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Biden y Trump intervienen en la huelga automotriz en Estados Unidos mientras se aprueba la Ley para evitar el cierre del gobierno. En España Nuñez Feijóo perdió la votación de investidura del gobierno y comienzan las negociaciones de Sánchez para obtener mayoría. Ecuador entra en la última etapa de campaña para la elección presidencial entre Luisa González y Daniel Noboa. El grupo puebla realizó su IX encuentro con el eje puesto en la integración, la justicia social y la acción frente al cambio climático.

Por Federico Montero y Pablo Macia

Biden y Trump intervienen en la huelga automotriz en Estados Unidos

El sindicato de trabajadores automotrices de Estados Unidos, United Auto Workers (UAW) que congrega a 150.000 obreros, ha iniciado una huelga por aumento salarial y condiciones de trabajo desde el 15 de septiembre, en la que caducó el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) vigente.

Los principales reclamos de las medidas de fuerza, que por primera vez se producen simultáneamente en las fábricas General Motors, Ford y Stellantis (Chrysler) consideradas las tres grandes de Detroit, se basan en un aumento salarial del 40% en 4 años, con un 20% inmediato y un 5% adicional durante los próximos 4 años de vigencia del CCT. El presidente del UAW, Shawn Fain, afirma que la reivindicación salarial es justa y va en la línea de los aumentos obtenidos por la dirección gerencial de las compañías, teniendo en cuenta las ganancias extraordinarias de la industria automotriz han aumentado fuertemente desde los apoyos gubernamentales a las empresas en 2008 y frente a la pandemia del covid-19. Frente a las quejas de las empresas, que manifiestan la inviabilidad de las demandas obreras, el dirigente sindical aclara que la fuerza de trabajo representa apenas entre el 4 y el 5 % de los costos de producción de los vehículos haciendo posible los aumentos salariales. Desde la parte obrera también exigen el fin de las horas extras obligatorias que comprometían a los empleados a trabajar durante meses sin descanso, y con quitas de aportes previsionales y aumentos a los jubilados del sector. Por último, reclaman el cese del trabajo temporario, que establece una fuerte brecha salarial entre los trabajadores de planta, que perciben alrededor de 32 dólares la hora, frente a 16 bajo esta modalidad.

Además de la importancia en términos de la puja distributiva de la huelga, en una de las actividades económicas más importantes del país, el conflicto también tiene fuertes implicancias políticas de cara a las elecciones presidenciales del 2024. En efecto, el conflicto compromete a los llamados estados del cinturón del óxido, que en torno a Michigan, alternan aleatoriamente entre triunfos demócratas y republicanos de acuerdo a las diversas coyunturas electorales.  Así, en las elecciones presidenciales del 2020 Michigan, Pensilvania y Wisconsin tornaron sus mayorías para darle la victoria a los demócratas. En ese contexto de disputa interpartidaria, Joe Biden participó en uno de los piquetes de huelga de la UAW, siendo la primera vez en la historia que un presidente participa directamente en un conflicto de esta magnitud. El mandatario apoyó la protesta afirmando que “Wall Street no construyó este país, la clase media construyó este país, y los sindicatos construyeron la clase media”. La intervención fue bien recibida por los sindicalistas y va en la línea de lo que Biden viene afirmando y que consensuó con Lula Da Silva en el documento defensa de los trabajadores, los sindicatos y el empleo digno, firmado hace 2 semanas en paralelo a la Asamblea General de la ONU.

En respuesta a esta intervención, el ex presidente Donald Trump, y candidato republicano con mayores chances para la presidencial del 2024, dio una conferencia en la fábrica de autopartes Drake Enterprises, para demostrar el apoyo a los trabajadores del sector automotriz. Su intervención fue rechazada por los trabajadores la UAW ya que se dio en una autopartista cuyo plantel no está sindicalizados. El líder republicano atacó a Biden por impulsar la producción de vehículos eléctricos afirmando que generarán pérdidas de puestos de trabajo, y además se manifestó en defensa de los estadounidenses frente a la amenaza de los trabajadores extranjeros.  El dirigente de la UAW, Shawn Fain, cuestionó a Trump recordando su falta de apoyo en una huelga en 2019 cuando él era presidente de la nación.

Sin embargo, las inquietudes de los trabajadores en cuanto a la transición energética son atendibles en tanto no constituyan una pérdida de derechos laborales. En ese aspecto, los sindicatos vienen reivindicando que la ley de reducción de inflación (IRA) que apoya con financiamiento estatal a la electromovilidad y a la descarbonización, contemple la preservación de los derechos laborales en estas nuevas actividades. Un reciente artículo de la economista Mariana Mazzucato toma posición sobre la huelga automotriz y vuelve a advertir sobre la necesidad exclusiva del Estado en fomentar la transición justa para enfrentar el cambio climático manteniendo los derechos laborales y la protección social.

Por último, la semana en Estados Unidos terminó distendiéndose al aprobarse en la cámara de diputados un nuevo financiamiento para evitar el cierre del gobierno. La mayoría republicana es crucial para lograr esta medida que de no darse compromete los sueldos de los empleados de la administración pública, las prestaciones sociales y alimentarias de la población y la seguridad social. Desde los sectores más conservadores del ala republicana encabezados por el congresista Matt Gaetz, interpelaron al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, de su misma bancada, por dar los votos para la continuidad del gobierno demócrata. No hay antecedentes de destitución de un presidente de la cámara de representantes, pero Gaetz amenaza con impulsar la destitución de McCarthy para condicionarlo en la interna republicana.

