Jesus Kevin Ruiz Moran
Las Naciones Unidas definen al migrante internacional “como cualquier persona que ha cambiado su país de residencia. Esto incluye a todos los migrantes, independientemente de su situación legal o de la naturaleza o el motivo de su desplazamiento.”
En esta ocasión me centraré en la migración de mexicanos hacia los Estados Unidos (EE. UU), ya que esta se disparó después de la crisis económica en México de 1994-1995 donde hubo una depreciación del peso, tasas de desempleo altas, entre otros factores, los cuales llevaron a que de la década de 1980 donde el número de connacionales en EE.UU. era poco más de 2 millones, en los años 90’s pasó a duplicarse llegando a 4.4 millones. En la actualidad, según Current Population Survey (CPS), se estima que en el 2018 alrededor de 38.5 millones de personas residentes en Estados Unidos son de origen mexicano, donde 12.3 millones son nacidas en México y 26.2 millones son mexicanos de segunda y tercera generación, es decir personas con uno o ambos padres nacidos en México y personas que se autodefinen como personas de ascendencia mexicana, respectivamente. En estos años los migrantes mexicanos han sido un pilar fundamental para la economía de México, tanto es así que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo reconoció públicamente en múltiples ocasiones. Conforme a la información del Consejo Nacional de Población (CONAPO) en el 2022, el monto de remesas recibidas por México equivalió al 0.2% del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos mientras que en México representó 4% del PIB en el 2021. El Banco de México (BdeM) informó que las remesas familiares que recibió México anotaron un récord de 41 mil 458.76 millones de dólares entre enero y agosto de 2023.
Pero atrás de todas estas cifras, hay personas quienes tuvieron que dejar a su familia, amigos y país para buscar mejores oportunidades gracias a los malos gobiernos de aquella época. La vida de un migrante es difícil en especial la del mexicano que tuvo que irse por alguna necesidad y todo comienza desde la travesía de cruzar la frontera.
“Llego a los Estados Unidos siendo un niño de 13 años y me enfrento como primer obstáculo cruzar el cerro que te llevaba de Tijuana a San Diego, la primera vez que crucé me perdí y que me quedé dos días y dos noches sin saber a dónde ir, hasta que me encontré a un amigo y con él decidimos en el tercer día llegar juntos hasta Chula Vista, San Diego donde al primer lugar que llegamos fue a un McDonalds donde un señor nos escondió en un bote de basura en el parking. Estábamos ahí escondidos con esa hambre de tres días, dos noches sin comer ni beber nada, entonces encontré comida, papitas, hamburguesas y refresco a medias que habían tirado donde estábamos y esa fue la comida más grandiosa que he tenido en mi vida” – Erasmo O.
“La última vez mi travesía fue muy difícil y complicada, tuve que caminar 4 horas para llegar en la frontera de Ciudad Juarez, México, y El Paso, Texas, para brincar el muro de 10 metros de altura donde por poco me caigo. Con la ayuda de un señor de quien me apoye fue por eso no me caí al suelo, bajando del muro nuevamente volvimos a caminar por 6 horas más en pleno desierto y a medianoche con el temor que nos agarran a un paso que apenas podíamos respirar; la razón por la que volví a Estados Unidos fue por mis hijas, que ya no querían vivir México, porqué ellas fueron víctimas de la discriminación y no fueron bien recibidas con allá argumento de que ellas no podían hablar bien el español” – Octavia F.
“Nosotros sufrimos problemas durante el gobierno de Salinas de Gortari un poco antes del 94, mi familia perdió sus ahorros. Aparte como mujer había recibido acoso sexual de una persona del PRI donde trabajaba, quien me metió a la lista negra por lo tanto ya no me querían contratar, por estas razones decidí migrar, yo en ese momento estaba casada con un americano entonces crucé con visa” – Damaris S.
“Mi travesía fue muy difícil, ya que cuando salí de mi pueblo no sabía que ocurriría en mi camino, si llegaría a mi destino o no, siempre pensando en todo lo que dejaba atrás, mi gente, mi familia, mi tierra que me vió nacer, mi travesía fue dolorosa, ya que cada vez que me alejaba, sentía que dejaba parte de mi atrás. Crucé la frontera de la manera más humillante y riesgosa, no sabía si saldría con vida de ese drenaje en el cual caminaba y caminaba, solo en la oscuridad y con la luz de las chispas de un encendedor, salir al final por la alcantarilla mojado y temeroso por ser descubierto…” – Higinio P.
Esto solo es el inicio, ya que como migrantes dentro del país extranjero donde decidimos radicar comienzan más problemas como el racismo, la discriminación, las barreras comunicacionales y culturales, la explotación laboral, entre muchos más problemas.
“De los problemas que he pasado está en primer lugar el idioma inglés, que llega uno sin saber hablar, mucho menos entender, diferentes culturas, diferente forma de vivir, completamente todo diferente, el trabajo es mal pagado.” – Octavia F.
“Las dificultades que he tenido es la atención médica, no poder ganar un salario como un ciudadano americano, el idioma, enfrentar la discriminación laboral, la explotación laboral” – Higinio P.
“Las dificultades como migrante para mí ha sido el racismo como madre de familia, la discriminación de desplazamiento racial, tuve que vender mi casa ya que un vecino fue muy racista…” – Damaris S.
“… lo difícil no fue cruzar el cerro y el desierto, lo difícil es que después de 40 años enfrentarse a la sociedad americana con la discriminación en hacer los empleos que ellos no hacen en el día a día, pagar hospitales y la escuela que son carísimos, pero aun así enviamos las remesas a nuestras familias a México.” – Erasmo O.
Si bien el actual gobierno del presidente López Obrador fue de los primeros en preocuparse por los connacionales fuera del país, aún falta por hacer para que sean integrados plenamente en la toma de decisiones dentro de México.
“Se necesita más representación en los tres niveles del gobierno de México para que los migrantes tengamos verdaderamente representación, somos 40 millones de mexicanos necesitamos más representación en la cámara de diputados y senadores tanto en México como en Estados Unidos” – Erasmo O.
“Al gobierno le falta involucrarse en las necesidades de los migrantes, saber a fondo las dificultades que vivimos los mexicanos en este País. También trabajar para una reforma migratoria integral.” – Octavia F.
“Lo que debe de hacer el gobierno mexicano para que podamos influir en la toma de decisiones es convocar a foros consultivos en los consulados y que puedan participar todos los migrantes con y sin documentos.” – Higinio P.
México aún tiene muchos retos que enfrentar para integrar verdaderamente a los migrantes mexicanos de todo el mundo en la vida política del país, necesitan conocer lo que realmente lo que vivieron, viven y necesitan, mejorar las atenciones de los órganos gubernamentales en el exterior, y ,como un migrante de 27 años, desde mi punto de vista considero que es muy importante que se creen las condiciones sociales y laborales necesarias para que quienes quieran regresar a su país lo puedan hacer sin obstáculo alguno, porque a nadie le gusta estar lejos de su gente ni de su patria y cuando parte, sueñan siempre con el día de poder volver.