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La disputa entre occidente y los emergentes se hizo presente en el G20

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India's Prime Minister Narendra Modi (on screen) addresses the G20 foreign ministers' meeting in New Delhi on March 2, 2023. (Photo by OLIVIER DOULIERY / POOL / AFP)

La reunión de cancilleres del G20 volvió a mostrar las diferencias entre los países desarrollados y los emergentes sin alcanzar un documento consensuado. El gobierno chino realizó su asamblea anual con nuevas definiciones estratégicas a nivel nacional y mundial. El presidente francés Emmanuel Macron recorre África para enfrentar la influencia de China y Rusia en el continente. Por iniciativa de AMLO se impulsa una propuesta de acuerdo entre países de América Latina para contener la inflación. Por último la cancillería argentina anunció la anulación del acuerdo Foradori-Duncan sobre las Islas Malvinas.

Por Federico Montero y Pablo Macia

La reunión de cancilleres del G20 volvió a mostrar las diferencias entre los países desarrollados y los emergentes.

La reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20 del 1 y el 2 de marzo en Nueva Delhi volvió a manifestar el desacuerdo del grupo con respecto a la guerra en Ucrania, centrado principalmente en las posiciones divergentes entre las potencias occidentales y los países emergentes. De esta manera, India, el país anfitrión de la cumbre, obtuvo poco éxito en desviar la atención del conflicto en Ucrania y centrarse en los problemas económicos como la crisis financiera, los efectos del cambio climático y la pandemia, y la necesaria ayuda a los países menos desarrollados para afrontar sus deudas externas.

La India mantiene durante este año la presidencia pro tempore del grupo y su posición ha sido neutral con respecto a la guerra en Ucrania, negándose a condenar a Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU y aumentado sus importaciones de petróleo ruso. De la misma manera ha actuado China, como referente de los países emergentes, y otros países de África y Asia que se abstuvieron de condenar a Rusia en la ONU y que continúan comerciando con Moscú.

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang se manifestó a favor de restaurar la función original del G20, vinculada a la coordinación de políticas macroeconómicas y el impulso de una agenda de desarrollo, rechazando la política de bloques y recuperando los mecanismos del sistema de naciones unidas. Pero además, la cancillería china y la rusa se expresaron conjuntamente en referencia a las políticas de Estados Unidos, rechazando “los intentos de interferir en los asuntos internos de otros países, imponer enfoques unilaterales a través del chantaje y las amenazas, y oponerse a la democratización de las relaciones internacionales”.

Mientras tanto, Estados Unidos y las potencias occidentales vienen advirtiendo a China que no colabore con la venta de armas a Rusia o bienes destinados a fines bélicos, bajo la amenaza de someterla a sanciones comerciales. Desde occidente se ha ejercido una presión cada vez mayor hacia los países emergentes para que se posicionen en contra de Rusia. Así, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, realizó durante la semana una gira para participar en la reunión Asia Central C5+1 que aglutina a Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán. Estos países pertenecientes a la ex unión soviética están en la esfera de influencia de Rusia y Estados Unidos intenta que se posicionen aislando a Moscú.

Durante el G20 también se desarrolló una breve reunión bilateral entre Blinken y el canciller ruso, Sergei Lavrov, en la que Estados Unidos reafirmó que no retrocedería en su apoyo a Kiev y exigió el inmediato retiro de tropas de Ucrania. Por otro lado, el mandatario norteamericano también exigió que Rusia se reincorpore al tratado nuclear New START, que limita la capacidad atómica de las dos potencias a 1.550 ojivas nucleares y que fue suspendido recientemente por Moscú.

En respuesta a estos posicionamientos, Lavrov denunció los sabotajes a los gasoductos nord stream I y II y las declaraciones de los líderes europeos que afirmaron que los acuerdos de Minsk del 2015 no pretendían cumplirlos sino sólo ganar tiempo para un nuevo conflicto militar con Rusia. También cuestionó el intento de occidente de sepultar la Iniciativa de Granos en el Mar Negro, incumpliendo con la provisión de fertilizantes rusos y con el destino de los cereales a los países más necesitados de África y Asia.

En este contexto se hizo imposible la firma de una declaración conjunta, mostrando una vez más el fracaso del sistema de gobernanza multilateral vigente hasta el momento, y las tensiones entre occidente y países emergentes como los congregados en los BRICS que reclaman un mayor protagonismo en virtud de su creciente peso económico y político.

El gobierno chino realizó su asamblea anual con nuevas definiciones estratégicas

Durante la semana, se realizó la 14ª Asamblea Popular Nacional (APN) en China, que recorre el balance anual del plan de acción llevado adelante por el gobierno. Las definiciones del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China realizado el año pasado fueron parámetros para medir los avances hacia la revitalización de la nación y el camino hacia la modernización.

Las definiciones de la APN destacan que China ha logrado su objetivo fijado para el primer centenario, consistente en el alcance de una sociedad modestamente acomodada, y que continúa avanzando en la construcción integral de un país socialista moderno para el segundo centenario de 2049.

