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Francia, la UE e Irán en medio de elecciones determinantes

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La Agrupación Nacional de Marine Le Pen ganó la primera vuelta de las legislativas en Francia mientras se votaron las autoridades de la Unión Europea. En las presidenciales en Irán van a la segunda vuelta el reformista Pezeshkian frente al conservador Yalili. El debate presidencial en Estados Unidos prendió las alarmas en los demócratas por la edad de Joe Biden. Bolivia vivió horas tensas frente a un levantamiento militar que fue sofocado rápidamente. En Honduras se celebró la CELAC social a 15 años del golpe militar a Mel Zelaya.

Por Federico Montero y Pablo Macia

La Agrupación Nacional ganó la primera vuelta de las legislativas en Francia mientras se votaron las autoridades de la Unión Europea

Este domingo 30 de junio se desarrolló la primera vuelta en las elecciones legislativas en Francia, en las que la Agrupación Nacional de Marine Le Pen obtuvo la primera minoría con alrededor del 32,2% de los votos frente a un 28,1% del Nuevo Frente Popular, un 21% de la coalición oficialista de Juntos y un 10% de Los Republicanos. Este resultado posiciona a los principales partidos para la segunda vuelta del próximo domingo, en la que se elegirán de manera uninominal por cada circunscripción a los 577 escaños de la Asamblea Nacional que completarán el mandato hasta 2027 y a su vez deberá nombrar al primer ministro. En una elección con escasa participación de alrededor del 65,8%, existen chances importantes de que el candidato del partido de Le Pen, Jordan Bardella, alcance los votos suficientes para llegar a primer ministro. Este joven de 28 años, caracterizado como un outsider con gran influencia en las redes sociales, contribuyó a cambiarle la cara a la Agrupación Nacional, que desde la llegada de Marine Le Pen viene alejándose de la herencia de su padre, asociado a la vieja ultraderecha xenófoba, conservadora y euroescéptica. Esta renovación del lepenismo sumada al descontento de la ciudadanía frente al gobierno de Emmanuel Macron, caracterizado como centrista, contribuyó a fortalecer la adhesión hacia posiciones más radicales en el espectro político.

Así, por el lado de la izquierda también se ha fortalecido la posición de La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon frente al tradicional Partido Socialista que tuvo como último período presidencial al de François Hollande entre el 2012-2017, donde precisamente contó con Macron como ministro de economía. Pero si bien, el grupo de Mélenchon es el más importante dentro de la izquierda, recurrió a una coalición con el PS los verdes y el Partido Comunista para conformar un Nuevo Frente Popular que emule al de 1935 frente al fascismo de aquella época, que hoy asimilan con el lepenismo.

Por su parte, el oficialismo de Juntos por la República, que impulsa al actual primer ministro, Gabriel Attal, afirmó que en los lugares donde salió tercero bajará sus candidaturas en favor del frente popular para intentar evitar un triunfo de la derecha radical. Attal suspendió la reforma laboral que reducía el seguro de desempleo para personas menores a 57 años y que entraba en vigor este 1° de julio. El oficialismo de Macron se vió desgastado durante estos años por las polémicas reformas que implementó sin mayoría parlamentaria, invocando el constitucional artículo 49.1 que otorga al presidente facultades legislativas. Así se aprobaron las polémicas reformas previsionales y otras medidas de ajuste que propiciaron grandes huelgas y movilizaciones, minando la figura presidencial y alentando el descontento social frente al deterioro de la calidad de vida de los franceses. El próximo domingo 7 de julio la ciudadanía francesa dará su veredicto sobre la nueva composición de la Asamblea Nacional, que definirá el nuevo primer ministro del país.

Mientras tanto, en la Unión Europea, las bancadas de los partidos de centro derecha, socialdemócratas y liberales arribaron a un acuerdo para elegir las tres principales autoridades, aislando al Encuentro de Conservadores y Reformistas (ECR) liderado por Giorgia Meloni, que se erigió como la tercera bancada más importante desplazando al grupo liberal representado por Emmanuel Macron. Con este acuerdo, las principales autoridades del bloque quedaron con la conservadora alemana Úrsula Von der Leyen renovando en la Presidencia de la Comisión Europea; el socialista portugués António Costa como presidente del Consejo Europeo, reemplazando a Charles Michel; y la liberal estonia Kaja Kallas como alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, en reemplazo de Josep Borrell. Con estas designaciones la orientación de la Unión Europea continúa manteniéndose en cuestiones centrales como el apoyo a Kiev en la guerra en Ucrania frente a Rusia y la política atlantista de acuerdos con Estados Unidos. Meloni, Viktor Orbán, y Marine Le Pen, quienes manifestaron su descontento con las nuevas autoridades. Como representante de la tercera economía del bloque europeo es Giorgia Meloni quien tiene mas posibilidades de recomponer relaciones con la UE, ocupando algún cargo dentro de la estructura de la mano de Úrsula Von Der Leyen. El peso de estas expresiones de la derecha no tradicional viene ganando terreno y se ha manifestado en el endurecimiento de los acuerdos migratorios y otras medidas.

