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Renegociación de la deuda: el debate en los analistas internacionales

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En una reciente columna en el diario norteamericano The Nation, Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y mentor de Martín Guzmán, Ministro de Economía de Argentina, la negociación de la deuda argentina definirá el futuro del capitalismo financiero

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Según Stiglitz, una “pequeña dosis de racionalidad” haría que los acreedores no presionen demasiado a la Argentina que –prosigue- “ha hecho una oferta que está en los límites de la sostenibilidad” ya que asumiendo razonables supuestos de crecimiento y otras variables, es lo máximo que la Argentina puede pagar.

En los últimos días, el Financial Times publicó un artículo de Robert Johnsson donde afirma que “las negociaciones entre Argentina y sus acreedores son el primer episodio de lo que se convertirá en una infinidad de reestructuraciones de deuda soberana provocadas por la pandemia.” En esa misma línea aconseja a los acreedores a no ocupar el lugar de “villanos” en un contexto donde la noción de que las finanzas pueden contribuir a la prosperidad de las sociedades está en peligro. “Los acreedores no pueden darse el lujo de mostrarse duros con los habitantes de los países deudores que sufrirán las consecuencias económicas de algo que no causaron”.  

Johnsson, quien se presenta como asesor de ambas partes, también afirma que  el gobierno argentino debe recuperar la confianza de los acreedores. Para esto debe trabajar en forma transparente con el FMI. Propone “crear bonos convertibles contingentes que eleven el valor que reciben los acreedores en caso de que los efectos económicos de la pandemia sean más leves de lo que se teme.”

¿Como debe interpretarse este posicionamiento? ¿Qué alcances tiene sobre la situación? Un breve repaso de la situación desde la asunción del presidente Alberto Fernández.

En su visita a nuestro país en febrero de este año, el FMI calificó a la deuda argentina de “insostenible” y reconoció la necesidad de una quita a los acreedores privados, dejando atrás el reperfilamiento que llevó este organismo junto con el gobierno de Mauricio Macri en el 2019. El primero de marzo de este año, en la apertura de las Asamblea Legislativa, el presidente Alberto Fernández sostuvo que “Argentina no resiste más el abuso de quienes preservan su rentabilidad a costa de consumidores condenados a pagar sus excesos preventivos. (…) Nunca más a un endeudamiento insostenible”.

Sin embargo, el contexto mundial actual pone en juego los avances logrados y aparecen nuevos desafíos. El mismo FMI proyecta que una contracción de 3% del PBI mundial producto de la pandemia. Este cálculo estima un panorama peor que la crisis financiera de 2008. El Banco Mundial calcula que el PBI de América Latina y el Caribe caería un 4,6%  y para Argentina calcula una contracción de 5,2 % en 2020.

En el mismo informe, se afirma que un renegociación exitosa de la deuda será clave para la recuperación de la actividad económica. En abril pasado, Argentina presentó una propuesta de reestructuración de la deuda que contemplaba un período de gracia de tres años, una reducción del 5,4% en el saldo del préstamo y un recorte del 62% en los pagos de intereses.

A principios de este mes, se publicó un carta firmada por 138 economistas, entre los que se encuentran los premio Nobel Joseph Stiglitz y Edmund Phelps, que instaba a los acreedores a  llegar a un acuerdo con el país. La carta sostiene que “Argentina ha presentado una oferta responsable a los acreedores que refleja la capacidad de pago del país” y reconoce que la prioridad del país es proteger a sus ciudadanos de las consecuencias causadas por la crisis del coronavirus en lugar de pagar a los acreedores que sabían que estaban tomando un gran riesgo al comprar papel argentino de alto rendimiento.

Esta oferta fue rechazada por los acreedores que exigieron un pago de 60 centavos por dólar frente los 40 centavos que ofrecía el país. Sin embargo, se está cada vez más cerca de llegar a un acuerdo.

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