La provincia de Buenos Aires es el corazón productivo del país y su estructura económica se define, como ninguna otra, por su diversidad. De hecho, es la única donde el sector industrial explica el porcentaje mayor en su Producto Bruto Geográfico (29% contra el 8% del sector primario), donde sus bienes manufacturados superan a los primarios y su cadena industrial en su perfil exportador.
Estos hechos delinean, por tanto, un perfil productivo-exportador diferenciado del nacional donde la idea primario-exportadora aparece como definitoria en la búsqueda de la inserción económica internacional. En este escenario vale la pena preguntarse que impactos particulares tendrá la provincia frente a los acuerdos comerciales internacionales firmados por la nación como puede ser el acuerdo MERCOSUR – Unión Europea.
Este acuerdo cuya negociación finalizó en 2019 bajo los gobiernos de Bolsonaro y Macri dejó claramente sentada las bases de una lógica de intercambio desigual que incluye exclusiones y cuotas para los bienes más competitivos sudamericanos, aunque también mayores plazos de desgravación para los sectores sensibles mercosureños.
En este contexto la provincia se encuentra en un compromiso doble. En primer lugar, los sectores ganadores no son tan importantes en la provincia en términos relativos (y de hecho la Unión Europea sólo explica el 8% de las exportaciones provinciales), mientras que los perdedores en su mayoría sí se radican en el territorio bonaerense, como la metalmecánica que concentra allí la mitad de las empresas y del empleo nacional. Al ahondar en este punto vale la pena mencionar que hoy ya no paga arancel el principal producto de exportación a la UE (harina y pellets de soja) que promedia el 30% del total.
En segundo lugar, las exportaciones a Brasil, principal socio bonaerense en este aspecto, encontrarán a partir del acuerdo una mayor competencia por parte de los productos europeos. Esto es particularmente claro en el sector automotor, el químico – farmacéutico y en el sector lácteo, ámbito en el cual la Unión Europea es el segundo exportador mundial. Entre estos 3 sectores explican el 55% de las exportaciones bonaerenses a Brasil, con una preminencia total del sector de automóviles y autopartes que alcanza por sí sólo el 40%.
Por ello estamos hablando aquí de un desafío sumamente importante para la producción y el empleo bonaerense que obliga a conocer en profundidad los impactos y potencialidades del acuerdo MERCOSUR-UE, con el fin de tomar una actitud proactiva desde el gobierno y los sectores productivos provinciales en relación al mismo. El trabajo que presenta Damián Paikin, director del Centro de Estudios en Ciudadanía, Estado y Asuntos Políticos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, apunta a ser un insumo que contribuya en este sentido, orientado a defender la diversificación productiva provincial y sobre todo, tanto el empleo como la capacidad de innovación provincial.
Las negociaciones externas, que en ocasiones se presentan como lejanas o secundarias, definen sin embargo con claridad el destino de una nación y los límites de su modelo de desarrollo ya que la obligan frente a terceros. Por tanto, conocerlas y evaluar sus impactos es una tarea prioritaria.
Pueden leer y descargar el trabajo completo a continuación: