Observatorio del Sur Global

El PC de China reafirma su poder y en Europa persiste la convulsión política y social

Observatorio
Observatorio
16 Minutos Leídos

El Partido Comunista de China reafirmó su poder en su XX Congreso para impulsar los objetivos de desarrollo en el gigante asiático. Mientras tanto, en Europa continúa la crisis política y social con la renuncia del gobierno de Liz Truss en Reino Unido, las huelgas en Francia y el armado del gobierno de derecha de Giorgia Meloni en Italia. En América Latina se manifestaron los límites y contradicciones en los gobiernos progresistas de Perú y Chile. Mientras tanto Brasil entra en la recta final de la campaña para la segunda vuelta presidencial.

Por Federico Montero y Pablo Macia

El XX Congreso del PCCh reafirmó el poder de Xi Jimping de cara a la modernización de China

Este sábado 22 de octubre concluyó el XX congreso del Partido Comunista de China que se desarrolló desde el domingo 16 con 2.296 delegados y 354 invitados como observadores, constituyendo un hecho histórico al romper la tradición manteniendo una nueva reelección de Xi Jinping al mando del Partido luego de dos mandatos de 5 años iniciado en 2012.  Este es el primer congreso   que se celebra después del centenario del PCCh en 2021, que caracterizó el papel del partido con el logro de la erradicación absoluta de la pobreza y el objetivo de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada.

En este caso, el PCCh resolvió proponerse como objetivos para el segundo centenario “la construcción integral de un poderoso país socialista moderno, promoviendo integralmente la gran revitalización de la nación china “. Así, para el año 2035 se propone el cumplimiento básico de la modernización socialista, que incluyen el crecimiento sustancial del PIB per cápita, alcanzando el nivel de los países medianamente desarrollados. Además impulsa la mejora del poder blando nacional y la reducción constante de las emisiones de carbono, todo ello basado en la autosuperación científico-tecnológica. Además se plantea un mayor nivel de institucionalización, reglamentación y procedimentalización de la democracia popular de proceso y la sincronización de los ingresos poblacionales con el crecimiento económico a través del incremento de los salarios y de la productividad.

De esta forma la dirigencia del PC, enmarcada en un fuerte liderazgo de Xi Jinping que revitalizó la doctrina marxista con características chinas, superando una etapa de burocratización y de crecientes hechos de corrupción, mantiene su particular modelo de desarrollo diferenciado del de occidente. En ese aspecto promete una inserción mundial avanzando en un mayor protagonismo de China en la gobernanza global a partir de relaciones de cooperación y de beneficio mutuo, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta. En ese aspecto el informe elevado por Xi Jinping afirma que China “jamás procurará la hegemonía ni practicará el expansionismo”, en referencia a la política impulsada por Estados Unidos. Por último, el congreso también se expidió sobre Taiwán, reafirmando la determinación de reunificar la provincia bajo el gobierno central de China y la necesidad de reforzar y modernizar al Ejercito Popular como garantía de la paz y el desarrollo de la nación.

El ambicioso proyecto de largo alcance propuesto por el Partido Comunista se basa en logros concretos que permitieron elevar el Producto Interno Bruto de China al 18,5 por ciento de la economía mundial, aumentando 7,2 puntos porcentuales en los últimos 10 años. Sin embargo, los analistas occidentales aseguran que en los últimos años se ha ralentizado el crecimiento a raíz de la “guerra comercial” impulsada por Estados Unidos, las políticas de cero covid, la desaceleración económica global y problemas coyunturales de China como los acontecidos en el mercado inmobiliario. A estos desafíos se le suma la equiparación del desarrollo entre las zonas urbanas y rurales de China y entre las regiones costeras y las zonas interiores del país. Pero más allá de estos problemas, es indudable el avance que ha desplegado el país desde la llegada del PC al poder en 1949. Esa trayectoria permite dar cierto crédito al objetivo propuesto por el partido para el centenario de la revolución en 2049 de conformar un “gran país socialista moderno, próspero, poderoso, democrático, civilizado, armonioso y bello”.

La crisis política y social en Europa continúa desatando los conflictos laborales y precipitó la renuncia de Liz Truss.

