Observatorio del Sur Global

Pensar la Unidad Sudamericana hoy | Beatriz Bissio

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El miércoles 2 de Septiembre tuvimos el primer diálogo del ciclo “Pensar la Unidad Sudamericacna hoy”, coordinado por Mariana Vázquez y el auspicio del Centro de Estudios en Ciudadanía, Estado y Asuntos Políticos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). A continuación, las intervenciones de Beatriz Bissio, profesora de la Universidad Federal de Rio de Janeiro.

PRIMERA INTERVENCIÓN

Quisiera, en primer lugar, expresar la alegría de estar compartiendo con ustedes estas reflexiones. Mariana, es un enorme placer encontrarte nuevamente, aunque sea de forma virtual. Muchas gracias a Federico y al Observatorio del sur Global. Es una alegría también estar con dos colegas de los cuales sin duda ya aprendí muchísimo con Jose Antonio, que nos hizo esa exposición tan amplia y tan interesante, instigante y que, de alguna forma, me facilita ingresar en lo que yo he pensado para esta reflexión que tenemos hoy.

Comenzamos planteando el interrogante acerca de si la realidad que desnudó el COVID impulsará un nuevo multilateralismo. Comenzamos preguntándonos sobre esta situación que vivimos, de la cual evidentemente no podemos escapar en un análisis de coyuntura, y sobre sus consecuencias. Lo que en el fondo pienso y me pregunto acerca de lo que la pandemia nos está indicando es si podremos aprender finalmente con la experiencia dramática que estamos viviendo. Aquí en Brasil superamos ya los 120.000 muertos.

Jose Antonio ya abría la posibilidad de hacernos esta pregunta cuando hablaba de las profundas desigualdades que hoy quedaron al descubierto y que ya comprometen no solamente a un modelo que se impuso, sino mucho más que eso.  Según algunos de los pronósticos científicos, comprometen de hecho la propia supervivencia de la especie humana, así como nosotros estamos comprometiendo la supervivencia de tantas especies que desaparecen diariamente.

Éste es un tema que en porgutués llamaríamosguarda-chuva, paraguas, que de alguna forma siempre tenemos que tener presente porque no es un momento cualquiera en el que estamos analizando la coyuntura internacional y los desafíos que nos trae el momento, sino  una etapa histórica en la que por primera vez la civilización humana puede estar próxima a su propia destrucción. En un momento se pensó en eso debido a las armas atómicas y ahora está planteado también debido a las consecuencias de un modelo de desarrollo con respecto a la salud pública y en relación con el propio clima y las condiciones de vida en nuestro planeta.

Ésa es una introducción que yo quería hacer. No podría dejar de hacerla por lo dramático del momento que estamos viviendo y que tanto nos toca a todos y, en Latinoamérica, tan dramáticamente. Pero ya entrando en tema, el profesor Jose Antonio se refirió a la rivalidad que es presentada por Estados Unidos básicamente como un escenario bipolar y que ha sido tomada por los medios de comunicación ya con una designación deguerra fría, como unaguerra fría 2.0. Aquí es interesante pensar en una metáfora de un juego de ajedrez. Voy a tratar de aplicar esa metáfora en los próximos minutos. Porque esa metáfora da cuenta de los movimientos de los grandes estrategas.

Los grandes estrategas, yo considero, son los chinos, quienes están muy habituados a lo que en el ajedrez es fundamental: pensar con mucho tiempo y rigor los futuros pasos y poder adelantarse a los pasos del adversario. No por casualidad se le adjudica a un comandante militar chino el hecho de haber creado este juego, que sería de doscientos años antes de Cristo. En realidad, los propios chinos sostienen que la designación de este momento como de guerra fría es inadecuada para dar cuenta del conflicto que se está viviendo entre EEUU y China. Y hay scholars en EEUU que coinciden también en que no es adecuada esta designación ¿En qué se basaría este cuestionamiento? Se trata de un conflicto entre países o economías que, al mismo tiempo que compiten entre sí, se complementan. Los chinos esto lo enfatizan bastante: que China es un país que invierte pesadamente en EEUU, que ayuda a la economía global de la cual de EEUU también depende con un gran aporte de capital financiero, por ejemplo.

