Por Ignacio Martín Ruiz
“Desde que se convirtió en el país más poderoso del mundo, tras las dos guerras mundiales y la Guerra Fría, los Estados Unidos han actuado cada vez más osadamente al interferir en los asuntos internos de otros países, no hizo más que perseguir, mantener y abusar de su hegemonía, promover subversiones e infiltraciones y librar guerras de manera voluntaria, provocando daño a la comunidad internacional”.
Así comienza el documento publicado el 20 de febrero por el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular de China titulado “La hegemonía de EE.UU. y sus peligros”. Como dijimos anteriormente, el ascenso de Xi Jinping reveló a una China dispuesta a dar la disputa sobre cómo se entiende debe ser el orden internacional. Pero en particular, en las últimas semanas hubo una intensificación en la expresión de su postura y postulados respecto de la arquitectura de la Seguridad Global.
Esto puede hallar explicación en la manera en que China observa la evolución del accionar de EE.UU. en la arena internacional a un año del estallido del conflicto en Ucrania: 1) la guerra comercial impulsada por Trump y continuada por Biden no sólo no da muestras de distensión, sino que se prevé todo lo contrario para el futuro cercano. 2) la actitud del país norteamericano de sostener y profundizar las sanciones unilaterales aplicadas a la Federación Rusa, la persistencia en el envío de armamentos cada vez más sofisticados y la financiación continua a Ucrania hasta que caiga el último ucraniano y la negativa permanente a rendir cuentas sobre los laboratorios biológicos en Ucrania o la voladura del gasoducto Nord Stream-2 en Alemania. 3) la retórica belicista y hegemonista que esgrimen numerosos funcionarios del gobierno de Biden cuando de China se trata. 4) la hipocresía de adherir al postulado «Una sola China» y sin embargo financiar la industria militar, entrenar pelotones, profundizar las relaciones diplomáticas y aseverar la demarcación de la esfera de influencia china en Taiwán, refiriéndose a la posibilidad de que ésta pueda constituir un escenario como el que azota a la actual Ucrania.
No es sorpresa para nadie que EE.UU. quebró las reglas de la globalización neoliberal consolidada tras la caída de la URSS. El propio garante del orden internacional actúa de manera unilateral cuando le conviene para garantizarse a sí la preeminencia y la posición dominante sobre los otros actores de la comunidad global. Es esperable entonces que China contemple la hipótesis de que el país norteamericano busque arrastrarla a un conflicto que suponga una amenaza para su supervivencia. Es factible por tanto que China pise el acelerador y busque instalar su perspectiva sobre lo que debe hacerse en la esfera de la denominada Seguridad Global para sumar voluntades y así habilitar la posibilidad de alcanzar un orden internacional de “multilateralismo verdadero y cooperación ganar-ganar”.
En esta clave pueden leerse los encuentros diplomáticos de alto nivel que tuvieron lugar en el transcurso del mes de febrero. Wang Yi, director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores del Partido Comunista y ex ministro de Exteriores de China, realizó una gira por Europa entre los días 14 y 22 de febrero. En este período de tiempo, se reunió con el presidente de Francia Emmanuel Macron (15/2), el ministro de Relaciones Exteriores y viceprimer ministro de Italia Antonio Tajani (16/2), el canciller alemán Olaf Scholz (17/2), el secretario de Estado de EE.UU. Anthony Blinken (18/2), el primer ministro de Hungría Viktor Orbán (19/2), el Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Josep Borrell (20/2), el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia Nikolái Pátrushev (21/2) y el presidente de la Federación de Rusia Vladimir Putin (22/2). A su vez, el día 18 planteó la postura china sobre el conflicto ucraniano en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Por su parte, Xi Jinping se reunió con el presidente de Irán Ebrahim Raisi (14/2), el presidente de Bielorrusia Aleksandr Lukashenko (1/3) y se espera que el mandatario francés viaje a China durante el mes de abril para abordar el conflicto ucraniano.
