por Federico Montero
Este 11 de abril se llevarán a cabo elecciones en 3 países clave del Cono Sur. Ecuador definirá su segunda vuelta presidencial, Perú elegirá presidente y en Bolivia se disputará la segunda vuelta en los departamentos de La Paz, Tarija, Chuquisaca y Pando.
A último momento, Chile se bajó de este superdomingo, tras la propuesta de Piñera de posponer las estratégicas elecciones de convencionales constituyentes y autoridades municipales para el 15 de mayo, para evitar una potenciar el impacto de la segunda ola de contagios de COVID.
Más allá de las particularidades, en Ecuador, Perú y Bolivia, tres países andinos, se trata de elecciones que se inscriben en el ciclo de inestabilidad, movilizaciones, y quiebre de la institucionalidad democrática que se instaló en la región y tuvo su auge a fines de 2019. En 2020, las tensiones se mantuvieron sin resolución política, en un escenario atravesado por la irrupción de la pandemia del COVID19.
En términos de disputa regional, las elecciones del 11A se producen en condiciones sociales, económicas y sanitarias no han dejado de agravarse, en un escenario de debilitamiento de los gobiernos de derecha (Brasil, Colombia, Chile, Perú) y derrota de las experiencias autoritarias de facto (Bolivia). En ese marco, las fuerzas populares han desplegado distintas estrategias que les permitieron recuperar el gobierno en Argentina, Bolivia y México.
Ecuador
En Ecuador, quizás la elección más significativa, las encuestas coinciden en que el candidato correista, Andrés Arauz, lleva la delantera, aunque quizás por menos margen del esperado, frente al banquero Guillermo Lasso. El correísmo llega a esta segunda vuelta habiendo superado la ruptura política con Lenin Moreno y el giro autoritario y persecutorio de su gobierno, con Correa exiliado y sus principales dirigentes bajo persecución judicial.
Con las particularidades del caso, el estilo de Arauz, un jóven economista de perfil técnico, se inscribe en la fórmula pospopulista que inauguró Alberto Fernández en Argentina y Luis Arce en Bolivia. En un contexto de reflujo y persecución, estos nuevos liderazgos representan el intento de ampliar su base de sustentación electoral, renovar los liderazgos y recomponer lazos con los sectores medios urbanos, morigerando la confrontación y buscando sintonizar con los temas de la “nueva agenda” de género, ambiental y de cultura millenials y centennials.
Perú
En Perú, la inestabilidad presidencial ha sido una constante en los últimos años, así como las dificultades del campo popular para articular una propuesta capaz de movilizar las demandas del electorado. En estas presidenciales, con una oferta muy fragmentada, los candidatos que lideran las encuestas son Yonhy Lescano de Acción Popular, Hernan de Soto de Avanza País, Rafael López Aliaga de Renovación Popular, Verónika Mendoza de Juntos por el Perú, Keiko Fujimori de Fuerza Popular, George Forsyth de Victoria Nacional y Pedro Castillo de Perú Libre. Ninguno supera el 15% en las encuestas por lo cual se descuenta una segunda vuelta.
La clave dominante de la elección de Perú es la crisis de representación. Sobre la base de un sistema de partidos inestable, judicialización de la política, inestabilidad presidencial y resonantes casos de corrupción, las elecciones presidenciales y parlamentarias muestran un alto grado de impredecibilidad. Sin dudas rasgos presentes en la coyuntura política de todos los países de la región, pero que se potencian el Perú.
Bolivia
En Bolivia, la segunda vuelta de las departamentales terminará de configurar el reordenamiento del poder institucional tras el triunfo de Luis Arce y David Choqueuhanca, que le ganó la pulseada al gobierno de facto de Yanine Añez y revirtió el golpe de estado contra Evo Morales de diciembre de 2019.
El MAS aparece disputando las 4 gobernaciones que van a la segunda vuelta, La Paz, Tarija, Chuquisaca y Pando, frente a distintas expresiones opositoras, que marcan la impronta localista de la mayor parte de los liderazgos que se enfrentan al gobierno. Se destaca la disputa en la Paz, donde Jalalla Bolivia aparece una expresión indigenista crítica del MAS.
Conclusión
En resumen, las elecciones del 11A probablemente resulten en un triunfo del correísmo en Ecuador, la consolidación del MAS en Bolivia y un final abierto en Perú, en un cambio de escenario de resultado aún incierto donde el debilitamiento relativo de la ofensiva de la derecha regional coincide con la crisis económica y sanitaria, la fragilidad institucional y el retroceso democrático.
Este resultado seguramente influirá sobre la continuidad del calendario electoral regional, en el que se destacan las constituyentes en Chile, las legislativas de medio término en Argentina y México y las presidenciales en Honduras. Un cambio de correlación de fuerzas regional, junto al nuevo gobierno norteamericano, podría también abrir nuevos horizontes para la resolución del conflicto en Venezuela y reconducir los proyectos de integración que se pusieron en marcha en la primera década del siglo como la CELAC y la UNASUR.