Y el profesor mencionó también el lugar que tiene China en las cadenas productivas, un papel muy significativo en zonas productivas globales de las cuales EEUU todavía y en gran medida depende, además de otros países del mundo. Yo voy a mostrar más adelante un documento en el cual EEUU se refiere exclusivamente a este aspecto de la dependencia en las cadenas globales. Con esta intrincada interdependencia el escenario no se adecúa, no se adapta, a lo que fue en su momento el conflicto entre dos polos ideológicos. En estos dos polos se enfrentaban lo que sería el occidente capitalista versus el contra modelo de la Unión Soviética, de un socialismo de Estado, si queremos llamarlo así.

La situación de pérdida de hegemonía ha sido muy bien analizada por EEUU. Esto se refleja en documentos de los últimos años que presentan los pronósticos en relación a defensa. EEUU ha tenido un cambio en su mirada estratégica acerca de donde está hoy situado en el mundo. En los documentos de estrategias de Defensa hasta 2016 todavía el combate al terrorismo era el foco principal (y todas las consecuencias estratégico-militares en cuanto al tipo de armas que se necesitarían, tipo de ejército que se necesitaría, etcétera). Ya en el último documento de la era Obama, y sin duda reflejado con más profundidad en los primeros documentos del gobierno de Trump, la Estrategia Nacional de Defensa define como principales enemigos a China y a Rusia.

Se vuelve a un escenario de conflicto interestatal. Estados unidos versus China-Eurasia. Antes incluso de que los documentos oficiales de defensa de EEUU plantearan este cambio de orientación en la perspectiva analítico-estratégica, un think tank de referencia importante para la definición de las políticas del gobierno norteamericano, la Rand Corporation, en 2016 saca un documento que sorprendentemente se llamaWar with China [Guerra con China]. Sorprendentemente, en ese extenso documento hay una evaluación de lo que sería el costo de una guerra con China. Las consecuencias de ese escenario, según esta interpretación, serían devastadoras principalmente para China. Sufriría también EEUU, pero en mucho menor escala, ya  sea términos de pérdidas materiales, o en cuanto a pérdidas de vida. En este sentido, la Rand Corporation define que sería factible iniciar una guerra ¿Para qué? Para comprometer de forma irreversible la posibilidad de que China pueda suplantar a EEUU como la potencia hegemónica mundial. Cabría preguntarse, por cierto, si ése es un proyecto de China realmente..

Independientemente de este documento de la Rand Corporation, los documentos de defensa que están en discusión en el Congreso de los EEUU también son ilustrativos en este tema. Se destaca un documento de julio de este año que suministra al Congreso Norteamericano elementos para pensar la defensa y, sobre todo, en última instancia, para que los legisladores tengan elementos para votar a favor o no de la solicitud del presupuesto de defensa (astronómico presupuesto de defensa) por parte de la Casa Blanca. Son muy interesantes realmente las cuestiones que están siendo planteadas para que estudien los congresistas, o analicen los congresistas.

Una pregunta muy interesante que busca responder el documento es cuánto EEUU depende para su estrategia de defensa de Rusia y, sobre todo, de China. Se consideran, por ejemplo, la cuestión de las tierras raras o inclusive de las cadenas de suplementos para las industrias, sobre todo las industrias de más alta tecnología. Por supuesto, se incluye la cuestión del 5g que es el gran tópico en este momento. El gran tema del debate en relación a esta disputa es con respecto a la tecnología más sofisticada. Esto significa que EEUU, que ha prevalecido prácticamente desde el desmembramiento de la Unión Soviética y el fin de la guerra fría, se observa en un espejo y se ve desafiado a tomar medidas en el sentido de prevenir lo que sería su caída en este papel que ha venido desempeñando.

Y ¿cuál es la respuesta que se vislumbra? ¿Es una respuesta bélica? ¿EEUU está conduciendo este desafío hacia un posible enfrentamiento militar? Veamos. Para que haya guerra tiene que haber un acuerdo de participar de varios actores. EEUU, pienso, no se arriesgaría. Esto es una consideración que hago en base a lo que han sido las iniciativas, las intervenciones de EEUU en las últimas décadas, etc. No arriesgaría una decisión tan definitiva sin el apoyo, imagino yo, de la OTAN. Asimismo, los Estados Unidos están intentando constituir lo que llaman la OTAN del Pacífico, llevando a acuerdos militares que tendrían, digamos así, una formulación que recuerda a la de la OTAN, a Australia, a Japón y a Corea. Todavía esto no se ha consolidado, pero la prensa ya le llama la OTAN del Pacífico.

