Se desarrollaron las dos sesiones en China para planificar la política estatal del año con el desafío de consolidar el desarrollo económico. El supermartes en las primarias de Estados Unidos consolidó la reedición de la contienda entre Biden y Trump para las elecciones de noviembre. En Portugal, irrumpe la extrema derecha para terciar entre el frente de las izquierdas y el centroderecha. Venezuela convocó a las elecciones presidenciales con apoyo de un sector de la oposición frente a las presiones internacionales por la inhabilitación de Corina Machado. Perú envuelta en escándalos con el primer ministro y con reforma legislativa aprobada.
Por Federico Montero y Pablo Macia
China planifica la política estatal del año con el desafío de consolidar el desarrollo económico.
Durante la semana se desarrollaron las dos sesiones de la XIV Asamblea Popular Nacional (APN) y del XIV Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing. Estas dos conferencias anuales son estratégicas dentro del gobierno Chino ya que permiten proyectar la evolución anual del 14° plan quinquenal que desde la perspectiva materialista del socialismo con características chinas se propone plazos económicos de corto y mediano plazo al 2030, y de largo plazo al 2049, para el centenario de la revolución. Sin embargo, el proyecto de pasar de una sociedad modestamente acomodada a la sociedad socialista moderna atraviesa grandes desafíos desde la pandemia y los conflictos regionales como la guerra de Ucrania, las tensiones en Taiwán y el proceso de desacople que impulsa Estados Unidos para relocalizar sus cadenas de valor. En ese contexto, las tasas chinas que caracterizaron a los primeros años del siglo XXI se han desmoronado, a pesar que el gigante asiático continúa representando el 30 % del crecimiento anual mundial.
Según el observatorio de la política china, entre los indicadores más destacados de Beijing en 2023 se encuentra un crecimiento del PBI del 5,2%, un proceso deflacionario del – 0,3% desde julio, un desempleo del 5,2% que afecta mayormente a los jóvenes, un 5% de incremento del salario real y una caída del precio de la vivienda de un 10 %. A esto se suma que China superó por primera vez a Japón en 2023 en la exportación de automóviles, avanzando en mayores niveles de valor agregado y productos tecnológicos. Por otra parte, el país cuenta ya con una clase media de 400 millones de habitantes, que representa un 28% de su población, entrando en el desafío de superar la trampa del ingreso medio.
En la Asamblea Popular Nacional, el primer ministro Li Qiang presentó un informe con el objetivo de alcanzar un crecimiento del PBI del 5% para 2024, con la creación de más de 12 millones de nuevos puestos de trabajo urbanos, una tasa de desempleo del 5,5 %, un aumento de la inflación del 3% y un crecimiento positivo de los ingresos reales. El crecimiento económico que proyecta el gobierno está orientado a mantener controladas las variables macroeconómicas en un contexto de turbulencia mundial y local, debido a un consumo lento, el peligro de una burbuja inmobiliaria y la crisis de deuda local. En ese marco, China proyecta un estímulo fiscal moderado con un déficit del 3% del PBI para el 2024, más bajo que el 3,8% del 2023 y mucho más bajo que el de Estados Unidos para el año pasado, que estuvo por arriba del 6%. Así, el objetivo de China es romper el ciclo de crecimiento impulsado por la inversión pública a partir del endeudamiento, y mantener una expansión sostenible. Sin embargo, la agencia Bloomberg advierte que Beijing podría entrar en un proceso deflacionario que afecte al mundo, y que el mercado bursátil chino caiga en una recesión prolongada de manera similar a la de Japón desde la década de los ´90. El gobierno chino desmiente estos peligros, pero acepta que el desafío para continuar expandiendo su economía está en el desarrollo de la tecnología, el valor agregado y la producción de bienes de alta calidad, que está encarando para alcanzar a convertirse en una potencia tecnológica. Para ello, viene desarrollando un fuerte trabajo en la inteligencia artificial, las telecomunicaciones y las tecnologías verdes hacia una transición justa, en las que se destaca la electromovilidad.
Pero a los desafíos económicos también se le suman las tensiones políticas en Asia-Pacífico, centradas en la relación con Taiwán que cada vez se acerca más a Estados Unidos, y en los dispositivos de contención de occidente como el QUAD y el AUKUS, que impulsa Washington para frenar la influencia china. En ese sentido, Beijing ha decidido incrementar un 7,2% del gasto en defensa, con el objetivo de mantener el control de sus zonas de influencia y el principio de una sola china en relación a Taiwán. La Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) definió también profundizar la integración con la isla a partir de la cooperación comercial y el desarrollo de la infraestructura de transporte marítimo, aéreo con Taipéi, con el objetivo de fondo de avanzar hacia la reunificación.
