El ataque del ejército de Israel y sus fuerzas de inteligencia a Hezbolá en el Líbano profundiza el conflicto en medio oriente con la hipótesis de guerra total. El Partido Socialdemócrata Alemán ganó las elecciones en Brandeburgo, frenando el avance de la extrema derecha Alternative für Deutschland. Las elecciones en Sri Lanka, dieron por ganador al izquierdista Dissanayaka cerrando el ciclo de protestas del 2022 pero con nuevos desafíos. Bolivia se ve atravesada por la protesta social liderada por Evo Morales y la gestión de Luis Arce.
Por Federico Montero y Pablo Macia
El ataque de Israel a Hezbolá en el Líbano profundiza el conflicto en medio oriente.
Durante la semana pasada el ejército israelí y sus fuerzas de inteligencia han desplegado un duro golpe en el Líbano hacia Hezbolá. La principal novedad dentro de las crecientes agresiones fue la detonación remota de miles de “beepers” y walkie-talkies utilizados por la agrupación de origen chiíta, causando numerosas bajas y sembrando el pánico entre la población civil. Las explosiones sucesivas de alrededor de 3.000 equipos, fue parte de un dispositivo de infiltración de la inteligencia israelí de gran sofisticación, interviniendo en el sistema de comunicación de Hezbolá para desmembrar a la organización. Los equipos de baja tecnología, que a diferencia de los Smart pone son geolocalizables, habían sido adquiridos a una franquicia de la compañía taiwanesa Gold Apollo, instalada en Hungría, donde se supone que se infiltró la inteligencia israelí para modificar las baterías por bombas. La operación causó la muerte de una docena de personas y 2.800 heridos el martes pasado a causa de la voladura de los beepers mientras que el miércoles produjo la muerte de una veintena de personas y cientos de heridos con la detonación de walkie-talkies. Los atentados provocaron pánico y paranoia en la población libanesa, que ahora teme por la detonación de diversos dispositivos de comunicación y de uso cotidiano.
El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, acusó directamente a Israel de cruzar “líneas rojas” con las explosiones que, señaló, pueden considerarse “una declaración de guerra”. La milicia creada en 1982 para luchar contra la ocupación israelí en el sur del Líbano ha recibido un duro golpe y amenaza con reorganizarse y crecer en respuesta a la humillación recibida. Hezbolá se jacta de haber enfrentado al ejército israelí en la guerra de 2006, saliendo fortalecida. Por ello, este golpe posiblemente fortalezca la convocatoria de reclutas y el perfil político de la organización. Así, existe el riesgo de que la estrategia israelí fortalezca la determinación de Hezbolá y genere una escalada mayor, arrastrando a la región a una nueva guerra.
Por lo pronto, la milicia chiíta financiada por Irán respondió con una batería masiva de 90 cohetes hacia el norte de Israel, atacando la base aérea Ramat David. Pero el ejército israelí desplegó un bombardeo en el sur de Beirut, la capital libanesa, matando el viernes a 37 personas, entre las que se encontraban mujeres y niños. El bombardeo más letal desde la guerra de 2006 eliminó al alto mando de la fuerza de élite Radwan, Ibrahim Akil, y a 16 militantes de Hezbolá. El atentado recuerda al bombardeo que en julio eliminó a Fuad Shukr, el principal jefe militar del grupo. Por lo que la escalada continúa. Así, el número de muertos en Líbano alcanzó las 70 personas durante esta semana y ha superado las 740 desde el inicio de la guerra en Franja de Gaza, en octubre de 2023.
Así las cosas, Israel parece continuar con la estrategia de desestabilización y la provocación hacia el Líbano, con violaciones rutinarias del espacio aéreo libanés y operaciones encubiertas dentro del país. Hezbollah evalúa que Israel está tratando de escalar el conflicto para fortalecer la línea dura de su política interior, que lo reposicione a Benjamin Natanyahu de cara a las próximas elecciones. Por lo tanto, es probable que el grupo chiíta despliegue una estrategia de desgaste contra Israel, debilitándolo militar, política y socialmente, en lugar de avanzar hacia una guerra total.