Europa continúa empantanada en los conflictos sociales y políticos profundizados por la guerra en Ucrania, que provocó una crisis energética en el continente. La estrategia norteamericana de profundizar el conflicto con Rusia  tiene por objetivo redefinir la matriz energética en Europa, causando por el momento graves consecuencias en la población. De esta forma se agudizan los conflictos en Francia con el paro general de la CGT y sindicatos que el martes pasado llevaron a cabo junto a masivas movilizaciones en todo el país. La creciente protesta comenzó a partir de la huelga de los trabajadores de las refinerías de petróleo y se extendió a todos los sectores laborales a partir de la intervención del gobierno de Macron que obligó a trabajar al personal del sector para paliar el desabastecimiento de combustible, que afecta desde hace días a casi un tercio de las estaciones de servicio del país. Así se desataron las movilizaciones en todo el país bajo la exigencia de aumentos salariales que compensen la pérdida de poder adquisitivo provocada por la inflación. En ese aspecto exigen un salario mínimo de 2.000 euros.

La tensión permanece en aumento en términos de una puja distributiva, ya que las empresas vienen obteniendo ganancias extraordinarias con la crisis, sin distribuir beneficios entre los asalariados o los consumidores. Así, en el caso de  TotalEnergies  se han anunciado beneficios por 10.000 millones de dólares en el primer semestre de 2022. Mientras tanto, Macron continúa en una posición dura frente a los reclamos salariales y la exigencia de medidas redistributivas. Su gobierno evitó restablecer un impuesto a las grandes fortunas en el presupuesto para el 2023, pasando por encima de propuestas provenientes de diversas bancadas parlamentarias. Esto preanuncia la continuidad de la conflictividad en el país.

De manera similar, en el Reino Unido se precipitó una nueva crisis política con la renuncia de la Primera Ministra Liz Truss, quien apenas permaneció en el cargo 45 días. La tradicional estabilidad política de Westminster se viene deteriorando en los últimos años, con cuatro Primer Ministros desde 2016 y con conflictos como los desatados por el brexit, la pandemia y la guerra en Ucrania, entre otras cuestiones. Truss nunca pudo reponerse del primer revés sufrido por los mercados financieros y la ciudadanía al impulsar un presupuesto que fue catalogado como inviable y que derrumbó la cotización de la libra a su registro más bajo en 37 años. La propuesta pretendía reducir los impuestos a la renta de los sectores más adinerados mientras pretendía sustentar el presupuesto con mayor deuda pública para compensar a los sectores más vulnerables frente al aumento de la energía. La renuncia de su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng no permitió generar confianza frente a ese revés originario y otra serie de medidas desafortunadas de su gabinete acentuaron la renuncia de Truss. El deterioro generalizado de la economía de los británicos con la crisis energética y la inflación fue el disparador de su salida, pero los problemas en el país son más estructurales. Así, desde el 2016, la economía del Reino Unido ha pasado de ser el 90% del tamaño de la alemana a ser solo el 70% en la actualidad. Desde el crack financiero de 2008, los ingresos en Reino Unido cayeron un 2% mientras que en otros países de Europa se han recuperado fuertemente desde aquella época.

Estos indicadores deterioran las posibilidades de los conservadores de cara a la una campaña electoral general de 2024 y el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer promueve un adelantamiento de la elección. Mientras tanto los conservadores entrarán en un nuevo proceso interno para definir un nuevo Primer Ministro y los que más chances presentan hasta el momento son Rishi Sunak y el controvertido Boris Jonhson, quien ha dejado el gobierno hace menos de dos meses.

Mientras tanto, en Italia el presidente, Sergio Mattarella, inició la ronda de consultas políticas con los bloques parlamentarios para la formación de un nuevo Gobierno encabezado por Giorgia Meloni. Este sábado, Meloni juró como la Primera Ministra mujer de Italia, bajo una fuerza de derecha conservadora que asume luego del descontento generalizado de la población frente a la crisis que azota al viejo continente. La mandataria anunció un gabinete ministerial de 24 miembros que distribuyó de manera proporcional al peso electoral de cada uno de los socios de la coalición formada junto a Salvini y Berlusconi. La semana entrante se prevé que adquiera el voto de confianza en el parlamento para iniciar esta nueva etapa en el gobierno italiano.

