La semana pasada los presidentes de Colombia, Gustavo Petro y de Brasil, Lula da Silva se reunieron en la ciudad de Leticia en la triple frontera entre Colombia, Brasil y Perú, para abordar las acciones ambientales en la selva amazónica. El encuentro se llevó a cabo en el marco de una serie de medidas y de encuentros que tienen como foco el Amazonas. Se realizó también una reunión de ministros de ambiente, quienes hicieron un llamado de urgencia para proteger la Amazonía. El próximo mes será en Brasil la Cumbre Amazónica, un encuentro de los países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) que reúne a Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
Encuentro Lula y Petro
El 8 de julio Lula y Petro se reunieron para coordinar la agenda regional en torno al Amazonas. Allí se plantearon los lineamientos de los siguientes encuentros que tendrán como foco la acción climática. El presidente de Colombia expresó: “[Antes] el progreso era la destrucción del árbol (…) la razón hoy nos dice, a través de la ciencia, que hay que transformar todo el sistema económico mundial: ese es el reto”.
Poner en el centro a la Amazonía es poner en el centro a una economía distinta que discute con el neoliberalismo y con la forma en la que gobiernos anteriores llevaron a cabo el saqueo de recursos naturales y la impunidad en el extractivismo.
Plantearon un pedido a los países más ricos de contribuir con fondos de preservación. En este sentido, el presidente del Brasil dijo: “Queremos unir toda la Amazonía en América del Sur y hacer de eso un instrumento de negociación con el mundo desarrollado para que podamos desarrollarnos y generar empleo para todos aquellos que viven en la Amazonía: indígenas, pescadores y pueblos ribereños”.
La propuesta de cambiar deuda por acción climática que surgió de Argentina hace un par de años, ante la gran deuda del país con el FMI, encontró apoyo en Colombia y Brasil como una medida central ante los organismos internacionales.
Gustavo Petro expresó que “uno de los temas de consenso que podrían unificarnos con África, con parte de Asia, es el cambio de deuda por acción climática”. El fin es incitar a los organismos internacionales de crédito como el FMI y los países desarrollados a unirse a la iniciativa que plantea saldar deudas con medidas concretas de cuidado, protección y prevención del medio ambiente. En ese sentido, el líder brasileño indicó que las grandes potencias no cumplieron con sus compromisos medioambientales en relación a la liberación de recursos para los países en desarrollo.
En el encuentro entre los mandatarios también participaron organizaciones indígenas y medioambientales, en un claro gesto de inclusión y de prioridad en las acciones y políticas con una mirada ecologista. En cada gesto y en cada palabra se remarcó la importancia del Amazonas y su impacto climático. Se habló del Amazonas como el agua y el alimento que da vida a una diversidad de seres y no dudaron en señalar que la selva es la clave para mitigar el cambio climático. Asimismo, Lula recordó que el Amazonas es la selva tropical más grande del mundo que alberga al 10% de las especies animales y plantas del planeta, tiene 50 millones de habitantes con 400 pueblos indígenas que hablan 300 idiomas, y que posee las mayores reservas de agua dulce del planeta, incluyendo un verdadero océano subterráneo.
Lula y Petro no esquivaron las problemáticas, por el contrario, se planteó la dificultad de hacer convivir la exploración de hidrocarburos con la protección de la vida amazónica.
El resultado del encuentro fue la elaboración de un documento que se proyecta como hoja de ruta para los próximos encuentros, específicamente para la Cumbre Amazónica del próximo mes, en el cual se reflejan los debates entre comunidades indígenas, organizaciones de la sociedad civil y representantes de comunidades campesinas.
La agenda focaliza en 6 aspectos en los cuales se busca construir propuestas concretas: deforestación, crímenes ambientales, acciones para frenar la llegada al punto de no retorno, gobernabilidad, ejes internaciones de trabajo en el bioma, ciencia y conocimiento
De cara a la Cumbre Amazónica
El próximo 8 y 9 de agosto se desarrollará la Cumbre Amazónica y es la primera luego de 14 años.La Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) fue creada en 1995 bajo los parámetros del Tratado de Cooperación Amazónica de 1978. Sin embargo, la última reunión de esa cumbre fue en 2009, desde entonces no hubo actividad ni acciones de cuidado significativas para el Amazonas. Los ocho miembros que integran la cumbre son: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
“Podemos hacer mucho si le damos a la OTCA lineamientos claros y recursos adecuados a través de una coalición de bancos de desarrollo y de la movilización de recursos públicos y privados”, señaló Lula en el encuentro previo a la Cumbre.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mostró entusiasmo por el nuevo encuentro sin perder de vista que : “Se pretende un nuevo colonialismo, el colonialismo amazónico: venir con tropas de los Estados Unidos y meter tropas en el Amazonas con el objetivo de apoderarse de la biodiversidad del Amazonas” afirmó Maduro.
El año pasado, en la conferencia sobre cambio climático en Egipto COP27, Petro y Maduro lanzaron una alianza para proteger el Amazonas a la cual, luego, se sumó Lula. Cabe señalar que Brasil había dejado de formar parte de las distintas reuniones sobre cambio climático durante la presidencia de Bolsonaro. El anterior mandatario ninguneaba el tema y sus políticas fomentaron la deforestación. De hecho, con Bolsonaro, aumentó la tala masiva y la minería ilegal, provocando numerosos y reiterados incendios. Durante el gobierno de Bolsonaro el promedio anual de deforestación ilegal aumentó 75% respecto a la década anterior.
“Tuvimos seis años de atraso en el país, vamos a lanzar el nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) con la cuestión de la transición energética y la transición ecológica en la innovación industrial” señaló Lula en el marco de su nueva propuesta de reindustrializar Brasil con énfasis en la transición ecológica y la preservación de la Amazonía.
Se llega a la cumbre con cierto optimismo ya que en Colombia la deforestación se detuvo un 76% en el primer trimestre del año y en Brasil tuvo una reducción del 33,6% en lo que va del año. No obstante, un aspecto que seguramente será tomado en cuenta en la Cumbre es la crisis hídrica que está atravesando Uruguay. El drama de la sequía se ve agravado por las políticas neoliberales de no inversión estatal y descuido del medio ambiente.
Un claro contraste, dos políticas distintas, mientras unos buscan reunirse y coordinar acciones por el cuidado del Amazonas y las políticas ambientales, dando voz a movimientos indígenas y ecologistas, otros como Bolsonaro en su momento o Lacalle Pou en Uruguay niegan las problemáticas profundas y aplican políticas que agravan más.