Por Florencia Tursi Colombo
El martes pasado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, AMLO, visitó a su par de Estados Unidos, Joe Biden en Washington.
La migración, la energía y la crisis económica mundial fueron los principales ejes de la reunión que selló la buena relación y la disposición a trabajar en conjunto.
AMLO fue con una propuesta concreta sintetizada en 5 puntos y recordando la tensa relación de México con gobiernos anteriores, sobre todo con Trump, señaló: “sé que sus adversarios, los conservadores, van a pegar el grito en el cielo”.
Expectativas
Había altas expectativas por la reunión. La relación entre los países suele ser tensa centralmente por el abordaje de la política migratoria.
Pero además, en esta oportunidad, se le sumaba que era el primer encuentro luego del gesto político de AMLO de no acudir a la IX Cumbre de las Américas, convocada por Biden. AMLO no fue a la Cumbre a modo de protesta por la decisión del presidente de Estados Unidos de excluir arbitrariamente a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Al respecto AMLO señaló: “a pesar de nuestras diferencias y agravios, que no resulta fácil de olvidar ni con el tiempo ni con buenos deseos, en muchas ocasiones hemos logrado coincidir como buenos amigos y verdaderos aliados”.
Biden también agregó que, a pesar de los titulares que dicen diariamente lo contrario, “tenemos una fuerte y productiva relación”.
La propuesta de AMLO
El presidente mexicano acudió al encuentro de prensa en la oficina oval, donde tradicionalmente solo se sacan fotos, con una propuesta.
Allí sorprendió con su discurso en donde propuso 5 puntos básicos para la cooperación bilateral:
- AMLO se comprometió a seguir garantizando la exportación de combustibles a Estados Unidos y la venta en la frontera a consumidores estadounidenses. Desde que comenzó la crisis energética, México ha destinado el 72% de su producción de petróleo y combustible de exportación a las refinerías de Estados Unidos, un equivalente de 800 mil barriles diarios. Asimismo, se ha permitido que estadounidenses que viven cerca de la frontera puedan cargar sus autos con combustible del lado mexicano, a menor precio.
- Puso a disposición más de mil kilómetros de gasoductos a lo largo de la frontera para transportar gas a Nuevo México, Arizona y California por un volumen de 750 megawatts.
- Expresó la necesidad de eliminar ciertos aranceles existentes que persisten pese al tratado de libre comercio. Sobre todo en alimentos ya que podría ser beneficioso para aminorar los precios que pagan los consumidores.
- Iniciar un plan de inversión privada y pública para producir bienes que fortalezcan los mercados y que se eviten importaciones de otras regiones o continentes. Específicamente se refirió a las nuevas energías, la construcción de parques solares y remarcó la decisión soberana de nacionalizar el litio. Señaló que México seguirá produciendo petróleo mientras se produzca esa transición energética.
- Ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada a Estados Unidos de obreros, técnicos, profesionales de las distintas disciplinas, mexicanos y centroamericanos con visas temporales de trabajo para garantizar que no se paralice la economía por falta de mano de obra. En este sentido también pidió regularizar la situación de los migrantes que trabajan y contribuyen al desarrollo de Estados Unidos.
¿Un encuentro invisibilizado?
La reunión fue importante. AMLO sentó una posición y una agenda de trabajo conjunta que puede llegar a generar un fuerte impulso para ambas economías.
No obstante, el mensaje fue invisibilizado en Estados Unidos.
Como bien lo adelantaba AMLO con la frase que titula esta nota, no todos los sectores políticos tanto de Estados Unidos como de México están de acuerdo en una agenda de trabajo y cooperación conjunta.
El Partido Republicano aprovechó la visita de AMLO para criticar a Biden.
En Estados Unidos se menciona como una reunión que no dejó grandes resultados. En sintonía, sectores de la oposición en México han señalado que la reunión “no aportó nada” y que “fue una visita mediocre”.
Lo cierto es que Biden y AMLO confluyeron en esta reunión en posiciones distintas. Por un lado, AMLO es uno de los presidentes con mayor imágen positiva que se mantiene entre el 50 y el 60%, mientras que Biden se encuentra en un momento de baja imágen positiva, que ronda el 30%. De hecho, en noviembre hay elecciones legislativas en Estados Unidos, en donde se prevé un revés para el gobierno y un fuerte avance republicano.
Los muros
Hace dos semanas en la ciudad de San Antonio, Texas, se halló un camión abandonado con 53 migrantes muertos.
Migrantes de distintas nacionalidades, México, Guatemala y Honduras, que fallecieron dentro del container de un camión de patente estadounidense por falta de oxígeno, agua y por las altas temperaturas.
Pero el abordaje de la migración ha sido, históricamente, un tema que ha dividido a los países.
En el encuentro con AMLO, Biden señaló que es central “abordar la migración como un desafío común en el hemisferio” y refirió a la tragedia de San Antonio al pedir que hay que trabajar en conjunto en la región para terminar con la “industria multimillonaria de la trata de personas”.
Aunque los republicanos han exacerbado el sentimiento antiinmigrante, sobre todo en los estados de Texas y Florida. El hecho es que los gobernadores de dichos estados están haciendo campaña con discursos de odio contra los migrantes y utilizan a México como el foco central. Una línea política conocida como el “trumpismo” por la reivindicación de las polémicas medidas adoptadas por el expresidente Trump tales como la construcción del muro fronterizo.
En cambio, AMLO, en el encuentro con Biden, remarcó que los migrantes aportan al crecimiento de ambas naciones aportando su trabajo y enviando las remesas. Es por ello que dijo que “es indispensable para nosotros regularizar y dar certeza a los migrantes que durante años han vivido y trabajado de manera honesta y también están contribuyendo al desarrollo de esta gran nación”.