Por Rogério Tomaz Jr.¹
En Brasil en 2021, hay muchos tipos de personas arrepentidas. Hay quienes lamentan haber votado por Bolsonaro. También hay los arrepentidos por su apoyo a la “Operación Lava Jato” y al ex héroe de la Justicia, Sergio Moro. Y también hay quienes lamentan haber difundido el odio contra el PT a lo largo de muchos años. Es difícil saber cuál de los tres grupos es el más numeroso. Lo cierto es que todos favorecen la victoria de Lula en 2022.
En algunos casos, es posible pertenecer a dos de los tres grupos, como demuestra el cineasta José Padilha. La semana pasada, el director de “Tropa de Elite” y de la serie “Narcos” reveló que“se equivocó en relación con Moro y el proceso legal que hicieron él y Deltan en Lava Jato” y dijo que “si la elección es entre Lula y Bolsonaro, yo voto por Lula”.
Padilha, quien tiene documentales sobre temas de derechos humanos en filmografía, se convirtió en un ácido antipetista durante el gobierno de Dilma Rousseff y abrazó con fuerza el “lavajatismo” al dirigir la serie “O mecanismo”, que elogia el operativo creado en Curitiba para excluir a Lula de las elecciones de 2018.
En la prensa, el más visceral de los detractores de Lula y del PT, el periodista Reinaldo Azevedo, prácticamente se convirtió en correligionario del expresidente al entrevistarlo el pasado mes de abril. Azevedo, que tenía la columna política más leída en Brasil, ganó mucho dinero y prestigio con las derechas al escribir los libros “O país dos petralhas” (2008) y “O país dos Petralhas II” (2012). “Petralha” es un término que une a “PT” y “Irmãos Metralha”, nombre en Brasil para los personajes de Disney conocidos como “Chicos Malos” o “Golfos Apandadores” en el mundo hispanohablante, y fue utilizado por Azevedo para referirse a los petistas como criminales.
En la entrevista de abril, que fue un fenómeno de audiencia, Azevedo desafió a Moro y a los periodistas que apoyan a Lava Jato a presentar pruebas contra Lula. E incluso bromeó con el líder del PT imitando su voz gruesa. Otros tiempos, sin lugar a dudas.
En el mundo de la cultura e internet, la lista de arrepentimientos también es enorme y comienza con el youtuber Felipe Neto, quien celebró la detención de Lula en 2018: “¡Adiós, Lula!”, escribió en abril de 2018. Luego, en la campaña electoral de 2018, se involucró en el movimiento para evitar la victoria de Bolsonaro. Desde entonces se ha convertido en lector de Eduardo Galeano, Noam Chomsky y otros autores clásicos y contemporáneos de izquierda, además de admitir varias veces que “se equivocó” sobre Lula. Felipe Neto tiene más de 42 millones de suscriptores en la plataforma de videos, equivalente a casi toda la población de Argentina, y en 2019 fue el segundo youtuber más visto del mundo.
https://twitter.com/felipeneto/status/1395818222629310468
El cantautor de rock Lobão, que en la década de 1980 hizo una canción saludando a los Montoneros y a los Tupamaros, fue la principal voz contra el PT en el mundo artístico durante el gobierno de Lula y participó directamente en la campaña de Bolsonaro. Sin embargo, con menos de 5 meses de gobierno llamó al presidente de “imbécil” y dijo que no era representado por él.
En la “nueva derecha”, el Movimento Brasil Livre (MBL), que ganó espacio en el golpe de 2016 contra Dilma Rousseff, y el comediante Danilo Gentilli (16,9 millones de seguidores en Twitter, 12,3 millones en Facebook, 9,7 millones en YouTube y 8,3 millones en Instagram) abandonaron el barco de Bolsonaro ya en 2019, en los primeros meses de gobierno, cuando surgieron las denuncias de Flávio Bolsonaro en actos de corrupción relacionados con las milicias de Río de Janeiro.