En las presidenciales en Irán van a la segunda vuelta el reformista Pezeshkian frente al conservador Yalili

El viernes 28 de junio se desarrollaron las elecciones presidenciales en Irán, en las que el candidato reformista Masoud Pezeshkian se impuso con 42,4% de los votos, frente a Saeed Jalili, diplomático alineado al ayatolá Alí Jamenei, que alcanzó el 38,6%. Con este resultado ambos candidatos pasarán a la segunda vuelta que se realizará el próximo viernes 5 de julio, para definir el nuevo presidente que reemplazará al fallecido Ebrahim Raisi, en un accidente aéreo. La participación electoral en esta primera vuelta fue de un 40% de los más de 60 millones de electores habilitados, constituyendo la más baja desde que se instauró la revolución islámica de 1979. Además, es la segunda vez que se recurre a una segunda vuelta desde que el país alcanzó la democracia en 1979, siendo la primera en 2005 con Mahmud Ahmadineyad.

Más allá de la fuerte presencia que tiene la religión en la República Islámica de Irán, con la presencia del ayatolá Alí Jamenei como arbitro neural de las disputas políticas y sociales, el país mantiene una tradición de alternancia entre tendencias reformistas y conservadoras tanto en materia social como económica y geopolítica. Así en las últimas décadas se produjo una alternancia entre el reformista de Mohammad Jatami (1997-2005), la reacción ultraconservadora de Mahmud Ahmadineyad (2005-2013), la estrategia moderada de Hassan Rouhani (2013-2021) y la elección de Ebrahim Raisi. Este complejo entramado de articulaciones, demandas democráticas y políticas es difícil de enmarcar dentro de las clásicas concepciones de occidente. Así, el reformismo se confunde en ocasiones con mayores libertades civiles, aperturas económicas hacia occidente y pérdida de soberanía, mientras que en otros momentos se acusa de conservadoras a posiciones antimperialistas entremezcladas con controles religiosos de la policía de la moral hacia la población civil y las mujeres. En ese complejo entramado de situaciones se despliegan diversas amalgamas dentro de la democracia en Irán.

Así, para la segunda vuelta, el candidato definido como reformista, Masud Pezeshkian, ha definido como eje de campaña un plan de estabilización para contener la inflación, reducir las políticas de intervencionismo estatal y atraer inversiones extranjeras, en lo que se conoce como una apertura y mejor relación con las potencias occidentales.

Mientras tanto, el candidato Said Yalili, es más proclive a reformar las políticas fiscales y monetarias para la promoción de la producción y una mejor redistribución, impulsando un impuesto a la riqueza. En materia internacional se muestra como continuador de las políticas de acercamiento a los países emergentes y del sur global frente a los intentos de preservar la hegemonía desde occidente.

Así las cosas, esta elección es determinante en un momento en el que Irán agudiza sus conflictos en medio oriente a partir de la avanzada israelí en Gaza luego del atentado de Hamas del 7 de octubre del año pasado. El apoyo de Irán a Hamas, Hezbolla en el Líbano y los rebeldes hutíes en Yemen lo convierten en un estado conflictivo para las potencias occidentales, sumado a los acuerdos con Rusia, los BRICS y otras regiones del sur global.

El debate presidencial en Estados Unidos prendió las alarmas en los demócratas por la edad de Joe Biden

El jueves 27 de junio se desarrolló el primer debate entre los candidatos presidenciales Joe Biden y Donald Trump, quienes no intercambiaron palabras presencialmente desde la campaña en el 2020. Más allá de que se preveía un debate atravesado por diatribas y acusaciones cruzadas, lo alarmante fue el titubeante comienzo del presidente Joe Biden, que volvió a poner en agenda su avanzada edad para conducir un nuevo período presidencial. Ante algunas vacilaciones del presidente, desde el bunker demócrata aclararon que Biden estaba resfriado, pero que de ninguna manera dejará de competir por la reelección en noviembre.

