La cumbre 2024 del Foro de Cooperación China-África reforzó los lazos estratégicos para el desarrollo de una comunidad de futuro compartido. En Francia el presidente Macron eligió a un primer ministro conservador y desató más polémicas en un parlamento fragmentado. En México se aprobó la reforma judicial en Diputados y pasa al pleno del Senado el próximo martes. En Brasil, la disputa entre el poder judicial y Elon Musk se convirtió en el ariete del bolsonarismo para movilizarse contra el gobierno.
Por Federico Montero y Pablo Macia
El Foro de Cooperación China-África reforzó los lazos estratégicos
La semana pasada se desarrolló la Cumbre 2024 del Foro de Cooperación China-África (FOCAC) en la que se anunciaron grandes inversiones por más de 50 mil millones de dólares en tres años en 10 líneas de acción. El presidente de China, Xi Jinping, fue quién hizo publicas las iniciativas en áreas como aprendizaje mutuo entre civilizaciones, prosperidad comercial, cooperación en la cadena industrial, conectividad, cooperación para el desarrollo, salud, agricultura y medios de vida, intercambios culturales y entre pueblos, desarrollo verde y seguridad común.
Entre los anuncios más destacados se encuentran la apertura del mercado chino libre de aranceles para 33 países de África de los menos desarrollados, a fin de poder aportar incentivos para su crecimiento. Además, en cuanto a soberanía alimentaria, Beijing enviará recursos por más de 1.000 millones de yuanes y unos 500 expertos agrícolas para mejorar la productividad de la agricultura en base a la innovación tecnológica. En el área de salud, se establecerá una red de hospitales y centros médicos y el envío de 2.000 profesionales de la salud en 20 programas sanitarios. También se anunciaron 30 proyectos en el desarrollo de energía limpia, el uso pacífico de la tecnología nuclear, y la creación de 30 laboratorios conjuntos en distintas disciplinas que también incluyen el desarrollo de la observación espacial y satelital.
China es el mayor socio comercial de África desde hace 15 años, manteniendo en 2023 un comercio bilateral por 282.100 millones de dólares. Los intereses de Beijing en el continente americano están orientados hacia los recursos naturales como el cobre, oro, litio, minerales y tierras raras. Pero la relación de China con África se ha desarrollado de manera beneficiosa para el continente, con una visión de desarrollo mutuo que la distancia de la tradicional experiencia de expoliación colonial que realizaron las potencias occidentales. Así, China ha demostrado un horizonte de modernización alternativo al occidental, que permite mantener una expectativa de independencia y autonomía en los países africanos.
Las iniciativas de la Franja y la Ruta han permitido la cooperación con 52 países del continente, generando valiosos proyectos de inversión en infraestructura como la construcción y mejora de casi 100 mil kilómetros de rutas, más de 10 mil kilómetros de vías férreas, casi mil puentes y un centenar de puertos en todo el continente. Este desarrollo de la logística y las comunicaciones es vital para el desarrollo de África, que cuenta con más de 1.300 millones de habitantes. Desde la propaganda occidental cuestionan estos proyectos de inversión como formas de sometimiento de los países africanos por parte de China, bajo la prédica de “la trampa de la deuda”. Sin embargo, Beijing se ha caracterizado por promover préstamos con destinos productivos claros, a diferencia de los préstamos de los clásicos organismos multilaterales de crédito del Bretton Woods, que bajo la idea de estabilizar las economías, terminan sometiendo a los países a recurrentes planes de ajuste.
El potencial del continente africano, con los recursos naturales y su población, es inestimable, pero también se ha visto obstaculizado por siglos de saqueos colonialistas y conflictos internos. Por ello, las iniciativas de desarrollo de una comunidad de futuro compartido que promueve China son vistas como una alternativa desde ese espacio del sur global.
Macron eligió a un primer ministro conservador y desató más polémicas en un parlamento fragmentado
El jueves 5 de septiembre, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, nombró al conservador Michel Barnier como primer ministro del país y le pidió formar un nuevo gobierno. La decisión generó polémicas ya que Barnier es parte del bloque legislativo de Los Republicanos, que obtuvieron el cuarto lugar en las elecciones parlamentarias que se desarrollaron este año luego del magro resultado que el oficialismo obtuvo en las elecciones al parlamento europeo. La primera minoría en la Asamblea Nacional la obtuvo la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular con 193 diputados, que propuso a Lucie Castets como primera ministra pero que fue rechazada por Macron. El bloque del Nuevo Frente Popular sumado a los 166 diputados del oficialismo macronista superaban holgadamente el umbral de los 289 escaños para elegir al primer ministro. Sin embargo, Macron optó por cerrar un frente con los 47 diputados de Los Republicanos y de otras agrupaciones minoritarias, en un bloque de centroderecha.