Mientras tanto, en la Franja de Gaza el número de muertos entre los palestinos ha superado los 41.000, según las autoridades sanitarias del territorio. La mayoría de los muertos son civiles y la cifra equivale a casi el 2% de la población de Gaza antes de la guerra, es decir, una de cada 50 personas.
La Socialdemocracia retuvo Brandeburgo y frenó a la extrema derecha.
El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) pegó una remontada importante en las elecciones gubernamentales del estado de Brandeburgo, luego de una campaña electoral en la que Alternative für Deutschland (AfD) lideraba las encuestas hasta los últimos días. El ajustado resultado alcanzó al SPD con un 31,3% frente al 29,5% de la AfD, con ambos partidos ganando entre 5 y 6 puntos con respecto a su resultado de la última vez en 2019. En tercer lugar quedó la Alianza Sahra Wagenknecht (ex Die Linke) con 13% y la Unión Demócrata Cristiana (CDU) con 11,5%.
De esta manera revalidó el actual gobernador de Brandeburgo, Dietmar Woidke, quien se había puesto la campaña al hombro luego de administrar la jurisdicción durante 11 años, afirmando que dimitiría su AfD ganaba la elección. Más allá de la audaz apuesta del gobernador, la campaña de la socialdemocracia no fue fácil, ya que excluyeron al propio canciller Olaf Scholz de la misma, a pesar de que es oriundo de Postdam, la capital del estado. El Partido Socialdemócrata ha gobernado Brandeburgo desde la unificación alemana en 1990, pero el estado circundante con Berlín, cada vez está más amenazado por el crecimiento de AfD. En las últimas elecciones en 2019, Woidke logró la victoria con un 26,2 % de los votos, seguido de la agrupación de extrema derecha que quedó como segunda fuerza con un 23,5 %. El crecimiento de AfD se vio reflejado en las declaraciones de Hans-Christoph Berndt, su principal candidato, que aseguró haber consolidado uno de cada tres votos en el estado “a pesar de una campaña de agitación y calumnias”. Los militantes de AfD venían con un gran espaldarazo el mes pasado en Turingia, donde quedaron en primer lugar con alrededor del 33%, y en Sajonia, donde quedaron en segundo lugar por detrás de la conservadora CDU con el 27,5%. En contraposición, el SPD había tenido sus peores elecciones en estos lugares, con un 7,4% de los votos en Turingia, y un 6,1% en Sajonia. Esta remontada le da al SPD otra cara para las elecciones generales del año próximo, revirtiendo una tendencia que de haberse continuado en esta elección directamente lo hubiese condenado a la derrota segura.
De todas maneras, el camino de la SPD no será fácil de aquí en adelante. El endurecimiento de las medidas migratorias que ha desplegado luego del ataque en Solingen, muestra las dificultades de orientar la agenda de la alianza entre socialdemócratas, verdes y liberales que conduce el país.
Dissanayaka gana las elecciones en Sri Lanka y enfrente nuevos desafíos.
El diputado marxista de 55 años, Anura Kumara Dissanayaka ganó las elecciones presidenciales en Sri Lanka, cerrando el ciclo de protestas que en 2022 provocó la caída del gobierno de Gotabaya Rajapaksa. Alrededor del 76 % de los 17,1 millones de votantes elegibles de Sri Lanka emitieron sus votos en las elecciones del sábado. Con más del 40% de los votos el candidato del Frente de Liberación Popular se alzó con la victoria frente a Sajith Premadasa, quedó en segundo lugar, con el 33 por ciento de los votos. En tercer lugar, con alrededor del 17% quedó el actual presidente, Ranil Wickremesinghe, que asumió el cargo en el pico del colapso económico de 2022, imponiendo duras políticas de austeridad condicionadas por el acuerdo de un rescate del FMI. En efecto, el país se ha visto atravesado por una crisis de deuda externa que en el 2022 provocó la evaporación de sus divisas y una crisis social, económica y política de envergadura.