Joice Hasselmann, periodista elegida en 2018 como la diputada federal más votada en la historia de Brasil, con más de 1 millón de votos, solo superada por Eduardo Bolsonaro, pasó de líder de gobierno en la Cámara a enemiga abierto del bolsonarismo. Todo esto en menos de un año. En octubre de 2019, Joice fue destituida de su puesto en la Cámara por orden expresa de Jair Bolsonaro. Las acusaciones de traición son mutuas.
Otro diputado federal electo por São Paulo gracias a la militancia junto a Bolsonaro, el actor Alexandre Frota también rompió con el gobierno en el primer año. Salió del PSL y pasó al PSDB, donde es partidario de João Dória, pero cada vez habla más con los voceros de PT. En abril, recibió a Fernando Haddad en su programa de entrevistas.
Moro
Después de decir que su esposo y Bolsonaro eran “una sola cosa”, la esposa de Sérgio Moro dijo que lamentaba “hasta el último pelo” por apoyar al actual mandatario. El exhéroe de Curitiba, aunque vive en Estados Unidos donde trabaja para una banca jurídica que tiene como cliente a Odebrecht – empresa que condenó en Lava Jato –, sigue siendo mencionado en las encuestas para 2022. Sin embargo, difícilmente será candidato, ya que es blanco del odio tanto de los bolsonaristas como de los partidarios del PT, además de haber perdido prácticamente todo el apoyo del que gozaba en los grandes medios de comunicación.
El periodista Gilberto Dimenstein, fallecido en mayo de 2020, figura en la lista de los principales arrepentidos por apoyar a Lava Jato. Dimenstein hizo pública la autocrítica un año antes de morir. “Y pensar que peleé con amigos para defender a este tipo. Y escribí que era uno de los héroes nacionales. Lo siento, lo siento, lo siento”, escribió en Twitter.
E pensar que eu arrumei briga com amigos por defender esse sujeito.
E escrevi que ele era um dos heróis nacionais.
Desculpa, desculpa, desculpa.https://t.co/qMSq1I0nZr
— Gilberto Dimenstein (@GDimenstein) May 13, 2019
Es cierto que quienes dejaron de apoyar a Moro y Lava Jato no necesariamente se volvieron “lulistas”. Pero es innegable que el expresidente se vio muy fortalecido por la revelación de los métodos criminales de su verdugo, quien fue símbolo de la lucha contra la corrupción y terminó demostrando ser el protagonista del mayor caso de corrupción en el Poder Judicial de la historia, según un artículo publicado en The New York Times. “Se vendía como la mayor operación anticorrupción del mundo, pero se volvió el mayor escándalo judicial de la historia”, escribió Gaspard Estrada, politólogo especializado en América Latina.
La lista de arrepentidos es enorme y podría seguir llenando muchas páginas. Según una encuesta de Datafolha, realizada en abril de 2020, el 17% dijo que ya lamentaba haber votado por Bolsonaro. En números, esto representaría 9,8 millones del total de 57,8 millones de votos que recibió en la segunda vuelta contra Haddad. Pero su popularidad ahora es mucho menor.
Lula da Silva es el principal beneficiario de todo este sentimiento y ya está intentando dialogar con los principales actores políticos no bolsonaristas, incluidos sus opositores históricos, como el expresidente Fernando Henrique Cardoso. Los dos se reunieron hace unos días y FHC declaró que votará por Lula si este se enfrenta a Bolsonaro en la segunda vuelta.
A convite do ex-ministro Nelson Jobim, o ex-presidente Lula e o ex-presidente Fernando Henrique Cardoso se reuniram para um almoço com muita democracia no cardápio. pic.twitter.com/6f0mwcc3wI
— Lula (@LulaOficial) May 21, 2021
El fenómeno recuerda lo sucedido con Fernando Collor de Mello, quien derrotó a Lula en 1989 y ahora es partidario del gobierno. Los votantes de Collor desaparecieron hace muchos años. Lo mismo puede suceder con Bolsonaro en el futuro.
El escenario para 2022 para el viudo de Donald Trump es cada vez más difícil.
¹ Periodista brasileño, residente en Argentina, cursando la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza. Trabajó durante 11 años en la Cámara de Diputados de Brasil.