Observatorio del Sur Global

Análisis de la gira de la comitiva argentina por China

Federico Montero
Federico Montero
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Entre las urgencias de la coyuntura y las definiciones estratégicas. Las negociaciones en el capítulo económico: ampliación del swap, ingreso al banco de los BRICS en agosto e inversiones en infraestructuras. La necesidad de regular la explotación del litio. ¿Es posible profundizar la relación con China y evitar la reprimarización? Capítulo político-estratégico: Argentina bajo tres fuegos ¿podría su ingreso en los BRICS ser parte de una solución de largo plazo? Mao, Perón y las posibilidades para construir un camino de desarrollo con características argentinas. La columna del @observatoriodelsurglobal con Federico Montero en ‘Diálogo Internacional’, junto a Atilio Borón, Telma Luzzani y equipo. Somos Radio AM530.

Entre las urgencias de la coyuntura y las definiciones estratégicas

Por Federico Montero

La semana pasada tuvo lugar la gira por China de la comitiva argentina integrada por el ministro de Economía Sergio Massa, el diputado nacional y presidente del PJ bonaerense Máximo Kirchner, la presidenta de la Cámara de Diputados de la Nación Cecilia Moreau y autoridades del Banco Central. Fue una visita que se extendió por casi 5 días y puede dividirse en dos momentos: el primero en la ciudad de Shanghái, corazón económico-financiero de China, que vio su gran crecimiento a partir del proceso de apertura económica iniciado a fines de la década de 1970 de la mano de la perspectiva estratégica de Deng Xiaoping. El segundo momento fue en la ciudad de Beijing.

La primera etapa de la gira estuvo centrada fundamentalmente en la agenda económica, que a su vez puede subdividirse en tres dimensiones: una financiera, otra de inversiones estrátegicas y productivas y una última, comercial.

La dimensión financiera se centró en dos cuestiones clave. Por un lado, la cuestión del swap con China, es decir, la posibilidad de que el Banco Central de Argentina pudiera ampliar la disponibilidad de yuanes en las reservas de divisas y así tener más oxígeno para afrontar las demandas internacionales. En este caso, se pudo duplicar la cantidad de yuanes. Por otro lado, el financiamiento de las importaciones y exportaciones entre Argentina y Brasil para que pudieran realizarse en pesos y reales. En un principio se esperaba que fuera Brasil quien financiase este intercambio comercial, pero se complicó debido a que Lula tiene restricciones internas en el marco de su gobierno producto de las debilidades que su coalición encuentra en el Congreso, sumado a que el Banco Central de Brasil es conducido por un representante del bolsonarismo. Entonces, lo que se ideó es que fuera el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS quien lo financiase, en cuya presidencia se encuentra la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Esta posibilidad estaba dada por el hecho de que el 30 y 31 de mayo se reunían los gobernadores del NBD para modificar el estatuto que permitía financiar a países que no son parte del banco, lo que finalmente no se pudo lograr. Esta noticia estalló en el marco de la gira y generó una cierta desazón por las expectativas que se crearon alrededor de la posibilidad. Sin embargo, sobre el final de la gira apareció una solución política que es superadora e implica el ingreso directo de la Argentina al NBD. De esta manera, el país podrá contar con la posibilidad de obtener ese financiamiento. Este ingreso se haría efectivo en agosto, durante la cumbre de los BRICS.

Respecto de la dimensión de inversiones estratégicas y productivas, el foco se encontraba en destrabarlas. Esto, debido a que, por ejemplo, estaban en carpeta las dos represas hidroeléctricas cuya construcción firmó Cristina Fernández de Kirchner en 2015. Son ocho años de retraso en relación a la implementación de ese financiamiento para un proyecto que es clave en materia de energía, uno de los principales déficit que tiene hoy la argentina y que explica la necesidad de divisas. Si bien se habla de la solución de este problema de la mano de Vaca Muerta, teníamos otra, al menos parcial, desde hace muchos años pero que de alguna forma u otra quedó aplazado. En la etapa de Macri se postergó indefinidamente y durante el actual gobierno de actual de Alberto Fernández no no fue posible agilizar el compromiso de avanzar con ambas construcciones. Otras inversiones muy importantes en carpeta en materia de infraestructura son la ferroviaria, para el tendido eléctrico y de tratamiento de aguas cloacales para el conurbano bonaerense. Son elementos que tienen un impacto directo en la vida cotidiana de las personas, en términos estratégicos.

La dimensión comercial está relacionada a las exportaciones de litio. China es un jugador importante a nivel global en esta materia. En Argentina se esperan cambios en la regulación sobre este mineral. Hay una propuesta para avanzar en una coordinación para su extracción e industrialización. Lamentablemente estamos lejos en lo inmediato de una empresa nacional del litio como quisiéramos, pero es un interés muy grande de las empresas chinas.

