Es uno de los liderazgos más fuertes de la oposición y su nombre encabeza las encuestas. De origen palestino, feminista y profundamente laico, el alcalde de Recoleta se declara optimista del proceso social que experimenta su país.
Por Juan Carlos Ramírez Figueroa para Página/12
Antes incluso del estallido social de octubre del año pasado, el nombre de Daniel Jadue (53), alcalde de Recoleta desde 2012,y reelecto cuatro años después, comuna de inmigrantes y de la vieja clase trabajadora santiaguina, suena cada vez más fuerte como candidato para las presidenciales chilenas del 21 de noviembre de 2021. Varios sondeos como última Encuesta Data Influye lo muestran liderando por 17% las preferencias, superando al mediático alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín (11,4%), quien de evangelizador del modelo económico pinochetista ahora se declara ante las cámaras como “socialdemócrata”. La CADEM, por otro lado, los muestra empatados a 6% en prefencias presidenciales.
El mérito del edil comunista es mayor aún considerando la omnipresencia del sonriente Lavín —militante del partido de derecha de raíz pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI)— en los medios chilenos, sobre todo la TV: sus intervenciones en matinales, late shows, despachos noticiosos o entrevistas a propósito de cualquier cosa (lo que ha generado videos humorísticos al respecto). Jadue en cambio, cada vez que aparece en la televisión chilena debe manejar con paciencia y contención, la furia de los propios conductores que no pueden entender que un militante comunista exponga en directo y con ejemplos la propia agenda del medio que lo invita y cómo ha criminalizado el movimiento social y se ha aliado al presidente Piñera sin cuestionarlo. Y entre medio, habla sobre la necesidad de un país más laico, sin la tutela de las elites y cómo en su comuna ha realizado acciones concretas como establecer desde farmacias y ópticas hasta inmobiliarias, pasando por librerías y ópticas “populares”, a precio justo y sin peajes burocráticos innecesarios.
“Recoleta se ha convertido el Chile desde el que estamos soñando. Y el cariño ha trascendido al territorio que administro y hago gestión. Alegra esa discusión que hemos detonado desde una de las 346 comunas del país”, dice el alcalde, que se ha tomado este liderazgo con calma, sentado en su oficina y silenciando su celular. Aunque aclara de entrada: “Nunca he dicho que quiero ser presidente de Chile y mi partido no me ha nominado como candidato”.
-Claramente usted representa un liderazgo para muchas personas.
-Cuando empiezas a aparecer en estas encuestas sientes orgullo, alegría, satisfacción. Pero eso se debe a todo lo hecho en la comuna, porque es la ciudadanía la que valora lo hecho en la comuna y que se resume en poner en el centro de la discusión a la persona y su dignidad. Es decir, su capacidad y derecho de ser libre y buscar la felicidad en un marco de autonomía. Y eso debe pasar por el acceso a servicios esenciales y a precio justo. No se trata de que lo regale el Estado, lo mendigues o debas actuar al margen de la ley para conseguirlo.
Sostiene que antes de la gestión de su equipo que comenzó en 2012 —y reelegido cuatro años después— los gobiernos locales eran “chatos”, aunque ahora destaca que han empezado a aparecer iniciativas populares que están desatando una “carrera sana y positiva” por parte de alcaldes y alcaldesas para innovar y dar respuestas a las necesidades y angustias de las personas. Y es muy consciente que su propia gestión ayudó en generar ese antes y después en la forma de trabajar una alcaldía.
– Arquitecto, sociólogo, urbanista, quince años de trabajo en gestión comunal en municipalidades como La Calera o Curanilahue. ¿Cómo construyó este camino que, para mi, se sostiene en saber escuchar las necesidades de las personas?
