos como potencia industrial, luego del declive generado por la globalización neoliberal que deslocalizó la producción orientándola fundamentalmente a los mercados asiáticos. Frente a ello, Trump instauró aranceles generalizados como forma de negociar nuevos acuerdos que mejoren la balanza comercial de Estados Unidos y fomenten la relocalización de empresas e inversiones en el país. También dio por terminada la inversión en nuevas energías verdes y relanzó la producción de hidrocarburos en lo que llamó “el nuevo dominio energético” en el mercado global. Así, Trump se alejó de los acuerdos de París sobre el combate al cambio climático, quitando regulaciones a las energías fósiles y otras industrias contaminantes.
Además de la política arancelaria, en materia internacional, las principales novedades de su nuevo mandato, sintetizado en “América primero” fueron las de reducir el apoyo a la OTAN y a Kiev en la guerra en Ucrania frente a Rusia. También lo fueron los intentos de forzar “la paz en medio oriente” sugiriendo que la población palestina en Gaza se exilie para construir una “nueva Riviera de oriente” en la región. La administración de estados unidos ha prometido resolver la paz en Ucrania, la Franja de Gaza e incluso garantizar el acuerdo nuclear con Irán con gestiones en todos esos frentes pero sin avances considerables hasta el momento.
Trump también fue provocativo en sugerir la anexión de Groenlandia (perteneciente a Dinamarca) de Canadá como estrella 51 y del canal de Panamá. Todas estas declaraciones son parte de un estilo característico en Trump de “golpear y negociar” que hasta el momento le ha valido una posición de liderazgo activo pero con resultados aún impredecibles.
Se desarrollan las cruciales elecciones federales en Canadá
Con alrededor de 29 millones de ciudadanos habilitados para votar, se desarrollan este lunes 28 de abril, las elecciones federales en Canadá para encumbrar al nuevo primer ministro del país. Los principales candidatos son el actual primer ministro del Partido Liberal de Canadá, Mark Carney, y el líder del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre. Carney se mantiene primero en los sondeos previos con alrededor de un 42% y una diferencia de 5 puntos sobre el 37% de Poilievre. Esta situación implica una remontada impresionante del Partido Liberal, ya que el 6 de enero cuando Justin Trudeau anunció su renuncia, los conservadores aventajaban por más de 20 puntos al partido de gobierno y Poilievre ya se veía como el futuro primer ministro. El líder del partido conservador asociaba su imagen a la de Donald Trump, con la propuesta de “Canadá primero”, la reducción de impuestos y los gastos del estado en programas y burocracias. De esta forma capitalizaba el descontento de la población frente a los 10 años de la administración liberal. Pero las políticas de arancelamiento de Donald Trump de un 25% al acero, el aluminio y las autopartes canadienses, más las provocativas declaraciones de anexión de Canadá generaron una reacción nacionalista de la ciudadanía frente a Estados Unidos. Así, Poilievre ha perdido adherentes que lo asocian a la imagen de Trump y se ha visto obligado a despegarse de la comparación con el presidente norteamericano.

Alrededor de 7 millones de canadienses ya han asistido a los centros de votación anticipada, que se habilitaron entre el lunes 21 y viernes 25 de abril, lo que implica un 25% más que en las elecciones del 2021. Este lunes culminarán las elecciones para los 343 diputados que elegirán al nuevo primer ministro.
Mark Carney es un destacado dirigente bancario que estuvo al mando del Banco Central de Canadá durante la crisis financiera del 2008 y que también dirigió el Banco de Inglaterra durante el Brexit. Por ello se presenta como un piloto de tormentas que puede capear la crisis de la política arancelaria con Estados Unidos. También ha sido más enfático en cuestionar las políticas de Trump y de buscar alianzas con las demás potencias occidentales como alternativa al arancelamiento de Estados Unidos.
Por su parte, Pierre Poilievre fue el parlamentario más joven de Canada en 2004 y es un político de carrera que participó en el gobierno conservador entre el 2006 y el 2015. Su propuesta es reducir impuestos para fomentar la producción nacional frente a los aranceles norteamericanos. También está en contra de la agenda contra el cambio climático que promueven los liberales.
En las últimas horas del día se conocerán los resultados de esta elección crucial para el pueblo canadiense.
Una multitud despidió a el Papa Francisco
El sábado 26 de abril una multitudinaria manifestación de alrededor de 400 mil personas despidió al Papa Francisco en la Plaza de San Pedro y la Vía de la conciliación en la entrada al Vaticano. A la ceremonia también asistieron delegaciones de 148 países y alrededor de 50 jefes de Estado. El cardenal Giovanni Re, afirmó en la homilía de las exequias que Francisco “tuvo en el corazón de su pontificado a los desheredados, los migrantes y a aquellos que sufren por las guerras” y que por ello defendía la cultura del encuentro frente a la del descarte. El carácter austero de su pontificado en el que se mostraba como un “pastor con el mismo olor que sus ovejas”, culminó con la sobriedad del féretro y el entierro en la basílica de Santa María la Mayor, fuera del Vaticano. Así Francisco, culminó su papado demostrando estar más cerca de la prédica de Jesús frente a los pobres y humildes, que del ornamento tradicional de la iglesia en el que despedían al sumo pontífice como a un emperador.

Como primer Papa de Latinoamérica, la prédica de Francisco para llevar la iglesia a los distintos pueblos y culturas del mundo permitió la adhesión masiva a la fe cristiana en muchas regiones de la periferia, tales como África y Asia, y fortalecer otras regiones como América y Europa. Esa extensión de la representación de la iglesia católica en los confines del mundo se vio reflejada en la representación cardenalicia de los 133 electores que votarán al nuevo pontífice en el 267° cónclave que se iniciará el 7 de mayo. La composición cardenalicia se da con una mayoría de 51 europeos, seguido por 23 asiáticos, 21 latinoamericanos, 18 africanos, 16 norteamericanos y 4 de Oceanía. Pero además de la procedencia, las diversas líneas se encuentran entre los sectores más progresistas o más conservadores dentro de la iglesia. Entre los primeros están aquellos que más han apoyado las reformas de Francisco, vinculadas a una apertura de la iglesia católica a la multiculturalidad, al intercambio ecuménico y a las comunidades laicas a partir de la cultura del encuentro y el tender puentes. Desde los sectores más conservadores, se encuentran los que han cuestionado a Francisco en su aperturismo, y pretenden recuperar la liturgia y las tradiciones eclesiásticas. En ese contexto se desarrollarán las tensiones, negociaciones y equilibrios que determinarán el carácter y el nombre del nuevo pontífice de la iglesia católica.