Newsletter Elecciones en Estados Unidos
La atención de Donald Trump se divide entre la gestión de la Pandemia y sus efectos y sus planes de reelección en un año donde todo parece ponerse cuesta arriba para el presidente del país más poderoso de la Tierra. En la semana en que EEUU casi llega a la marca de 70.000 contagios diarios, Trump presiona para el regreso a las clases, mientras los casos confirmados llegan a 3,3 millones con 135.000 muertes.
En ese escenario, varios estados clave se rebelaron contra los planes de reapertura de las escuelas. Ayer lunes, los distritos escolares de Los Ángeles y San Diego anunciaron que comenzarán el próximo año escolar con aprendizaje a distancia, mientras que las escuelas de la ciudad de Nueva York ofrecerán una combinación de clases en persona y aprendizaje en línea. Maryland, el distrito más grande de los suburbios del DC -la capital política y administrativa del país- propone comenzar el año con aprendizaje virtual.
En un nuevo giro discursivo, que le permite retener el centro de la escena y conectar con el segmento de la población descontento con la cuarentena y afectado por el parate económico, Trump retuiteó hoy en su cuenta, mensajes que acusan a funcionarios de salud pública del país, incluido el principal experto en enfermedades infecciosas, Anthony Fauci, de mentir sobre la pandemia de la Covid-19. Fauci advirtió a finales de junio que Estados Unidos podría registrar hasta 100 mil casos adicionales por día si no se adoptan más medidas.
Desde el inicio, la campaña ha ido cuesta arriba. El pasado 20 de junio fue el retorno del presidente Donald Trump a la campaña electoral. Pero lo que se esperaba un gran acto de campaña en Oklahoma, terminó siendo un pequeño mitin de no más de 6.000 personas, aunque el propio presidente había anunciado que un millón de personas habían solicitado tickets por internet para participar.
Un sinsabor al inicio de la campaña que ya venía mal antes de arrancar, en un escenario donde el relanzamiento del programa espacial de la NASA junto a SpaceX había sido opacado por el estallido de las masivas manifestaciones en repudio al asesinato de George Floyd.
Rápidamente comenzaron las especulaciones que dieron lugar al “TikTok Gate”. Como señala la BBC, “Según políticos, expertos y medios de Estados Unidos, miles de jóvenes usuarios de TikTok y fanáticos del K-Pop estuvieron detrás de lo sucedido: volvieron un desafío en la red social pedir tickets para el evento… para luego no presentarse”.
Más allá del traspié, muchos analistas señalan una serie de razones profundas que estarían amenazando la reelección de Trump. La tardía implementación de medidas del presidente hacia el brote del Covid-19, y como consecuencia un saldo de más de 126 mil muertes, el refuerzo hacía las políticas antiinmigrantes dejando a más de medio millón de personas sin posibilidad de renovar su Visa de trabajo, sus dichos sobre las protestas llevadas a cabo en varios Estados contra el racismo institucional tildándolos de “matones” y la pérdida de empleo de más de 40 millones de personas gracias a la crisis económica generó una fuerte caída de su apoyo en la población estadounidense. Lo cierto es que la tendencia de las encuestas señalan una diferencia importante y sostenida a favor del candidato demócrata, Joe Biden.
Esto va delineando similitudes y diferencias con la campaña 2016. “Como en 2016, los creadores de anuncios demócratas se están centrando en el personaje de Trump”, señaló David Siders al sitio politico.com. “Pero a diferencia de hace cuatro años, ya no se centran en su personaje de forma aislada, sino que invierten decenas de millones de dólares en anuncios que vinculan su comportamiento a cuestiones de política sustantivas en torno al coronavirus, la economía y los disturbios civiles tras la muerte de George Floyd”.
¿Volverá a repetirse el escenario 2016, cuando la mayor parte de los formadores de opinión del progresismo y del establishment ridiculizaron a Trump y no tuvieron en cuenta la pregnancia de su mensaje en la “mayoría silenciosa”, distante de mensaje político sofisticado y huérfana de representación tras décadas de fracaso del “sueño americano” para ellos? En aquel entonces, vale recordar, no es que “fallaron las encuestas” – aunque muchas fallaron – sino que se armó un clima “políticamente correcto” que impidió ver que había serias chances de que Trump ganara.
En un país donde la elección es indirecta, cada estado cuenta y algunos son decisivos. La posible inclinación en “estados clave” como Florida o Michigan hacia el candidato demócrata Joe Biden – luego de que en las elecciones de 2016 ayudaran ampliamente a conseguir la victoria de Trump – deja al actual presidente abajo en la mayoría de las encuestas.
HOJA DE RUTA DE LAS ELECCIONES
Convención Nacional Demócrata: 17 al 20 de agosto
Convención Nacional Republicana: 24 al 27 de agosto
Elecciones Generales: 3 de noviembre
Pero para que el ex -vicepresidente Joe Biden pueda ir tomando un lugar más cómodo en la carrera electoral, va a tener que contar con el apoyo de una gran parte de la ciudadanía representada por el actual Senador y ex candidato demócrata Bernie Sanders. Jovenes, afroamericanxs, latinxs, entre otros, los cuales le dieron la espalda a Hilary Clinton en las pasadas elecciones presidenciales de 2016.
No es casual entonces que Biden está desplegando una campaña de masiva sobre el segmento latino, contratando una oleada de colaboradores hispano parlantes, gastando millones en divulgación en español y, esta semana, contratando a uno de los principales encuestadores en el campo, Latino Decisions.
Detrás de este esfuerzo se dibuja el plan demócrata. Una serie de encuestas muestra a Biden con una sólida ventaja en todo el país y en muchos estados ya lidera entre los votantes hispanos. Si Biden puede obtener el mismo nivel de apoyo y participación que Hillary Clinton en 2016, y a la vez logra movilizar a un sector de los votantes blancos y negros que Hillary no logró persuadir , estaría asegurándose los estados clave de Florida y Arizona. Esto sería un jaque mate a las intenciones de Trump de un segundo mandato.
Por su parte, Trump decide mantenerse confiado y desacreditar a las encuestas, apelando a la que la “mayoría silenciosa” vuelva a darle un triunfo como en 2016. En esa misma línea se expresó recientemente en su cuenta de Twitter:
Si bien las últimas encuestas (replicadas muy bien en esta nota de La Tercera) parecen determinar un resultado negativo para la reelección de Donald Trump, todavía queda mucho camino que recorrer hacía el 3 de noviembre. El miedo a la gente de salir de su casa y el gran protagonismo que tendrá el “voto en ausencia” o “voto por correo” sumado al cierre de numerosos centros de votación en todo el país como medidas de seguridad frente al Covid-19 dará como resultado unas elecciones muy particulares en el país del norte.