En materia internacional, China continúa con sus iniciativas de desarrollo de futuro compartico con la franja y la ruta y con el impulso del multilateralismo con protagonismo de los países emergentes, en construcciones como el BRICS y otros acuerdos regionales. El desarrollo de estas iniciativas, contrastan con los intereses de los Estados Unidos y los países occidentales aliados, por lo que se espera que las tensiones se mantengan presentes. Así las cosas, queda por ver la efectividad de las medidas del gobierno chino para afrontar los desafíos internos y externos que se han agudizado en los últimos años.
Biden y Trump se preparan para las elecciones de noviembre.
Durante la semana se desarrolló el supermartes en las primarias del partido demócrata y republicano en Estados Unidos, consolidando el liderazgo de Biden y Trump de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de este año. Ese día se elegían alrededor de 35% de los delegados a la Convención Nacional Republicana y Trump ganó en 14 de 15 estados: Alaska, Alabama, Arkansas, California, Colorado, Massachusetts, Maine, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Virginia, frente a Nikki Haley que sólo lo hizo en Vermont. Así, Trump ha obtenido una diferencia decisiva para su proclamación en la convención de julio.
Por su parte Biden también se impuso en los mismos 15 estados obteniendo la victoria en todos ellos, dado que no hay antecedentes de un presidente en ejercicio que pierda una primaria. De esta manera, se ha consolidado la reedición del enfrentamiento del 2020 entre Biden quien ahora cuenta con 81 años y de Trump de 77. El actual presidente no cuenta con altos niveles de aprobación y muchos, incluso los propios demócratas creen que su avanzada edad es un lastre. Mientras tanto, por el lado republicano, Trump enfrenta numerosos cargos penales, entre las que se destaca el juicio por promover el desconocimiento del resultado de las elecciones del 2020 que conllevaron a las rebeliones en el Capitolio. A pesar de una economía en crecimiento y con niveles de empleo alto, la inflación y el aún alto precio de los alquileres como consecuencia de la pandemia influyen en el posicionamiento de Biden, ya que los ciudadanos tienen presente estos problemas y se han olvidado de los que tenían con Trump. La polarización de los medios de comunicación entre los dos candidatos, y una decidida afirmación de Trump de su victoria en 2020 han movilizado a sus seguidores para la próxima contienda.
Mientras tanto, Biden, retomó la iniciativa en el discurso sobre el Estado de la Unión del jueves, en el que se mostró activo y confrontativo para despejar las sospechas sobre su estado de salud. El discurso de 90 minutos estuvo orientado a fortalecer 3 ejes fundamentales de campaña: la amenaza externa a la democracia representada por Putin en Ucrania y Trump con su desprecio por la OTAN; el ataque interno a las instituciones que representa Trump con la toma del capitolio; y los derechos reproductivos amenazados por el fallo de la Corte Suprema conservadora y los Estados con gobernantes republicanos. Biden retomó también la iniciativa de defender el seguro de salud y los trabajos de cuidado de las mujeres a partir de impuestos a los sectores corporativos y los más ricos frente a las clases medias. Sin embargo, Biden esta perdiendo apoyo entre los jóvenes y las poblaciones étnicas que ven una reacción muy débil del gobierno frente a los ataques de Israel a la Franja de Gaza, que ya mató a más de 30 mil habitantes. En las primarias demócratas en Michigan y Minnesota se hicieron sentir los votos en repudio al gobierno por esta situación. Lo problemático para Biden es perder apoyos en los estados péndulo como Michigan, que oscilan entre ambos partidos de acuerdo a la coyuntura. Sin embargo, los demócratas también apuestan a movilizar al electorado frente a la amenaza que implica Trump en cuanto a la pérdida de derechos ciudadanos y a la situación en medio oriente, donde abiertamente defiende a Israel frente a los palestinos.
Si bien falta un trecho importante para noviembre, la carrera ya comenzó y continuará tensándose con la confrontación política, mediática y judicial.
En Portugal, irrumpe la extrema derecha para terciar entre el frente de las izquierdas y el centroderecha.
Las elecciones en Portugal arrojaron un empate técnico de alrededor de un 29% entre la coalición de centro derecha Alianza Democrática y el Partido Socialista del presidente Antonio Costa que renunció luego de un escándalo de corrupción de funcionarios de su gobierno. La nota destacada de esta elección fue el avance sorprendente de la extrema derecha de Chega, que obtuvo un 19%. La participación de un 65% del electorado fue superior al 51,5% del 2022. Si bien el gobierno de Antonio Costa mejoró algunos datos macroeconómicos como la relación deuda PBI, la inflación y el desempleo, el avance de la extrema derecha se debe a una percepción del deterioro de los servicios públicos, los aumentos de alquileres y el recamo de mejores salarios. A esto se le suma una corriente que también es fuerte en Europa y en la vecina España con Vox, y que inspiró al comentarista deportivo André Ventura a escindirse del Partido Social Demócrata y fundar Chega en 2019. Apoyándose en la insatisfacción democrática, Ventura capitalizó el descontento social apuntando a los inmigrantes y gitanos, con una retórica xenófoba y conservadora.
