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China, EEUU y la OMS: un nuevo round en la Pandemia

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La mayor parte de los analistas coincide en que la situación de crisis derivada de la pandemia del COVID-19 potencia los conflictos y tensiones preexistentes, tanto a nivel local, nacional e internacional. Es en ese plano en que el propio desarrollo de la pandemia describe una parábola que une los dos polos del conflicto que organiza hoy la geopolítica global: China y EEUU.

Habiendo estallado en China, encuentra en EEUU su principal foco en estos días, metiéndose de lleno en la conflictiva escena política interna de ese país que tendrá en noviembre trascendentes elecciones presidenciales donde Donald Trump se juega su reeleccióm.

Así las cosas, la respuesta frente a la pandemia ha sido parte de esta disputa global, trasladándose esta semana al ámbito de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ambos países sostienen posiciones antagónicas. China se mantiene “sistémica”, apoyando el marco institucional, funcionamiento y financiamiento de la OMS mientras que el gobierno de Donald Trump insiste en que la organización está manipulada por China y esbozó la posibilidad de abandonarla definitivamente tras suspender nuevamente el financiamiento.

El conflicto se produce en el contexto de la reactivación de las tensiones entre China y Hong Kong, por el anuncio de un nuevo marco legal chino que amenazaría a la ex colonia británica. Ambos temas fueron parte de los argumentos de Trump, quien en el orden doméstico se fortalece movilizando los prejuicios anti chinos y nacionalistas de la opinión pública norteamericana.

Crecimiento de las visiones negativas en EEUU entre 2005 y 2020

Sobre la llamada “Guerra Comercial”

La llamada “Guerra Comercial” entre China y EEUU se instaló con fuerza como concepto en el 2018, cuando el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles por millones de dólares a importaciones provenientes de China.

Esta actitud era esperable, y para entender el porqué hay que hacer un poco de historia.

En cierta forma, la llegada de Trump al gobierno norteamericano fue una “reacción defensiva” de sectores del poder económico y la sociedad norteamericana a las consecuencias negativas del propio proceso de globalización financiera, que comenzó a delinear ganadores y perdedores dentro de Estados Unidos.

A pesar de la reconversión productiva y financiera que había sido impulsada por los gobiernos norteamericanos desde los ’90, la crisis de 2008 marcó un antes y un después en este proceso y emergieron una serie de movimientos de descontento tanto por derecha, como el caso del “Tea Party”, como por izquierda, con el movimiento “Occupy Wall Street“.

Ese descontento social, iría polarizando la escena política norteamericana al interior de los dos grandes partidos con la emergencia de Bernie Sanders en el Partido Demócrata y Donald Trump en el Partido Republicano.

Volviendo entonces a la “Guerra Comercial”, vemos que en realidad tiene raíces políticas profundas en la política norteamericana, no es algo que haya quedado enmarcado sólo en el plano económico. Pero ¿Qué es una Guerra Comercial? ¿Cómo repercute en la economía mundial?

Otras dimensiones del conflicto: el caso del Mar de China

Ahora, es esencial entender los diferentes frentes de batalla que se abrieron entre estas dos superpotencias. Mientras que Estados Unidos, desde la llegada de Trump en 2016, va abandonando distintos organismos internacionales como lo fue la salida de la UNESCO, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático; China por su parte ve esto como una oportunidad y va ganando cada vez más relevancia en la política internacional. 

Además el Mar de China Meridional, un punto estratégico para el comercio mundial, podría ser un punto de conflicto armado entre ambas potencias

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