Por Rogério Tomaz Jr.¹
La idea de “casualidad” es mencionada por Milan Kundera 53 veces en su obra maestra, “La insoportable levedad del ser”. Recordé este número, 20 años después de leer el libro del autor checo, mientras pensaba en la situación que atraviesa Brasil desde 2016.
La mafia Lava Jato, que destruyó la economía brasileña y favoreció el golpe contra Dilma Rousseff, garantizó la condena y encarcelamiento de Lula para que fuera excluido de las elecciones de 2018, lo que permitió el triunfo de Bolsonaro, se reveló al mundo por mera casualidad: un hacker curioso interceptó comunicaciones entre los fiscales y jueces de la “República de Curitiba” en Telegram y se dio cuenta de que el operativo no tenía nada que ver con el espíritu republicano.
Ahora, otro episodio casual ha dado lugar a la revelación de un escándalo de corrupción multimillonario que involucra directamente a Jair Bolsonaro y al líder del gobierno en la Cámara, el diputado Ricardo Barros, paisano de Sérgio Moro en el estado del Paraná y exministro de Salud en el gobierno de Michel Temer.
Por casualidad, el funcionario que coordina el sector de importación del Ministerio de Salud es hermano de un diputado federal. Luís Ricardo Miranda, hermano del congresista Luís Cláudio Miranda, de Democratas, notó un interés muy extraño en el proceso de contratación de la vacuna contra Covid 19 producida en India. Temeroso de tener que responder por irregularidades cometidas por terceros, Luis Ricardo decidió contarle a su hermano lo que estaba pasando.
El diputado, uno de los bolsonarista más fieles, advirtió al presidente que tenía un asunto muy serio que contarle personalmente. Bolsonaro recibió a los dos hermanos en el Palácio do Planalto el 20 de marzo.
En el encuentro, se informó al mandatario que el funcionario se encontraba bajo presiones indebidas para acelerar la contratación de la vacuna india, en un proceso remarcado por hechos poco convencionales para la administración pública y con muchas diferencias con las negociaciones previas sobre vacunas durante la pandemia.
Bolsonaro prometió remitir la denuncia a la Policía Federal, pero no hizo nada. Fue el primer crimen. Recién la semana pasada, cuando la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre el Covid en el Senado decidió escuchar a los hermanos Miranda – tras una entrevista del diputado a CNN Brasil, el miércoles (23), en la que reportó la denuncia que había llevado a Bolsonaro tres meses antes – el gobierno anunció que se abriría una investigación para tratar el caso.
El diputado decidió hablar con la prensa porque su hermano llevó la denuncia al Ministerio Público, luego de tanto tiempo que el presidente no hubiera hecho nada.
En febrero, cuando el gobierno comprometió R$ 1,6 mil millones (30 mil millones de pesos argentinos) para comprar 20 millones de dosis de Covaxin, Flávio Bolsonaro y otros referentes del bolsonarismo celebraron el hecho en las redes sociales, con la intención de transmitir a la sociedad la idea de que el gobierno Bolsonaro estaba comprometido con asegurar la inmunización de la población contra el virus que, hasta ahora, ha matado a más de 511 mil personas en Brasil.
Otro elemento que levantó sospechas: Covaxin es el único agente inmunizante que se usaría en Brasil donde había un intermediario privado entre el gobierno brasileño y el fabricante, Bharat Biotech. En este caso, la Precisa Medicamentos fue la empresa privada que desempeñó el papel de representante del laboratorio en India. Una empresa que es socia de Precisa Medicamentos, Global Gestão, responde a un proceso penal en el que también es investigado nada menos que el diputado Ricardo Barros.
CPI con cruces y llanto
En el testimonio a la CPI, los hermanos Miranda reafirmaron las acusaciones y exhibieron las evidencias de irregularidades: correos electrónicos, “invoices” (facturas de pago internacionales) llenos de errores, audios y copias de mensajes de los diálogos con funcionarios del gobierno que presionaron a Luís Ricardo para agilizar el proceso de la vacuna india, además de los asesores directos de Bolsonaro a quienes el parlamentario transmitió las denuncias.
Luego de más de siete horas de tenso testimonio, con varios momentos de cruces – incluso el pecheo de un senador bolsonarista contra el diputado – y declaraciones muy contundentes contra el gobierno, el parlamentario finalmente reveló que el líder de gobierno en la Cámara fue mencionado por Bolsonaro, en la reunión del 20 de marzo, como responsable del episodio con Covaxin.
Luis Cláudio Miranda dijo varias veces que no recordaba el nombre mencionado por el presidente. Cuando finalmente lo hizo, rompió a llorar y explicó que no lo había revelado antes porque temía lo que le pudiera pasar. “Quería decirlo desde el primer momento. Pero ustedes no saben por lo que voy a pasar ”, dijo llorando el diputado, que llegó al Senado con chaleco antibalas.
Además de no haber denunciado un posible delito, Bolsonaro y el gobierno serán investigados por la posible compra sobrevalorada del agente de inmunización indio. Seis meses antes de la firma del contrato, el gobierno brasileño recibió una oferta de la misma vacuna con un valor 1.000% menor.
Además, entre los hechos extraños identificados por el empleado Luis Ricardo Miranda estaba la solicitud de pago anticipado de US$ 45 millones a una empresa (Madison Biotech) que no figuraba en el contrato firmado por el gobierno y cuya sede se encuentra en Singapur, un notorio paraíso fiscal, en la misma dirección que una oficina de contabilidad.
Aunque el gobierno ha asignado recursos en el presupuesto para la compra de dosis de Covaxin, hasta el momento no se ha realizado ningún pago. Gracias a la acción de Luis Ricardo.
Ante las revelaciones en el CPI, y con el trabajo acumulado por la comisión hasta el momento, el sentimiento generalizado es que el gobierno de Bolsonaro es un cadáver político que aún no ha sido sepultado. No es posible decir cuánto tiempo va a estar vagando como un zombi, pero la posibilidad de un juicio político ya no es algo tan distante en el horizonte, como lo era hasta pocos días.
Notas breves:
– Para el senador Randolfe Rodrigues (Rede), de destacada actuación en la CPI, el caso es el “mayor escándalo de corrupción en la historia de la República”.
– Sorprende la comparecencia en el Senado del abogado de la familia Bolsonaro, Frederick Wassef, un viernes por la tarde, en un momento en que el acceso al edificio estaba restringido por la pandemia. Wassef fue visto dando vueltas cerca de la sala donde la CPI escuchaba a los hermanos Miranda. Cuando fue identificado por periodistas, el abogado se encerró en un baño de mujeres y fue sacado por la seguridad del Senado.
– La revelación de los hermanos Miranda llega en un momento en que el gobierno de Bolsonaro busca aprobar una reforma administrativa en el Congreso que acaba con la estabilidad de los funcionarios y favorece la ocupación de cargos a través de nombramientos políticos. Si la reforma propuesta por Bolsonaro y Paulo Guedes ya hubiera estado vigente, el escándalo de Covaxin difícilmente habría sido conocido por la sociedad.
¹ Periodista brasileño, residente en Argentina, cursando la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza. Trabajó durante 11 años en la Cámara de Diputados de Brasil.