Esta formación de equilibro precario que ha impulsado Macron intenta revertir un contexto de polarización política en Francia que tiene como principales figuras a la derecha nacionalista y conservadora de la Agrupación Nacional, comandada por Marine Le Pen, y a la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular, con la Francia Insumisa, el Partido Socialista, los Verdes y el Partido Comunista. La elección de Barnier trae controversias ya que no se acerca a la decisión mayoritaria de la ciudadanía que eligió mayoritariamente a otros candidatos. Sin embargo, a pesar de esta falta de legitimidad de origen, Macron apuesta al pragmatismo de este veterano político de 73 años, que ha participado en los gabinetes de varios gobiernos de derecha desde los años ´90 y que tuvo roles protagónicos en ámbitos diplomáticos y en la negociación del Brexit por parte de la Unión Europea.
Las agrupaciones de izquierda han llamado a movilizaciones en contra de la decisión de Macron, y el capital político de su mandato hasta el 2027 continuará en vilo con esta decisión controvertida, en un parlamento fragmentado y en el marco de recurrentes protestas callejeras en Francia.
México aprueba la reforma judicial en Diputados y pasa al Senado
La cámara de Diputados aprobó por mayoría calificada de 359 votos contra 135 la reforma judicial impulsada por el oficialismo con el fin de democratizar el poder judicial de la nación. La medida tiene como principales puntos los de la elección popular de los jueces y magistrados, la reducción de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 11 a 9 y una reducción de la duración de 15 a 12 años de permanencia. Además plantea la creación de tribunales de disciplina para evaluar el accionar de los magistrados, así como la obligación de dictar sentencia en un plazo máximo de 6 meses. La propuesta de reforma ha generado muchas reacciones corporativas de parte de los jueces y magistrados y del personal legislativo, que no quiere renunciar a mantener sus privilegios.
Por otro lado, también se ha expresado muy fuertemente contra la medida el lobby empresarial, quien afirma que la reforma los dejará en un contexto de inseguridad jurídica frente al accionar del gobierno de MORENA. Así los principales diarios norteamericanos y británicos salieron a cuestionar la reforma como una forma de avasallamiento a las inversiones internacionales y a los tratados de libre comercio como el T-Mex.
Mientras tanto, desde el oficialismo advierten que la reforma judicial tiene como objetivo transparentar el poder judicial para eliminar los casos de corrupción y nepotismo reiterados en el cuerpo. Como dato, un senador oficialista contabilizó un caso de una familia de 65 integrantes que se han enquistado dentro del poder judicial, algo que es recurrente en otras instancias. La reforma también ha tenido expresiones a favor en la población y en el movimiento estudiantil, que se ha movilizado en distintas ciudades a favor del cabio propuesto por el MORENA y sus aliados.
El martes próximo, el proyecto irá al pleno del Senado, donde los números están muy ajustados entre la mayoría especial que necesita el oficialismo y la capacidad de veto de la oposición.
El bolsonarismo se montó en la disputa judicial con Elon Musk para movilizarse contra el gobierno
El 7 de septiembre, escenario del día de la independencia de Brasil sirvió para que el bolsonarismo vuelva a salir a las calles de San Pablo para manifestarse contra el juez de la Corte suprema, Alexandre de Moraes, a quien Jair Bolsonaro acusa de ser uno de los principales responsables de su derrota electoral frente al actual presidente Luiz Inácio Lula Da Silva. Bolsonaro llamó a desconocer el resultado de las elecciones y en enero del 2023 llamó a sublevarse contra el actual presidente. Por estas acciones sediciosas, sumadas a la desinformación brindada sobre el sistema de votación electrónico en Brasil, Bolsonaro fue condenado por Moraes a ocho años de inhabilitación política. El líder derechista también afronta otros procesos de corrupción pero reapareció en la escena política luego de que el magistrado prohíba a la red social X por no designar un representante legal en Brasil y por negarse al bloqueo de noticias falsas y discursos de odio en su plataforma.
La prohibición de X en Brasil, es utilizada por Elon Musk como bandera de victimización frente a lo que él considera una dictadura. Los pedidos de restablecer la red social son aprovechados por los seguidores de Bolsonaro como una forma de lucha por la libertad de expresión. Mientras tanto, desde el gobierno, Lula apoyó la decisión del Juez de Moraes afirmando que La democracia “no es el derecho de mentir, de expandir el odio ni atentar contra la voluntad del pueblo”. También había declarado que nadie por más rico que sea puede estar por encima de la Ley en Brasil, porque es un país soberano.
El contraste y la polarización entre el oficialismo lulista y el bolsonarismo continúan, y se acrecentarán en el marco de las elecciones regionales de octubre, donde se medirán nuevamente las dos expresiones mayoritarias del país.