En ese contexto, el país asiático estableció el objetivo de alcanzar un crecimiento anual del PIB en alrededor del 5 por ciento para 2023, determinado por la rápida recuperación económica después del brote del COVID del 2022. Si bien, el índice es uno de los más bajos de los últimos años para China, se encuentra muy por encima de la previsión de un 2,9% de crecimiento mundial establecida por el FMI y del virtual estancamiento de las economías desarrolladas de occidente. El gobierno chino parece enfocar su política económica hacia un crecimiento de alta calidad y la garantía de una sustentabilidad económica de largo plazo más que en lo cuantitativo. En ese aspecto se propone aumentar los ingresos de los sectores medios y bajos como forma de fortalecer la demanda interna frente a un mundo geopolíticamente volátil a partir de la guerra en Ucrania, las sanciones comerciales y las altas tasas de interés que resienten la demanda externa.

En ese contexto volátil a nivel global, el gobierno chino también se propone un aumento moderado de  un 7,2% del presupuesto militar, alcanzando los 224,79 millones de dólares. Los analistas chinos destacan que esa cifra es más de 3 veces menor al presupuesto norteamericano de 817 mil millones de dólares y que en porcentaje del PBI representa un 1,5%, menor también a la ratio del 2% que vienen invirtiendo las potencias occidentales y Japón. En ese marco, China destaca que no participa de la carrera armamentística en la que están entrando los países aliados de la OTAN, y que Beijing continuará los objetivos centenarios del Ejército Popular de Liberación (EPL) consistentes en realizar la modernización de la defensa nacional y las fuerzas armadas para 2035, y unas fuerzas armadas de clase mundial para el segundo centenario en 2049.

En cuanto a los posicionamientos sobre la geopolítica y el orden mundial, China ha publicado tres declaraciones estratégicas que marcan la caracterización de la situación actual y el horizonte de su intervención internacional. En primer lugar, el documento “La hegemonía de EE.UU. y sus peligros” que denuncia la avanzada la “guerra comercial” que impulsó Trump con China y que ha continuado y profundizado Biden con las sanciones a Rusia, el apoyo militar a Ucrania y el discurso belicista que se complementa con las provocaciones en Taiwán. En ese marco, China afirma que Estados Unidos ha quebrantado las leyes de la globalización instaurada por Washington desde la caída del muro de Berlín, y ha manipulado unilateralmente “el orden basado en reglas” de acuerdo a su conveniencia. En segundo lugar, Beijing emitió el documento conceptual de la Iniciativa de Seguridad Global apuntando hacia un orden verdaderamente multilateral que supere la mentalidad de la guerra fría y de mutuo beneficio en el que se destaque una visión de seguridad común que respete la soberanía territorial de los países y el sistema político y social que cada uno elija. Estos documentos conceptuales se complementaron con “La posición de China respecto de la solución política de la crisis de Ucrania” como propuesta de resolución del conflicto europeo.

Estos posicionamientos estratégicos de China surgen como respuesta a las presiones constantes de Estados Unidos y los países occidentales que están entrando en una creciente confrontación con el gigante asiático. Esta última semana la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos avanzaron hasta en la prohibición de la red social de la empresa china Tik Tok para los agentes estatales, bajo la denuncia de una potencial extracción de datos ilegal por parte de Beijing. De esta forma, los países occidentales ya no sólo rompen con el liberalismo económico sino que avanzan en la regulación de los consumos culturales de su propia población. A esta medida se suma una nueva sospecha sobre la potencial filtración del COVID de un laboratorio chino, como forma de continuar impulsando una campaña de desprestigio hacia el país asiático. En este marco, las relaciones entre China y occidente continúan endureciéndose sin encontrar visos de distensión en el corto y mediano plazo.

Macron recorre África para enfrentar la influencia de China y Rusia en el continente.

En el contexto de la disputa geopolítica entre Europa y Rusia, el presidente francés, Emmanuel Macron desplegó una gira por África Central que incluyó a Gabón, Angola, y República del Congo. La misión por África tiene un sentido estratégico ya que el continente preserva importantes recursos naturales entre los que se encuentran hidrocarburos y yacimientos de cobalto y litio, necesarios para la industria de la electromovilidad. Además de su población en crecimiento, el continente está conformado por alrededor de 50 naciones que votan en la Asamblea de Naciones Unidas, pero que en una proporción importante se han abstenido de acompañar las propuestas occidentales de denuncias y sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania. Así, tres de las cuatro naciones que visitará el Macron -Gabón, Congo y Angola- se abstuvieron en ese sentido.

Es que el continente ha sido históricamente víctima de los enclaves coloniales europeos, mientras que Moscú alentó los procesos de liberación nacional en varios países desde la época de la URSS. Pero además, en los últimos años, tanto la Federación Rusa como la República Popular China han realizado convenios de cooperación tecnológica y comercial, con fuertes inversiones en infraestructura por parte de Beijing. En ese marco, Macron intentó revertir un sentimiento antifrancés prometiendo un nuevo tipo de relación más equitativa, en el que además se anunció un progresivo retiro de la presencia militar gala en la región.

A la retirada militar francesa de Mali el año pasado, donde no pudieron vencer a las fuerzas yihadistas, principalmente en el Sahel, se le suma el repliegue en la República Centroafricana y en Burkina Faso, con el rechazo creciente de los gobiernos locales.