Iniciativa de Seguridad Global y posición sobre Ucrania
El día 21 de febrero se publicó el “Documento conceptual de la Iniciativa de Seguridad Global” que afirma que “la problemática de la seguridad impacta en el bienestar de los pueblos de todos los países, la noble causa del desarrollo y la paz mundial, así como también en el futuro de la humanidad”.
La Iniciativa de Seguridad Global (ISG) fue dada a conocer por Xi Jinping en la Conferencia Anual del Foro de Boao para Asia en abril de 2022. Apunta a “eliminar de raíz las causas de los conflictos internacionales, mejorar la gobernanza de la seguridad global, incentivar esfuerzos internacionales conjuntos para brindar más estabilidad y certidumbre a una era volátil y cambiante y promover paz y desarrollo perdurables en el mundo”. Para entender a qué se refiere China cuando habla de Seguridad Global, repasamos sus 6 principios fundamentales:
- Permanecer comprometidos con una visión de seguridad común, comprensiva y cooperativa: “Creemos que la seguridad sólo será firmemente sostenida y sostenible cuando esté respaldada por un sentido de la moralidad, la justicia y las ideas correctas”.
- Permanecer comprometidos con el respeto a la soberanía e integridad territorial de todos los países: “Creemos que todos los países, sean pequeños o grandes, débiles o fuertes, ricos o pobres, son miembros de la comunidad internacional en pie de igualdad. (…) El derecho a que cada país elija de manera independiente el sistema social y el camino de desarrollo que se quieran dar debe ser sostenido en alto”.
- Permanecer comprometidos al cumplimiento de los propósitos y principios de la Carta de la ONU: “Las confrontaciones e injusticias en nuestro mundo presente no ocurren debido a que los propósitos y principios de la Carta de la ONU estén desactualizados, sino debido a que no son efectivamente sostenidos e implementados (…) llamamos a todos los países a practicar un verdadero multilateralismo (…) la mentalidad de Guerra Fría, el unilateralismo, la confrontación de bloques y el hegemonismo contradicen el espíritu de la Carta de la ONU y deben ser resistidos y rechazados”.
- Permanecer comprometidos en tomar en serio las legítimas preocupaciones de seguridad de todos los países: “La humanidad es una comunidad de seguridad indivisible. La seguridad de un país no debería plantearse a costas de la seguridad de otros países. Todos los países son iguales en términos de intereses de seguridad (…) cualquier país, mientras persigue su propia seguridad, debe tomar en cuenta las preocupaciones de seguridad de otros países (…) debe haber una arquitectura de seguridad equilibrada, efectiva y sostenible para la realización de una seguridad común y universal”.
- Permanecer comprometidos en resolver de manera pacífica los conflictos y disputas entre países a través del diálogo y las consultas: “Las guerras y sanciones no son una solución fundamental a las disputas; solo el diálogo y las consultas son efectivas en resolver las diferencias (…) la comunidad internacional debe respaldar todos los esfuerzos conducentes a la resolución pacífica de crisis y fomentar la construcción de confianza entre las partes en conflicto, resolver las disputas y promover la seguridad a través del diálogo”.
- Permanecer comprometidos en mantener la seguridad respecto de las amenazas tradicionales y no tradicionales: “Las amenazas tradicionales y no tradicionales a la seguridad se han entrelazado. Alentamos a todos los países a practicar los principios de consultas abarcativas, contribuciones conjuntas y beneficios compartidos en la gobernanza global, para así trabajar juntos en el abordaje de las disputas regionales y los desafíos globales como el terrorismo, el cambio climático, la ciberseguridad y la bioseguridad”.