De esta manera, el líder de la Alianza Democrática, Luis Montenegro que se imponía por escaso margen al socialista Pedro Nuno Santos, tendrá que optar por pactar con la extrema derecha para conformar gobierno o establecer un cordón sanitario con otras fuerzas que excluyan a Chega. Montenegro había anunciado esta segunda opción en la campaña, pero el abultado resultado de Ventura puede cambiar su perspectiva. Por su parte desde el partido socialista han declarado la intención de apoyar a Montenegro en contra de la extrema derecha, pero el desenlace definitivo todavía está por verse.
Venezuela convocó a las elecciones presidenciales con apoyo de un sector de la oposición
El Consejo Nacional Electoral de Venezuela anunció esta semana que se realizarán las elecciones presidenciales el día 28 de julio, como parte del Acuerdo de Caracas que anunció el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Jorge Rodríguez con la oposición. Así, el 97 % de las fuerzas políticas de la oposición, con 42 partidos políticos que incluyen a la Plataforma Unitaria convalidaron el llamado al proceso electoral continuando con los acuerdos de Barbados de octubre del 2023. El mismo implica que todas las fuerzas políticas de Venezuela impulsarán la soberanía y la no injerencia de terceros países para resolver las disputas políticas del país. En ese aspecto, Venezuela reclama la devolución de la empresa petrolera venezolana CITGO, radicada en Estados Unidos valuada en 12 mil millones de dólares y otros bienes en el exterior por 34 mil millones. Caracas también reclama la devolución del Boeing 747 de la empresa Emtrasur que fue secuestrado en Argentina por iniciativa de Estados Unidos. A si vez, la Plataforma Unitaria apoya al gobierno venezolano en la integración nacional del Esequibo, región petrolera hoy en manos de Guyana. El referéndum de diciembre pasado fue contundente en el apoyo de la población venezolana frente a esta causa y Venezuela y Guyana se comprometieron a resolver el litigio bajo formas pacíficas. Por último, el gobierno de Venezuela exige el levantamiento de las sanciones que impone Estados Unidos al país, y que según Caracas le han reportado pérdidas por más de 200 mil millones de dólares desde su imposición.
Frente a este proceso de negociación con la oposición, Estados Unidos ha respondido con la extensión de la orden ejecutiva 13.692 que declaró a Venezuela como amenaza inusual y extraordinaria, habilitando 900 sanciones económicas y financieras. El argumento, entre muchos otros es la inhabilitación de la candidata Corina Machado, que fue excluida del proceso electoral por usurpación de la representación del gobierno bajo la autoproclamación de Juan Guaidó y convalidar la expropiación de empresas estatales por terceros países, además de invocar la intervención militar extranjera en Venezuela.
Las demás fuerzas de oposición existentes en el país coincidieron con las resoluciones judiciales que inhabilitaron a Machado y participarán de la contienda electoral. Pero es de prever que las presiones injerencistas de Estados Unidos continúen, junto con el bloqueo y las sanciones.
Perú envuelta en escándalos con el primer ministro y con reforma legislativa aprobada.
La presidenta de facto Dina Boularte continúa envuelta en escándalos desde que asumió el poder en Perú al derrocar a Pedro Castillo en diciembre de 2022. En este caso es a causa del tráfico de influencias ejercido por su primer ministro Alberto Otárola, quien contrató a su joven amante en un cargo público para el que no estaba calificada. Al conocerse el caso, Boularte debió reemplazar al primer ministro por Gustavo Adrianzén, que era representante del país en la OEA. Boularte se vio obligada a cambiar un nuevo ministro y ya sólo quedan 2 que permanecen en el cargo desde que ella se hizo cargo del ejecutivo. La situación en Perú es de una completa inestabilidad política, con un ejecutivo y un poder legislativo totalmente deslegitimado por la población.
Por si fuera poco, el congreso aprobó la votación definitiva para restablecer la bicameralidad, medida que fue plebiscitada en 2018 y rechazada por el 85% de la ciudadanía. Esta nueva Ley votada por una mayoría especial modifica la constitución restableciendo la cámara de senadores de 60 integrantes junto a la de 130 diputados. La bicameralidad había sido eliminada desde el cierre del congreso que estableció Alberto Fujimori en los ´90. La ley habilita la reelección de los congresales, algo que hasta ahora no estaba permitido. Por ello es vista por la ciudadanía como un nuevo privilegio de los camaristas para perpetrarse en el cuerpo.
Así las cosas, la institucionalidad política en Perú continúa degradándose frente al aislamiento cada vez más grande de su dirigencia.