El flamante mandatario afirmó que no incumplirá el acuerdo con el FMI pero que lo modificará recortando impuestos sobre alimentos y medicamentos. El organismo de crédito había otorgado al gobierno de Wickremesinghe 2.900 millones de dólares para estabilizar la economía, pero atado a políticas de ajuste que duplicaron la tasa de pobreza hasta un 25%. La crisis en Sri Lanka, que atrae divisas del turismo, se agudizó en la pandemia y se potenció en 2022 con el impacto de la guerra en Ucrania, que elevó los precios de los alimentos y la energía en un país que estaba estrangulado por una deuda externa de 46 mil millones de dólares. El nuevo gobierno tendrá que lidiar con estos problemas estructurales vinculados al alto endeudamiento externo y a la falta de una producción local que sustituya las importaciones más básicas como las de los propios alimentos, medicinas y combustibles. Los condicionamientos del FMI también implican un recorte en el gasto público que impide proveer a sectores vulnerables de la población con mayores niveles de protección social. Por todo ello, queda por ver cómo resolverá en nuevo mandatario el descontento social que se ha larvado en los últimos años, y que contribuyeron a su elección.
Bolivia se atravesada por la protesta social liderada por Evo Morales y la gestión de Luis Arce
Desde el 17 de septiembre las organizaciones indígenas bolivianas, lideradas por el expresidente Evo Morales, vienen llevando a cabo una multitudinaria marcha con destino a La Paz, sede del gobierno de Luis Arce. La movilización, que ya lleva seis días, viene reclamando por la situación económica que atraviesa el país, marcada por la escasez de combustible y dólares, la suba de precios de la canasta básica y la falta de respuestas por parte del gobierno. Mientras tanto, el gobierno de Arce ha invitado a Morales a dialogar en dos ocasiones, pero las propuestas han sido rechazadas por la dirigencia de la marcha. Morales, por su parte, ha exigido que el presidente se presente en la carretera para dialogar en medio de la movilización, oferta que ha sido rechazada por el gobierno por motivos de seguridad. Esta falta de comunicación ha agudizado las tensiones y alimentado la desconfianza entre ambas partes.
Así, el gobierno de Luis Arce ha acusado a Morales de liderar un intento de golpe de Estado para desestabilizar el país e imponer su candidatura presidencial para las elecciones de 2025. Por su parte, Evo Morales, por su parte, acusa al gobierno de “satanizarlo”, “criminalizarlo” y de desplegar grupos de choque y “barras bravas” para reprimir la marcha, denunciando también la presencia de un supuesto “ministro narco” dentro del gabinete. En un contexto de creciente tensión, la consigna de la marcha, inicialmente enfocada en reclamos económicos, ha virado hacia la posibilidad de un cambio de gobierno. Algunos dirigentes de la marcha, como Ponciano Santos, han exigido nuevas elecciones generales. Además, Morales ha dejado entrever la posibilidad de que Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y afín a su línea política, asuma la presidencia en caso de que Arce y el vicepresidente Choquehuanca renuncien, un escenario que el gobierno ha tildado de inconstitucional. La falta de diálogo y la continuidad de las acciones de fuerza por parte de ambos bandos podrían derivar en una escalada del conflicto, con un aumento de la violencia, la represión y la ingobernabilidad, poniendo en riesgo la estabilidad democrática del país.
De esta manera se despliega una interna entre bandos que en el 2019 enfrentaron juntos el golpe de estado a Evo Morales impulsado por Janine Añez y sectores del ejército avalados por la OEA, y que fueron juntos con el MAS-IPSP con Luis Arce en 2020 para recuperar el gobierno. La disputa entre el histórico líder Morales, y Arce como su sucesor ponen en riesgo la revalidación del ejecutivo en 2025 ante un eventual retorno de la derecha política que aún es fuerte en el país.