En línea con lo anteriormente descrito, el día 24 de febrero se publicó el documento “La posición de China respecto de la solución política de la crisis de Ucrania” en la que China deja asentada su postura respecto a la manera en que debe abordarse la crisis en Ucrania para encontrar una solución que tienda a promover la paz mundial sobre la base de 12 puntos:
- Respetar la soberanía de todos los países: “la soberanía, independencia e integridad territorial de todos los países debe sostenerse en alto. (…) Debe promoverse una aplicación ecuánime y uniforme de la ley internacional, mientras que deben rechazarse los doble-estándares”.
- Abandonar la mentalidad de la Guerra Fría: “la seguridad de una región no debería alcanzarse a través del fortalecimiento o expansión de bloques militares. Las legítimas preocupaciones e intereses de seguridad de todos los países deben tomarse en serio y abordarse apropiadamente”.
- Cesar las hostilidades: “el conflicto y la guerra no beneficia a nadie. Todas las partes deberían apoyar a Rusia y Ucrania para que trabajen en la misma dirección y resumir el diálogo directo lo antes posible (…)”.
- Reanudar las conversaciones de paz: “el diálogo y las negociaciones son la única solución viable para la crisis de Ucrania”
- Resolver la crisis humanitaria: “las operaciones humanitarias deberían seguir los principios de neutralidad e imparcialidad y los asuntos humanitarios no deberían ser politizados”.
- Proteger a la población civil y a los prisioneros de guerra.
- Mantener la seguridad de las centrales nucleares.
- Reducir los riesgos estratégicos: “las armas nucleares no deben ser utilizadas y las guerras nucleares no deben ser libradas”.
- Facilitar las exportaciones de grano.
- Poner fin a las sanciones unilaterales: “las sanciones unilaterales y la presión máxima no pueden resolver la cuestión; solo crean nuevos problemas”.
- Mantener estables las cadenas industriales y de suministro: “todas las partes deberían de manera sincera mantener el actual sistema económico global y oponerse a la utilización de la economía global como una herramienta o arma con propósitos políticos”.
- Promover la reconstrucción postconflicto.
China critica la “mentalidad de Guerra Fría” y la política de bloques de EE.UU, la manera en que la OTÁN y aliados han abordado el conflicto sobre la base de sanciones unilaterales y la forma en que se socavaron los consensos económicos de la globalización post caída de la URSS, al observar la utilización de herramientas económicas para fines políticos. Resulta curiosa la ausencia de mención al envío de armas por parte de la OTÁN a Ucrania. Finalmente, el documento de China llama a reanudar las negociaciones de paz, cuestión que en la resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU (A ES-11 L.7) sólo se agregó a partir de una enmienda propuesta por Bielorrusia (A ES-11 L.9).
¿Hegemonismo o pacifismo?
Lo que podemos observar a partir de estas semanas de intenso posicionamiento chino respecto a la Seguridad Global es la aparente firme decisión por parte de la RPCh de sostener en alto la propuesta de una vincularidad internacional distinta a la del hegemonismo, la política de bloques y la mentalidad de guerra fría. Al menos en la construcción narrativa, persiste la convicción de que las relaciones internacionales deben orientarse hacia los ya enunciados postulados de prosperidad y destino común de la humanidad, promoviendo una comunidad internacional que sea respetuosa de la institucionalidad y legalidad de la ONU, de los asuntos internos y las formas culturales de otros países en pos de una cooperación ganar-ganar. ¿Puede esto acaso resumirse como una confrontación entre hegemonismo y pacifismo?
Emergen interrogantes que tienen que ser explorados para profundizar en la capacidad de discernimiento respecto de la sinceridad detrás de los postulados chinos: ¿en qué conflictos está involucrada China en la actualidad? ¿Qué está sucediendo con la Iniciativa de la Franja y la Ruta? ¿Y con la Iniciativa de Desarrollo Global (la tercera pata que compone la tríada IFR/IDG/ISG)? ¿Hay antecedentes culturales históricos que respalden la narrativa internacional de China hoy? En el momento de múltiples crisis en que nos encontramos, explorar posibilidades es una respuesta que debemos a las generaciones futuras.