Así como la política no se detiene en el marco de la pandemia, la política internacional, menos. Hace unos días, se produjo un hecho singular: la llegada del primero de los varios buques petroleros iraníes al complejo de refinación “El Palito” en Carabobo, Venezuela, para abastecer a la industria venezolana.
Se hubiera tratado de una operación rutinaria de comercio internacional si no fuera por el contexto: tratándose de dos países sometidos a duras sanciones por parte de EEUU, la llegada de los barcos concentró la atención mundial tras las amenazas norteamericanas y la esperable réplica iraní y venezolana. Otro aspecto saliente del hecho es que ilumina la compleja realidad de la industria petrolera en la pandemia, que afecta en particular a Venezuela, tras varios años de crisis política, social y económica.
La injerencia por parte de los Estados Unidos en diversos espacios del mundo forma parte de la historia de la modernidad como algo casi constante. Para no perder la costumbre, desde el comienzo de la gestión de Donald Trump, los ataques a la República Bolivariana de Venezuela han crecido exponencialmente. Bloqueos económicos, financiamiento y apoyo a grupos armados, reconocimiento a Juan Guaidó, son algunas de las tantas medidas que ha tomado la Casa Blanca para con la nación latinoamericana en búsqueda de la caída del Presidente Nicolás Maduro.
Tanto Venezuela como Irán son países “sancionados” por la política norteamericana y sufren además la caída de los precios que afecta a la industria petrolera, que tuvo un pico a comienzos de año.
El Palito, situado en el estado norteño de Carabobo tiene capacidad para procesar 140.000 barriles diarios de gasolina, pero su producción se encuentra en crisis debido al colapso de la industria petrolera venezolana. Las razones de este colapso son múltiples. Tras la crisis de comienzos de marzo de 2020 entre Rusia y Arabia Saudita, la pandemia generó una abrupta caída del 30% en la demanda mundial de crudo, profundizando la debacle de precios.
Los buques “traen combustible, aditivos, repuestos, entre otros equipamientos, para levantar nuestra capacidad de refinación y producción petrolera”, anunció Tareck El Aissami. Viceministro de economía del presidente socialista Nicolás Maduro y sancionado y acusado de “narcotráfico” por Estados Unidos, El Aissami fue nombrado en ese cargo el 27 de abril con la misión de reestructurar la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
En un escenario de crisis de la industria petrolera y fuertes sanciones norteamericanas, el gobierno venezolano decidió profundizar en la construcción de vínculos con países no alineados a los Estados Unidos. Así es que se llega a una alianza comercial entre la República Islámica de Irán y Venezuela que generó en la última semana el envío de cinco buques petroleros cargados con 1,5 millones de barriles de combustible.
Escribe TeleSur: Ambas naciones han fortalecido sus relaciones políticas y comerciales, en medio de un ilegal bloqueo económico, financiero y comercial que padecen por parte de la administración Trump. https://www.telesurtv.net/news/conoce-buques-iranies-llegaran-venezuela-20200522-0045.html
Destaquemos que si bien Venezuela es el país con más reservas de petróleo en su territorio, el bloqueo económico le impide obtener ciertos recursos para la extracción del mismo y su proceso de producción.
Es así que desde el 26 de mayo durante algunos días arribaron los cinco buques petroleros. Partiendo desde Irán tuvieron que llegar hasta Venezuela, en el marco de fuertes presiones y pirotecnia verbal del gobierno estadounidense, que fue respondida por Teherán.
¿Qué significado tiene el episodio desde la perspectiva internacional?
El rol que supo construir los Estados Unidos como ordenador del mundo luego de la caída del Muro de Berlín está en un proceso de desgaste y transformación. Todavía es pronto para definir si este proceso generará una nueva bipolaridad donde la disputa sea con China o si nos estamos moviendo hacia un proceso multipolar, pero la situación marca un nuevo peldaño en la erosión del liderazgo norteamericano en el marco de la pandemia del Covid-19.
Es así que, ante todas estas problemáticas que atraviesa, las decisiones que toma ponen a los Estados Unidos cada vez más en evidencia ante otras naciones soberanas; mientras algunas de éstas priorizan la construcción de un orden de cooperación internacional como es el caso mencionado entre Irán y Venezuela pero también como lo es China y la ayuda humanitaria ante la pandemia del Covid-19. Se abre así una perspectiva diferente para un consenso “post pandemia“.
Con una política sanitaria errática que lo llevó a ser el país más golpeado por la pandemia, EEUU vive en estos días una ola de protestas tras la muerte de ciudadano George Floyd a manos de la policía que tiene pocos antecedentes. A esto se suma la revelación del intento de Trump de comprar una investigación avanzada que le permitiera cumplir la promesa de ser el primer país que lograra la vacuna del COVID19.