-Junto a ese conjunto de saberes está primero la formación familiar. Soy chileno de origen palestino y con una familia de origen cristiano. Desde que nací tuve conocimiento directo de la violación a los DD.HH., ausencia de libertad, el castigo colectivo y la demolición de las casas. Desde pequeño me provocó dolor. Además, soy hijo de una mujer jefa de hogar que me educó sola, haciendo un sacrificio brutal y con un objetivo: educar a su hijo y demostrar que las mujeres podían hacerlo incluso mejor que los hombres, con valores insustituibles: rectitud, honestidad, trabajar para otros. Es algo que viene desde la concepción de la naturaleza: un río no se toma su agua, un árbol no come los frutos, el sol no brilla para si mismo.
–Hay un concepto de colaboración.
– Es que, en la naturaleza, todas las partes hacen un trabajo para otro. Esa transformación de materia y energía es para otros. La segunda variable es que me convierto en un hombre de izquierda a los 12 años formándome en el Frente Popular para la Liberación Palestina y el PC. El centro de la discusión ahí era para quien uno trabaja, a quien uno sirve, cuales son las contradicciones principales del modelo, ya sea capital-trabajo o género-patriarcado. Eso define tu identidad que se va construyendo en el tiempo. Piensa que yo nací el 28 de junio de 1967 cuando los israelíes anexaron Jerusalem. Fue un drama absoluto para la familia. Eso me situó en que parte del mundo estaba. Y luego vino la dictadura en Chile, en la misma sintonía: desprecio a la vida, falta de libertades y democracia. Eso me fortaleció.
“Nunca imaginé ser una opción presidencial”
Se declara feminista, no cree en el matrimonio y aunque tiene una hija, ambos acordaron mantenerla lejos de la exposición mediática. Es crítico de las políticas de Israel frente a palestina y aunque defiende el pensamiento laico se ha mostrado muy sorprendido de las encíclicas papales como “Fratelli tutti” donde el interés por la naturaleza y las ideas de que la propiedad privada nunca debe afectar a la libertad ni provocar pobreza, tiene subrayada.
Dice que sinceramente nunca se imaginó siendo diputado o senador. “No tengo muchas habilidades para parlamentar. No es que no sepa hablar bien ni nada, pero siento que las cosas tienen un sentido de urgencia mayor que estar sentado en el parlamento. Yo prefiero lo ejecutivo. Nunca imaginé ni lejanamente ser una opción presidencial. Lo único que tenía claro es que me encantaba la idea de ser alcalde y todo lo que estudié como el magister en urbanismo o licenciatura en gestión de calidad te van instalando. Es como si uno avanzara en una dirección abriendo puerta y con cada paso se te cierran otras. Y si lo haces de manera consistente durante 40 años claramente vas siguiendo una dirección”.
—¿Cree que en Chile las elites han sido muy lentas para entender los cambios sociales? Fue una frase común durante el estallido social el “nadie lo vio venir”.
—En Chile no existe diálogo entre la elite y el pueblo. Me gusta usar este último concepto porque, si te fijas, el concepto “pueblo” ha sido expulsado de la historiografía y los medios siendo reemplazado por esta cosa amorfa de los consumidores que se suman a un grupo diminuto de los llamados “ciudadanos” que son quienes toman las decisiones.
—Esto está muy relacionado con la ideal del tutelaje, que siempre hay un otro que sabe lo que es bueno para la población mejor que uno mismo.
—Tenemos un sistema político que funciona de manera honesta y transparente como instrumento de dominación de clases. Y estos son impermeables a los dolores, aspiraciones, necesidades y reivindicaciones sociales. Lo que pasa en Chile es que estamos en un largo proceso de acumulación de fuerza que parte desde los noventa, cuando el pueblo busca espacio parea imponerle a la elite sus tesis.
—Y ahí en Recoleta encontraron pequeñas grietas de este modelo.
—Exacto: la farmacia, óptica o librería popular son puras acciones que aprovechan estas grietas de un modelo que no pudo ser cubierto en los tutelajes. Te daré el ejemplo mas básico: En la constitución el Estado tiene prohibido hacer actos de comercio. ¡Por eso el Estado no hace nada en Chile!