La gira comenzó en Gabón, donde Macron asistió a la Cumbre ‘One Forest’ sobre la preservación de los bosques en el planeta. Allí, Macron anunció que “La era de la ‘Francáfrica’ ha terminado”, como forma de contrarrestar las sospechas de apoyo fracés a dictadores africanos a cambio de materias primas y recursos naturales. En su paso por Angola, el presidente francés cerró acuerdos de cooperación en materia de agricultura e industria alimentaria y el llamamiento a las empresas francesas a invertir en el territorio africano. Por último, en la República Democrática del Congo (RDC), el presidente galo llevó ayuda financiera para enfrentar la crisis frente al levantamiento del grupo rebelde M23, y el avance de una negociación de paz para establecer un alto el fuego que se espera para la próxima semana. La situación de Macron en la RDC es tensa, ya que algunos sectores acusan a Francia por su acercamiento al presidente de Ruanda, Paul Kagame, quien es sospechado de financiar a la rebelión del M23. Macron es visto como aliado a Kagame desde que en 2021 admitió  la complicidad de Francia en el genocidio de los tutsis en 1994. Para contrarrestar estas sospechas, el presidente francés pidió responsabilidad a todas las partes para establecer un alto el fuego, incluso a Ruanda.

De esta manera, Macron intentó revertir la situación de descontento de los países africanos frente a Francia, pero los resultados no parecen haber alcanzado los objetivos propuestos por la gira. Esto se demostró en la conferencia de prensa en la que el presidente de la RDC Félix Tshisekedi, instó a su par francés a pasar del aspecto teórico hacia acciones más concretas.

AMLO impulsa una propuesta de acuerdo entre países de América Latina para contener la inflación

 Durante la semana se conoció una propuesta de Andrés Manuel López Obrador para impulsar un mecanismo de intercambio comercial con Argentina, Brasil, Colombia, Cuba y México a los fines de reducir la inflación en estos países. La iniciativa la comentó el presidente Alberto Fernández en una entrevista en la que adelantó que el acuerdo implicaría el intercambio de productos sin la utilización del dólar, abriendo o cerrando la importación de productos de acuerdo al precio relativo de los bienes en cada país.

Esto combinaría la estrategia de comerciar en monedas locales permitiendo acumular dólares para el pago de la deuda externa o para la compra de insumos extraregionales, junto con el pretendido impulso de una baja inflacionaria.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.

En todos los países de América latina, la inflación ha crecido en los últimos años a partir de la emisión monetaria que estableció recursos de emergencia destinados en la pandemia para superar la retracción simultánea de la oferta y la demanda promovidas por el confinamiento. A este fenómeno se le sumó durante el 2022 el impacto de la guerra en Ucrania, que a partir de las sanciones elevó los precios de los energéticos y alimentos, impactando en todas las cadenas de valor. De esta forma, en América Latina durante el 2022 se registraron subas históricas en la inflación: Cuba registró una inflación del 39%; Colombia 13,1% la más alta en dos décadas; México 7,82%; Brasil 5,9% y Argentina 94,8%, la mayor desde 1991.

En este contexto, la medida de intercambio regional, parece aportar a la resolución de la inflación, sin embargo, no son claras las consecuencias en cuanto a cómo afectaría a las ramas de producción, al trabajo y la actividad local, que entraría en competencia con los países en cuestión.

El debate sigue abierto y se prevé una cumbre de mandatarios para el 17 de marzo a fin de darle forma a la incipiente propuesta, que debe sortear algunas cuestiones técnicas y legales en materia de comercio exterior.

Argentina anunció la anulación del acuerdo Foradori-Duncan sobre las Islas Malvinas.

La cumbre de cancilleres del G20 fue marco para la reunión que mantuvo el Ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina, Santiago Cafiero con el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Mancomunidad y Desarrollo del Reino Unido, James Cleverly En la misma, el gobierno argentino dio por finalizado el Comunicado Conjunto de 2016, conocido como “Foradori-Duncan” e instó a reiniciar negociaciones por la soberanía en la Cuestión Malvinas, en los términos de la Resolución 2065 (65) de la ONU. El infame comunicado habilitaba la posibilidad de establecer vuelos entre la isla y regiones de América Latina sin pasar por territorio continental, facilidades para la explotación pesquera y el avance en la exploración de hidrocarburos por parte del gobierno invasor británico.

Como viraje de esa política impulsada por el vice canciller del gobiernos de la Alianza Cambiemos, la posición argentina insta al Reino Unido a la reanudación de las negociaciones sobre la soberanía de las islas Malvinas para avanzar en aspectos como la desmilitarización; la conectividad aérea y marítima entre las Islas y el territorio continental nacional; el desarrollo de vínculos culturales, económicos, sanitarios, educativos y la conservación de los recursos naturales pertenecientes al estado argentino. Este es un paso más de la Argentina en el reclamo irrenunciable por la soberanía de las Islas Malvinas y por el avance hacia el proceso de descolonialización de los enclaves que aún hoy mantiene Gran Bretaña. 

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