Lo que es un hecho es que desde la administración Obama, y ahora ciertamente con Trump, ha habido toda una reformulación geopolítica y estratégica, que implica una nueva distribución de los recursos de guerra. No es casual que la principal flota de EEUU esté en este momento en el Pacífico Sur. Inclusive hemos visto noticias sobre algunas de las propuestas de Trump de los últimos meses, acerca de disminuir el personal militar en Alemania, de disminuir el personal militar en el Medio Oriente. Todo estaría de alguna forma pensado en función de ese nuevo escenario, en el cual el punto caliente sería el Pacífico Sur y, sin dudas, el mar de China.

Me olvidé de decir que en aquel documento del Congreso en donde estaban los puntos, digamos así, los temas que el congreso debía analizar en relación con el  presupuesto de defensa y con el futuro escenario, uno de los elementos que se manejaba era analizar el poder de convocatoria que tiene en este momento EEUU para sus fuerzas militares de reserva. Y se hacía ahí toda una consideración en relación con cuál es el efectivo militar que ya ha estado en operaciones y cuál es el efectivo militar que se necesitaría, inclusive con reclutamiento de civiles, para un eventual conflicto de otra índole. O sea que todo esto está siendo analizado.

En este momento está en EEUU en juego la propia presidencia de la República. Él énfasis en una opción militarista o no, depende mucho de quién esté en la Casa Blanca.

Pero ahora veamos la situación del lado de China. Es muy interesante constatar, y en los documentos de China lo refuerzan en todo momento, que China viene insistiendo en todos los documentos, en todos los pronunciamientos de las autoridades, en todos los encuentros internacionales, que su proyecto no es expansionista, que nunca fue la conquista de tierras (por ejemplo ahí traen la historia). Lo que sí han dicho en un tono muy muy enérgico los chinos es que lo que ellos sí buscan es respeto. Y es en base a una filosofía muy impregnada de Confucio y de toda la visión oriental del mundo, de la historia, del cosmos, que ellos definen que la estabilidad que quieren para China no se puede consolidar si no hay estabilidad en la región y si no hay estabilidad en el resto del mundo.

Y ¿cómo considera China que puede contribuir para la estabilidad en la región y para la estabilidad en el resto del mundo? Principalmente China considera que, como tiene grandes reservas, las puede usar, y las está usando,  en beneficio propio y en beneficio del resto de Asia en primer lugar, y luego en beneficio de África, Europa, América Latina y otras regiones. Lo que China considera entonces es que defenderse en este momento de un posible conflicto, la mejor forma y ahí también la sabiduría del arte de la guerra milenaria Sun Tzu, la mejor forma es a través de una economía próspera regional y doméstica. Inclusive en este momento, el plan quinquenal que está siendo votado estos días en la reunión de la alta cúpula del Partido Comunista da mucho énfasis al mercado doméstico, que estará, insisten los chinos, en concordancia con un igual peso e importancia de su mercado externo.

No significa para nada que China se retirará del mercado externo. Ellos tienen muy claro que la cadena productiva internacionalizada, por más que EEUU desee y presione a las transnacionales y los gobiernos para quebrarla, las posibilidades de que esta campaña tenga un éxito en elevado nivel, no son muy grandes. Esto debido a que China tiene conciencia de que, frente a otras opciones que se abrirían para que esas transnacionales salieran del territorio chino, aún así la ponen en una posición de ventaja por la infraestructura que viene construyendo internamente y, ahora, externamente desde los años 90.  La inversión china en infraestructura ha sido fantástica. En este sentido también China se tiene que preparar, y los estudiosos chinos insisten mucho, para estar fuera de las tormentas del sistema financiero global, o  por lo menos poder protegerse. China mantiene un sólido esquema bancario estatal, o sea, el control estatal sobre su sistema bancario. Sin duda el Estado es el gran inductor de todo este proceso de inversión y desarrollo.  China busca la estabilidad propia promoviendo una estabilidad regional, favoreciendo, ayudando a la estabilidad regional. Es en este marco que Xi Jinping, unos pocos meses después de asumir el poder en 2013, ya lanza lo que es su gran proyecto, con el cual aspira a pasar a la historia de China, a un nivel quién sabe igual al de Mao: el proyecto del Belt and Road, que ha sido llamado por la prensa occidentalla nueva rutas de la seda.