A pesar de mejorar su performance en el debate a medida que se fue desarrollando, la impresión de los primeros momentos confirmó las dudas de la ciudadanía norteamericana. Según sondeos, casi el 60% de las personas se manifiestan preocupados por la edad del presidente mientras que a pesar de ser tan sólo 4 años menor, sólo el 18% piensa lo mismo de Trump. Es que con su estilo arrogante e histriónico, el magnate neoyorquino mantiene una mejor presencia en los medios de comunicación frente a la actitud pasiva de Biden. Trump cuenta entre sus puntos más débiles el de los cuatro procesos penales siendo el primer ex presidente condenado por el affaire con la actriz pornográfica Stormy Daniels. Más grave aún es la querella que mantiene por los disturbios en el Capitolio al incitar el desconocimiento de los resultados electorales en 2020.

De esta manera, la campaña presidencial en Estados Unidos se mantiene entre dos candidatos veteranos que ya han sido presidentes y que cuentan con altos niveles de descontento en la ciudadanía. Es que el sistema bipartidista en Estados Unidos se asienta en elites adineradas que con sus ingentes recursos obturan la posibilidad de competir a cualquiera otra fuerza por fuera de los marcos establecidos.

Bolivia vivió horas tensas frente a un levantamiento militar que fue sofocado rápidamente

El miércoles 26 de junio Bolivia se vio conmovida por el levantamiento del comandante general del Ejército Juan José Zúñiga, quien tomo el Palacio Quemado exigiendo la liberación de los “presos políticos” de 2019, es decir, los autores del golpe de estado a Evo Morales que derivo en la dictadura de Jeanine Añez. Ante la advertencia de movimientos irregulares, los movimientos sociales, las centrales sindicales y Evo Morales llamaron a movilizarse para defender la democracia ante un intento de golpe de estado.

Frente a la rápida reacción de las organizaciones sociales y políticas en repudio al levantamiento, Zuñiga depuso su accionar mientras que el presidente Luis Arce reemplazó al jefe de las Fuerzas Armadas y ordenó la detención del militar rebelde. El nuevo comandante General de División José Wilson Sánchez Velásquez se pronunció en defensa de la constitución y la democracia y ordeno el retiro de tropas.

El intento afortunadamente frustrado se da en el marco de una disputa interna entre el actual presidente Luis Arce y el histórico líder del Movimiento al Socialismo MAS, Evo Morales, que impulsa su candidatura a presidente en 2025. Morales ha venido cuestionando al presidente Arce desde el año pasado, y ahora sospecha que este fue un autogolpe para tapar la mala gestión del gobierno por la falta de dólares y combustibles y levantar su imagen. Las acusaciones cruzadas entre ambos referentes que fueron compañeros en el mismo espacio político, profundiza una crisis que es aprovechada por la derecha conservadora y liberal del país.

En Honduras se celebró la CELAC social a 15 años del golpe militar a Mel Zelaya

La semana pasada se desarrolló en Tegucigalpa, honduras, el II encuentro de la CELAC social en el marco de las actividades de conmemoración del aniversario 15 del golpe de Estado contra el expresidente hondureño Manuel Zelaya el 28 de junio de 2009.

El acto central en el que participó como oradora principal la presidenta Xiomara Castro permitió recordar la rica experiencia del movimiento de resistencia al golpe militar, que organizó el Partido Libertad y Refundación (LIBRE) por el cual retomaron el gobierno en 2022 luego de 12 años. Los pueblos vuelven y Honduras se convirtió en un centro de fuerza del progresismo y el campo popular para la integración de los pueblos de América Latina y el sur global. El encuentro convocó a más de 400 organizaciones de américa latina se produjo en paralelo al XXVII Encuentro del Foro Sao Paulo, y del encuentro del Grupo de Puebla.

Mientras tanto, los debates de la CELAC social, inaugurados en enero del 2023 en la VII Cumbre de la CELAC realizada en Buenos Aires, dieron como resultado una declaración final de 8 páginas en la que se destacan los consensos más importantes a nivel continental. Entre ellos se encontraron el repudio al bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba, perpetrado desde décadas por los Estados Unidos; el rechazo las sanciones injustas a Venezuela y Nicaragua; la solidaridad con el pueblo palestino frente a la invasión militar israelí en Gaza; y el homenaje al pueblo hondureño que lucho en la resistencia al golpe militar del 2009.

El encuentro permitió fortalecer los lazos de integración latinoamericana en momentos de disputa estratégica por el rumbo del continente en particular y el escenario mundial en general.

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