Crisis política en Perú y contradicciones el gobierno de Chile.

Durante la semana se desarrollaron nuevos acontecimientos en la recurrente crisis política en Perú, a partir del pedido del presidente Pedro Castillo para que la Organización de Estados Americanos (OEA) interceda para frenar a la oposición de derecha en el parlamento. El organismo respaldó al gobierno de Castillo impulsando el envío de un grupo de alto nivel para evaluar la situación y exigir a todas las fuerzas políticas actuar dentro del estado de derecho. La cuestión es de suma importancia ya que la mayoría parlamentaria de derecha viene cuestionando recurrentemente el accionar del presidente electo, objetando a sus ministros, denegando el permiso para representar al país en el exterior y en este caso impulsando una denuncia por supuesta corrupción hacia su figura y su círculo familiar.  Estas acciones pueden servir como prolegómeno de un juicio político amañado por parte del parlamento, al estilo del golpe institucional como el de Fernando Lugo en Paraguay o el de Dilma Rousseff en Brasil. Frente a ello, Castillo solicitó la intervención de la Carta Democrática Interamericana, para preservar la institucionalidad en el país. La inestabilidad política en el país se traduce en altos niveles de apatía política y un descontento de la ciudadanía tanto con el Poder Ejecutivo como con el Poder Legislativo, prolongando la crisis política.

Mientras tanto en Chile se desarrollaron las manifestaciones en el marco del tercer aniversario de del estallido iniciado el18 de octubre de 2019, dejando en esta oportunidad un saldo de 195 detenidos, 15 saqueos y más de un centenar de disturbios en distintos lugares del país. En la primera movilización desde la asunción del gobierno de Gabriel Boric con respecto a ese aniversario y el saldo represivo marca una contradicción con el movimiento que de alguna manera contribuyó a encaramarlo en el poder. El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve afirmó como excusa que no hubo muertos  y que los saqueos y enfrentamientos bajaron con respecto al año pasado. Sin embargo, la represión desatada contradice cualquier ideario progresista como el que intentaba mostrar Boric en su campaña electoral. El presidente chileno obtuvo hace poco un revés en el plebiscito de la nueva propuesta de Constitución, que fue rechazada por casi 62% de los votos. De esta manera continúan las negociaciones por una reforma constitucional mientras permanece vigente la actual Carta Magna pinochetista.

Brasil en la recta final de cara a la segunda vuelta presidencial

A una semana de la segunda vuelta electoral en Brasil para elegir presidente, la campaña adquiere un alto voltaje en base a noticias falsas, insultos y prebendas de último momento por parte del actual presidente Jair Bolsonaro. Según las últimas encuestas de Datafolha, Bolsonaro logró recortar la diferencia ante Lula a 4 puntos. La pelea es palmo a palmo ya que en el país más poblado de Sudamérica, con 215 millones de habitantes, las campañas televisivas y mediáticas adquieren un gran impacto. De esta manera la instalación de escándalos en los temas de agenda adquieren una importancia inusitada. En ese aspecto, Bolsonaro arremetió con argumentos como el supuesto “pacto con el diablo” de Lula, el comunismo de los cardenales por su vestimenta roja, y otras cuestiones por el estilo. Por su parte, Lula denuncia las recurrentes mentiras de Bolsonaro sumada a la acusación de pedofilia del actual presidente, a raíz de sus declaraciones sobre la “onda” que tuvo con niñas de 14 años en un paseo en 2021.

De esta manera, el último tramo de la campaña se está convirtiendo en una fuerte disputa por la campaña negativa hacia el adversario, a pesar del intento de Lula por pregonar mayores ejes programáticos y apelar a la esperanza frente al miedo y al odio. En ese aspecto continuó impulsando los aumentos de salario y jubilaciones como propuesta política, diferenciándose del ministro de economía bolsonarista Paulo Guedes quien afirmó que desindexará las remuneraciones, aunque luego se desdijo. Así las cosas, la última semana promete aumentar la tensión, teniendo como epicentro el debate presidencias del viernes 28 de octubre en la Tv O Globo como una de las últimas cartas en la disputa electoral del domingo.

Compartir este artículo
Dejanos tu comentario