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Conexión Brasil | Bolsonaro miente en su discurso en la Cumbre sobre el Clima y es duramente criticado en Brasil

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por Rogério Tomaz Jr.

En vísperas de enfrentarse a una comisión parlamentaria de investigación sobre las responsabilidades por la tragedia que enfrenta Brasil en la pandemia Covid-19, Jair Bolsonaro habló en la Cumbre del Clima el jueves 22, y desfiló una serie de mentiras sobre los logros del gobierno en el campo ambiental.

Entre tantas, la declaración más “caradura” del representante brasileño fue decir que fortaleció la fiscalización en el sector. “A pesar de las limitaciones presupuestarias del gobierno, determiné el fortalecimiento de las agencias ambientales duplicando los recursos destinados a las acciones de inspección”, dijo.

En realidad, las dos principales agencias ambientales del gobierno nacional, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama) y el Instituto Chico Mendes, han tenido fuertes recortes en sus presupuestos y muchos servidores públicos sufren persecución política y son presionados para incumplir sus obligaciones.

En Ibama, los recortes alcanzan R$ 19,4 millones. Y las acciones de control e inspección realizadas fueron las más afectadas, con una pérdida de R$ 11,6 millones, informa el diario Correio Braziliense, que también señaló el recorte de R$ 7 millones en el presupuesto del Instituto Chico Mendes.

En el Ministerio de Medio Ambiente, que incluye a los dos institutos, el recorte presupuestario 2021 respecto al año pasado para las operaciones de inspección y combate de incendios fue del 27,4%, informa el sitio web O Eco.

Ya en los primeros días del gobierno, en marzo de 2019, el inspector de Ibama que había multado a Bolsonaro en 2012 por la práctica de pesca ilegal, en la región de Angra dos Reis, fue destituido de un cargo de coordinación.

Repercusión

El diputado Marcelo Freixo (PSol) calificó a Bolsonaro de “cínico y mentiroso” y publicó una secuencia de tuits mostrando las declaraciones falsas del discurso del presidente.

La presidenta del Partido de los Trabajadores, la diputada Gleisi Hoffmann, apuntó que Bolsonaro presentó como suyos los avances de Brasil durante los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff. “Bolsonaro aprovechó los avances de los gobiernos del PT en el campo ambiental para defenderse en la Cumbre sobre Clima, el aumento de las matrices energéticas más limpias, el etanol y la energía eólica, la revolución tecnológica que sucedió en el campo”, escribió en Twitter.

Otro diputado del PT, Alencar Santana Braga (PT), además de remarcar la costumbre de mentir de Bolsonaro, publicó un video que muestra la contradicción entre el discurso en la Cumbre del Clima y otros momentos en los que expone su verdadero pensamiento sobre el tema ambiental. “Como era de esperar, Bolsonaro hizo en la Cumbre del Clima lo mismo que hizo toda su vida: mentir, mentir y mentir”, publicó el parlamentario.

Enemigos de la Amazonía

Tanto Bolsonaro como Ricardo Salles, su ministro de Medio Ambiente, son enemigos viscerales de la Amazonía, de las políticas de protección del medio ambiente y de los pueblos indígenas, los mayores defensores de la preservación ambiental en Brasil.

En la campaña electoral, Bolsonaro declaró que si fuera elegido presidente, no habría un centímetro de tierras indígenas demarcadas en su gobierno. Como mandatario, renovó su promesa y también manifestó que pretende anular eventuales demarcaciones “irregulares”. Casi 500 solicitudes de reconocimiento de territorio indígena se encuentran en los cajones de la Fundación Nacional Indígena (Funai) y el Ministerio de Justicia.

Salles actúa más como un “lobbista” a favor de los intereses del agro y su misión es desmantelar la legislación ambiental. Fue condenado por la Justicia por actos como secretario de Medio Ambiente del gobierno del estado de São Paulo, bajo la gestión de Geraldo Alckmin (PSDB). El juez del proceso consideró que “fueron cometidas varias irregularidades” por parte del actual ministro, al que se le suspendieron sus derechos políticos.

Bolsonaro, debe recordarse, ignoró en este caso la promesa de campaña de no nombrar para su gabinete personas condenadas judicialmente. En cualquier gobierno serio, tal personaje jamás se acercaría a ocupar un cargo público. Con Bolsonaro, la condena ambiental de Salles fue un trofeo que, de hecho, favoreció su nombramiento.

Así es un gobierno de ultraderecha.

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