Es una propuesta de grandes obras de infraestructura, la más grande propuesta de obras de infraestructura superior a lo que en su momento fue el Plan Marshall o cualquier otra referencia histórica que podamos tener, donde hay una vertiente terrestre y una vertiente marítima que va uniendo a través de puertos, líneas férreas , aeropuertos y conectividad de internet, grandes ciudades. Lo que ustedes puedan imaginar está uniendo al continente asiático y está uniendo China a Eurasia. Vuelve la geopolítica. Vuelve el concepto de Eurasia, en función de estos proyectos de China.

Casi concomitantemente con el propio proyecto en sí mismo, fue creado el Banco Asiático de Inversiones e Infraestructura, que es un banco que tiene China como gran inductor de este proyecto, pero en el cual no tiene la mayoría de las acciones. Tiene 26 por ciento de las acciones. No ha querido ser el país que decida; lo ha querido diseñar de una forma en que todos los países que integran el Banco se sientan partícipes también de las definiciones. Es muy interesante el hecho de que la acogida ha sido extraordinaria para China en este sentido. En América Latina entraron Ecuador y  Uruguay, y hace tres días en el congreso de Brasil se votó el ingreso al banco. La alianza estratégica con Rusia es otro de los elementos fundamentales.

Hoy se destaca la Organización de Cooperación de Shanghai, donde hay una integración económica, social, tecnológica y militar con China y Rusia como grandes líderes, pero que apunta también a una gran integración de Eurasia. Y el paso que yo creo que es la culminación de lo que es esta estrategia, es convocar a Europa. En este momento acaba una gira del ministro de relaciones exteriores chino a Europa. Wang Yi se ha ocupado de consolidar en todos sus pronunciamientos, inclusive un importante pronunciamiento que hizo en Francia en el instituto de relaciones internacionales y estrategias, la opción de China por un refuerzo del multilateralismo, por un refuerzo de la estabilidad internacional, por un refuerzo de las Naciones Unidas  como gran institución para la solución por la vía diplomática de los conflictos y como un como un socio confiable. Si se consolida, como aparentemente estaría indicando el hecho de que ha sido siempre Alemania un socio importante de China, un socio comercial importantísimo durante décadas, que hay en este momento grandes emprendimientos conjuntos , esta Eurasia que surgiría podría ser, pienso yo, un polo importante de estabilización del panorama internacional frente a la opción de un conflicto de desestabilización que podría venir por parte de Estados Unidos.

Y cierro muy brevemente con una consideración de América Latina.  América Latina tiene en esta perspectiva que se abre con la nueva configuración, todavía no definitiva, pero que se insinúa en el horizonte en donde estaríamos en un mundo más multipolar, por lo menos, América Latina tiene una gran oportunidad, histórica ¿Por qué? Porque justamente el hegemón que desde la doctrina Monroe ha intentado interferir (y lo ha hecho) en los proyectos de integración en el continente, en este momento está siendo disputado su poder en varias partes y en varias camadas de lo que es lo que es el poder. Entonces, América Latina está curiosamente en un momento de retraerse en relación a la integración y, por otro lado, más que nunca necesitando de esta integración porque la escala que da la posibilidad de, por lo menos, una América del Sur integrada es muy diferente que una posibilidad de acción a nivel individual de cada uno de estos países.  Pero dejo esto para que lo hablemos si interesa en la parte de las preguntas y respuestas. Y quiero agradecer nuevamente esta oportunidad de conversar con todos ustedes, este placer de estar participando de este evento con Mariana, Federico y el Observatorio del Sur Global. Muchísimas gracias.

SEGUNDA INTERVENCIÓN

Voy a tratar de hacer muy sintética la intervención. En primer lugar, tomando esta parte final del profesor Jose Antonio en relación con los desafíos que nos trae la pandemia. Una de las cuestiones que nos trae muy claramente es que las soluciones, ya sea para la pandemia o con respecto a lo que tratamos antes de la cuestión del cambio climático, son soluciones que necesariamente tendrán que ser planificadas a mediano y largo plazo. No hay soluciones inmediatas, como no lo hay para la pandemia. Y nuestras democracias en general tienden a tener programas de corto plazo. Cuando cambia el gobierno, cambian los programas. Esta contradicción la vamos a tener que analizar porque está planteada. Éste era un comentario con relación a la intervención final del profesor.