La segunda etapa de la gira, que se dio en Beijing, estuvo centrada en otro capítulo: el político-estratégico. Aquí el punto central fue la firma del Plan de cooperación para promover conjuntamente la construcción de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que en palabras del embajador Argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, “es el documento de cooperación más importante entre nuestros países”

El plan implementará plenamente el importante consenso alcanzado por los líderes de ambos países sobre la promoción del desarrollo de alta calidad de la iniciativa y profundizará la colaboración en áreas como infraestructura, energía, economía y comercio, y finanzas y cultura.

También hubo gestos políticos de un nivel de significación relativamente importante. Fue el primer viaje que hizo Máximo Kirchner al exterior, en esta ocasión acompañando a la delegación de Sergio Massa. Hubo una serie de reuniones de nivel político con varios representantes del gobierno chino y una serie de declaraciones que se dan en un contexto político delicado en la Argentina, tanto en materia externa e interna. Un alto dirigente del gobierno chino mencionaba que nuestro país estaba bajo tres fuegos: de los dólares, de las armas y de la energía. Y el desafío es ver cómo se hace posible resolver esta situación.
Máximo Kirchner realizó una serie de declaraciones destacables. Por un lado, la manera en la que China entiende la cooperación internacional, en un sentido de respeto a la orientación político ideológica de los países. Por supuesto que China defender busca sus intereses y los hace valer con el poder geopolítico que tiene, pero no presiona sobre la orientación política interna de los países, lo que es una gran diferencia respecto de las formas en que otras instancias de nivel internacional y otros gobierno presionan duramente sobre nuestro países, tal el caso de Estados Unidos. Por otro lado, cuando se encontraba en la Academia de Ciencias Sociales de China, Máximo hizo una comparación histórica respecto del camino tomado por Argentina y China desde la década de 1940. Aquí retomó el discurso pronunciado por Cristina en 2015 y afirmó que cuando Mao llega al poder con el triunfo de la revolución socialista, China era un país agrario totalmente atrasado. Argentina, como contraste, era la mayor potencia industrial de América del Sur y competía directamente con EEUU. Esta tendencia, en la actualidad, se revirtió. ¿Por qué? Lo que planteó Máximo es que la interrupción democrática y el ejercicio violento que terminó con una política económica comandada por el Estado es el diferencial. Argentina construía un método de planificación que permitía salvaguardar el interés nacional y coordinar el interés público y privado en función de una matriz de desarrollo, pero fue interrumpido violentamente y la economía fue sumida en manos de intereses particulares. Así también ingresaron el FMI y condujo a la Argentina a la matriz de dependencia externa en la que se encuentra en la actualidad. China, por el contrario, encontró su camino a través de la planificación centralizada sostenida en el tiempo. Y es por ello que esta reflexión invita a una observación que no tiene que ser una idealización de China, sino que vislumbra que cada país tiene que encontrar su vía para el desarrollo.

Entre otros temas, durante la gira se conversó sobre la propuesta del ingreso de Argentina a los BRICS, para lo cual se obtuvo el apoyo del gobierno chino. Esto es algo que no será automático y hay que destacar que ya hay una lista de varios países con la intención de ingresar a este bloque. También se abordó la cuestión de las telecomunicaciones, que suscita una gran puja entre Estados Unidos y China respecto de Huawei y el 5G. El gobierno chino le pidió a la Argentina que mantenga la neutralidad en relación a qué tipo de tecnología adoptar.

La relación entre Argentina y China tiene muchas contradicciones. Nuestro país tiene déficit comercial con el gigante asiático. Si solo tenemos un rol pasivo, corremos el riesgo de reprimarización de la economía, por lo que tenemos que ser inteligentes a la hora de discutir nuestro vínculo en la mesa de negociación. Sin embargo, en términos geopolíticos, esta gira es una señal muy importante. Se establece una línea conceptual que aporta también al debate político sobre cómo se debe conducir un país como la Argentina, en un año tan complicado como el que debe afrontar.

En su discurso en la Academia China de Ciencias Sociales, Máximo Kirchner comparó la situación de China y Argentina desde mediados del siglo pasado y señaló que la interrupción violenta del desarrollo industrial en Argentina y la sumisión de la economía a manos de intereses particulares, con el FMI presente, nos condujo a nuestra actualidad en crisis. Es importante encontrar nuestra vía para el desarrollo y adoptarla como política de Estado”.

Federico Montero en ‘Diálogo Internacional’, Somos Radio AM530.
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