En un mundo en el cual la política está fuertemente personalizada, los discursos de los líderes mundiales tienen un peso específico considerable sobre la formación de la opinión pública. Sus intervenciones se dan además en el marco de una vertiginosa y dramática cantidad de datos y discursos que emanan de distintas fuentes, a veces de dudosa autoridad. Sin embargo, no siempre los líderes buscan aportar claridad sino que contribuyen a generar una mayor confusión informativa. Tomando en cuenta este escenario, el estudio “La Argentina ante un mundo en pandemia” seleccionó un set de cuatro políticos globales para evaluar qué grado de conocimiento y cómo estos son percibidos en el Área Metropolitana de Buenos Aires en medio de la pandemia. Se trata de un intento por medir el impacto de la matriz comunicacional que ataca las políticas sanitarias de cuidado.
Este reciente estudio impulsado por el Observatorio del Sur Global en conjunto con la consultora Analogías, indaga específicamente sobre la imagen de cuatro líderes mundiales; Vladimir Putin, Donald Trump, Jair Bolsonaro y Joe Biden, a la luz de sus intervenciones y acciones para paliar los efectos del Covid19 en sus respectivos países, pero que tienen, a su vez, efectos sobre otros puntos del globo.
En la valoración que manifestaron los encuestados sobre los cuatro líderes es determinante el modo en que estos se han posicionado ante la situación de doble crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia. En términos generales se percibe una valoración positiva entre los consultados con respecto a la imagen de aquellos líderes que han enunciado un discurso orientado a un Estado fuerte en políticas de cuidado y reactivación económica frente a la pandemia, y una tendencia contraria entre quienes desalentaron ese tipo de medidas.
Puntualmente, la valoración de los cuatro líderes es destacada en los casos de Joe Biden y Putin, contrariamente a la estimación negativa de Bolsonaro y Trump. Así, quien goza de mejor imagen es Biden, que a pesar de tener un conocimiento menor, cuenta con una evaluación muy positiva del 71,3%. En gran medida se explica por contraposición a Trump y por la trascendencia del paquete de reactivación económica que impulsa quien es hoy el 46° presidente de Estados Unidos. Por su parte, Vladimir Putin también logra que esta valoración sea superior a las consideraciones negativas, ya que el 57,7% de los encuestados tiene una opinión positiva sobre el líder ruso. Los índices a favor de Putin sin dudas son coincidentes con la percepción positiva de la colaboración de la Federación Rusa en el suministro de la Vacuna Sptunik V y el posterior acuerdo para su fabricación en el país.
Mientras tanto, Bolsonaro y Trump, dos presidentes que asumieron discursos contrarios a las principales medidas de cuidado durante la pandemia -como el uso de máscaras, el distanciamiento y aislamiento social, o incluso respecto a la vacunación-, y avanzaron con posiciones críticas respecto a la intervención del Estado como actor clave para paliar sus efectos, superan las evaluaciones negativas por sobre la positiva. En primer lugar se ubica el presidente de Brasil con un 75.5% de imagen negativa y luego el expresidente norteamericano con 72,7%.
En términos de nivel de conocimiento de los cuatro líderes, los encuestados manifestaron conocer más al expresidente norteamericano Donald Trump, quien tras cuatro años de mandato en los Estados Unidos, es muy conocido por los consultados (86,8%). A Trump lo secunda de muy cerca el actual presidente de Brasil, Jair Mesía Bolsonaro, quien es ampliamente conocido (84,1%) por los encuestados. En tercer lugar se ubica el presidente de Rusia, Vladimir Putin (71,4%), y luego, en la última posición, está el presidente estadounidense, Joe Biden (62,7%), que si bien tiene presencia en la escena pública por ocupado cargos -desde Senador hasta la vicepresidencia de Barack Obama- su mayor grado de exposición se dio a partir de su asunción el pasado 20 de enero.
En todos los casos, como es habitual, los niveles de conocimiento crecen entre los encuestados de mayor nivel de instrucción y tendencialmente entre los más jóvenes. También hay un leve incremento del conocimiento entre hombres por sobre las mujeres y entre quienes viven en la Ciudad de Buenos Aires por sobre la provincia. Más precisamente, de la encuesta se desprende que los cuatro líderes tienen un nivel mayor de conocimiento entre los hombres consultados que entre las mujeres (de 5 a 8 puntos porcentuales de diferencia según el caso); más entre los jóvenes que entre los adultos mayores (entre 14 y 20 puntos porcentuales de diferencia); son más conocidos por los universitarios que por los que tienen primario completo (entre 20 y 30 puntos porcentuales de diferencia); y en términos territoriales, son más conocidos en la CABA que en el GBA (entre 5 y 14 puntos porcentuales de distancia).
En síntesis, la matriz comunicacional que ataca las políticas sanitarias de cuidado es una tendencia mundial y es el sustento de la derecha política. En Argentina se manifiesta es instigada por poderes económicos concentrados y articulada con una ingente prédica en determinados medios de comunicación, atentando abiertamente contra los esfuerzos por contener los efectos de la pandemia. Sin embargo, a partir de este estudio, se observa que la mayor parte de los consultados tienen una valoración positiva de aquellos líderes que sí han alentado políticas de cuidado frente a los que las han desalentado desde el primer momento. Es posible concluir que los consultados no necesariamente han asumido esa matriz informativa por completo y persiste un sentido crítico a la comunicación que ha buscado el descrédito a las vacunas, la insistencia con el malestar lógico que generan las medidas de aislamiento, la no utilización de barbijos, hasta la promoción de noticias falsas sobre aspectos sensibles buscaron mellar la confianza sobre las medidas sanitarias.