Con relación a la guerra fría, estoy completamente de acuerdo con el profesor José Antonio. En realidad, yo lo dije también en mi intervención: es una forma que ha venido usando la prensa, que le gusta nombrar, caracterizar para simplificar, situaciones que no son simplificables. Pero no tiene comparación evidentemente este conflicto actual con lo que fue la guerra fría. El profesor lo vivió a partir de Europa; nosotros lo hemos vivido a partir del Sur. A mí, particularmente, me correspondió cubrir en la etapa anterior a mi vida académica, como periodista, muchos de los debates que se dieron en el contexto de la Conferencia de los No Alineados, heredera de Bandung. Allí se buscaba, en lo que hoy se llama el Sur Global y antes era el Tercer Mundo, poder respirar en ese escenario donde había muy poco margen de maniobra, y donde los países recién independizados de África y de Asia sufrirían extremadamente para poder concretar sus independencias. Nosotros, en América Latina, para concretar nuestra aspiración soberana.  Sabemos muy bien que acá en el caso de Brasil, desde donde yo estoy hablando, el golpe de 1964 que fue atribuido a un combate al comunismo. Sin embargo, en realidad lo que estaba siendo combatido era un proyecto nacional soberano que estaba siendo impulsado con mucho éxito inclusive y que hubiera tenido un impacto regional extraordinario. Eso era lo que no se podía aceptar en este contexto de subordinación que nos tocaba en el contexto de la guerra fría, que de alguna manera todavía nos toca.

Con relación a varios temas que se han tocado,  yo creo que tenemos que entender las posibilidades. Estoy de acuerdo en que tenemos que pensar en términos de estructura; no solo de actores, aunque los actores no son despreciables. Y ahí una breve mención a Rusia. Es evidente que dentro de todo este conflicto, que también es de la estructura, Rusia tiene un papel, es un actor de peso. En ese sentido yo mencioné muy rápidamente, estaba al final de mi intervención, el significado profundo que tiene y que hay que analizar, una alianza estratégica que se ha dado entre China y Rusia. Y para quien vivió, como nosotros de mi generación vivimos, lo que fue la división entre los dos grandes procesos del socialismo, yo lo viví cubriendo la en Angola, armas de un lado chinas y armas soviéticas del otro, en una guerra sangrienta y que fueron en realidad la mayor parte de las guerras que se dieron en el contexto de la guerra fría. No se dieron en Europa; no se dio la guerra nuclear. Se dieron las guerras en el tercer mundo. Ése fue el terreno de disputa de las dos superpotencias.

Con relación a las posibilidades que nos surgen con este escenario, con este nuevo escenario de esa  hegemonía contestada, o como sea que la vamos a llamar,  pienso que todavía no lo hemos analizado en profundidad. Lo que surge de ese escenario con otros actores posibles, y estoy de acuerdo en que no hay que dejar de lado actores. Conflictos de clase. Todo esto está emergiendo. Ahora en la pandemia hemos visto, por ejemplo acá se ha visto mucho en Brasil y se ha visto en otros lugares una reconceptualización, si se quiere, del papel de la mujer, por ejemplo. Porque el cuidado es esencialmente femenino. Además de esto, el profesor mencionó nuestra matriz en América Latina. Otra de las cuestiones que la pandemia ha dejado también, para ser analizada con más cuidado, es qué cosmovisión o qué forma tenemos de relacionarnos, o tendremos que tener, mejor dicho, de aquí en adelante con nuestra naturaleza, con el hábitat y de dónde nutrir esas ideas. Nuevamente entonces emerge con mucha fuerza todo el potencial de conocimiento de nuestras culturas autóctonas.

Quiero cerrar haciendo referencia a nuestra región del Mercosur. Si en este momento China  es el principal socio comercial de Brasil, y si China es en este momento el principal socio comercial de Argentina, y antes nosotros teníamos un intercambio mayor, es una responsabilidad nuestra, latinoamericana, el que esto esté sucediendo. Porque nos falta un proyecto, porque no hemos sido capaces de sensibilizar, ha quedado el Mercosur común como una propuesta muy de cúpula. Tenemos que incorporar pueblo a esto, corazón a esto, para que se haga un proyecto que no sea solamente de un gobierno que cuando cae cambie. Y si tenemos este proyecto común nosotros tenemos que evaluar que no es sólo lo comercial lo que nos tiene que pautar. Esto no se ha perdido. Yo creo que no se ha perdido. Estamos en un momento que nos desafía a este rescate, pero tenemos que pensar en nuestras responsabilidades; no en que China se aprovecha de nuestras debilidades. Eso es lo que creo que hay que pensar. Gracias.

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