—Tiene razón (risas)
— El acto de comercio se define por la compraventa y fijación de precio. Si no fijas precio, no tienes acto de comercio. Por ende, puedes comprar medicamentos a un valor y venderlo al mismo valor. Esa es la farmacia y óptica popular, básicamente. Y como hay libertad de precio, nadie te obliga a definir la ganancia. Entonces si con cargo al impuesto general del municipio financias los costos operacionales, en el fondo puedes vender casi de todo. ¡Mira que notable!. Es una grieta que descubrimos y entramos en ella con una tremenda lanza que comenzó a cambiar las cosas.
“El programa de Allende sigue vigente”
El alcalde es enemigo del culto a la personalidad. “Uno de los errores de los procesos latinoamericanos ha sido basarse muchas veces en personas y caudillos, negando o subordinando al intelectual colectivo que es fértil y más sabio que uno solo. Pero en ese contexto hay personas que escapan por sus propias capacidades. De ahí mi admiración a Fidel Castro y la cantidad de información que era capaz de procesar y la rapidez en tomar decisiones concretas traduciendo los dolores de su pueblo en las circunstancias adversas que aun hoy existen en Cuba. O Allende cuyo programa (las 40 medidas) es tan vigente ayer como hoy. Además, tenía algo insustituible que es el amor capaz de generar. Nuestra municipalidad administra el cementerio donde están todos los presidentes de Chile y no hay día donde él no recibe cartas o algún regalo”.
A Evo Morales, lo respeta aunque advierte cierto caudillismo. A Nicolás Maduro no lo conoce personalmente, pero reconoce que es un líder al que le ha tocado estar en circunstancias muy duras. “Cuando tú, por la voluntad popular heredas un proceso así de complejo como en Venezuela, hay que tener mucha fortaleza y mucha claridad que lo que se quiere. Mira, hay un lado donde nunca me pondré: la intervención latinoamericana ni acá ni en ningún lugar del mundo del lado de aquellos que se ponen a disposición de potencias extranjeras para derrocar a sus propios gobiernos. Son valores democráticos básicos y mínimos”.
Sobre Alberto Fernández señala: “Su elección ha sido una gran noticia para toda América Latina al dar terminado el reflujo neoliberal. El pésimo gobierno de Macri y la crisis que heredó es señal que ese programa es incompatible con la democracia”, aunque cree que es temprano para hacer una evaluación, aprueba la gestión hecha en pandemia. “Recordemos que el gobierno anterior entregó el gobierno sin deuda a Macri y éste lo entregó endeudada. Hay que dar tiempo para que en post-pandemia retome el programa original, tengo confianza que retomará el rumbo que Argentina traía”.
“Imagínate lo optimista que soy”
Jadue, que asegura no ser un tipo precisamente simpático, aunque en esta entrevista ha sido todo lo contrario, tiene muchas ideas interesantes. Lo explica en tono de profesor, en un registro muy distinto al que utiliza en TV cuando debe ponerse a la defensiva o atacar a los interlocutores lo que ha generado varios momentos que están registrados en Youtube. Por ejemplo, tiene una tesis sobre los ciclos históricos chilenos. “Desde la Constitución de 1925 se inicia formalmente el ascenso de las capas populares y su incorporación a la discusión políticamente del país y pasaron 45 años hasta el triunfo del gobierno popular de Allende. Y desde 1973 donde se derrotó militarmente el proyecto han pasado 45 años hasta el estallido social”.
-Pareciera ser que hay un proceso de maduración, un proceso de acumulación de fuerza, un proceso de agotamiento del instrumento de dominación que termina cansando a todo el mundo.
—¿La maquinaria que sostenía la democracia chilena falla?
—¡Exacto! Estamos llegando al minuto donde Chile de nuevo quiere atreverse a dirigir los destinos del país a través de una verdadera democracia con, para y por el pueblo. Sin tutelaje.
—¿Es optimista con este proceso constituyente?
-A todos les respondo con el mismo chiste: Imagínate lo optimista que soy que milito en el PC.