Nuñez Feijóo perdió la votación de investidura del gobierno y comienzan las negociaciones de Sánchez para obtener mayoría.

Confirmando todos los pronósticos, el dirigente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo perdió las dos votaciones para obtener la investidura presidencial en España. Con 172 votos (137 del PP, 33 de Vox, 1 de la Coalición Canaria y 1 de Unión el Pueblo Navarro) Feijóo quedó a 4 votos de formar gobierno, sin haber conseguido acordar con ninguna fuerza adicional luego de la elección del 23 de julio. De esta manera se consumó el fracaso de una carrera que luego de las elecciones autonómicas del 28 de mayo parecían darle un triunfo asegurado al PP para el retorno al gobierno. El audaz adelantamiento de las elecciones que impulsó Pedro Sánchez permitió reconcentrar fuerzas en torno al PSOE y las izquierdas frente a un hipotético gobierno de coalición entre el PP y la ultraderechista Vox. El intento infructuoso del PP por formar gobierno aparece así como una forma de dilatar más el margen de maniobra del PSOE para negociar con los partidos autonómicos una nueva coalición de gobierno.

Ahora es el turno de Sánchez, quien será esta semana designado por el rey Felipe VI para candidato a formar gobierno. Además de los votos del PSOE y de sus aliados de izquierda concentrados en SUMAR, Sánchez necesita a los partidos regionales de ERC, Junts per Catalunya, EH Bildu, PNV y BNG. En particular, la negociación más difícil es con los catalanes separatistas de ERC y Junts, quienes pregonan una amnistía por el referéndum de independencia de Cataluña de 2017, impulsado por el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que no fue autorizado por el gobierno central de Madrid. Además de la amnistía estos sectores también impulsan una nueva consulta sobre la autodeterminación de la comunidad autónoma.

Desde el PSOE, aunque manifestaron no ceder frente a estas exigencias aseveran que las condiciones para alcanzar un acuerdo están dadas, y esperan poder alcanzar un acuerdo para la segunda quincena de octubre. Los tiempos apremian y hasta el 27 de noviembre es el límite para evitar una nueva elección parlamentaria.  

Ecuador entra en la última etapa de campaña para la elección presidencial entre Luisa González y Daniel Noboa.

Este domingo se llevó adelante el debate presidencial entre la dirigente correísta Luisa González (Revolución Ciudadana) y el empresario Daniel Noboa (Alianza Acción Democrática Nacional) de cara a las elecciones del 15 de octubre para completar el periodo (2021-2025) del actual gobernante, el derechista Guillermo Lasso.

En cuanto al eje económico, Noboa prometió medidas liberales como la deducción de impuestos a empresas que generen nuevos empleos en particular para los jóvenes, y la atracción de inversores externos. Mientras tanto González hizo eje en el impulso de créditos productivos para reactivar la economía local y reducir en un 30% las exenciones tributarias que no son eficientes. Ambos candidatos advirtieron la necesidad de enfrentar el cambio climático y las consecuencias de la corriente del niño con mayor infraestructura y servicios de salud, y apoyo a las comunidades más vulnerables en la crisis climática.

Frente al eje seguridad, la candidata González hizo hincapié en combatir la corrupción y transparentar el sistema de justicia (denunciando el lawfare y la persecución judicial) a la par de que se manifestó por reequipar a la policía nacional para recuperar el control de puertos aeropuertos y cárceles. También se manifestó por bajar los niveles de delincuencia enfrentando a la pobreza y brindando opciones de desarrollo personal más que por vías punitivas. Mientras tanto, Noboa reivindicó un mayor control militar en las fronteras y una fuerte presencia policial en todo el territorio. La inseguridad es un tema central en Ecuador, que ha venido creciendo con las políticas neoliberales de Guillermo Lasso y sus vínculos con redes de corrupción y mafias abroqueladas en el Estado. El hacinamiento en las cárceles y el control de las bandas del narcotráfico de las mismas, han generados motines y reiterados hechos de violencia. El más grave de todos fue el magnicidio del candidato Fernando Villavicencio. Estos hechos de violencia sumados a la respuesta autoritaria de Guillermo Lasso han sumido al país en un permanente estado de excepción en las cárceles y en diversas regiones del país.

Es en ese contexto de desánimo y apatía que surgió como contrincante de la Revolución Ciudadana (que vienen en ascenso desde las elecciones regionales de febrero del 2023) la figura del empresario Noboa, que ha gastado grandes sumas en posicionarse en las redes sociales y que aparece como un “outsider” de la política. Si bien González cuenta con el primer lugar obtenido en la primera vuelta y vienen creciendo, la elección continúa abierta dado que alrededor del 20% de los encuestados todavía se mantiene indeciso. Así, las próximas dos semanas serán decisivas en el desenlace electoral del 15 de octubre.

El grupo puebla realizó su IX encuentro con el eje puesto en la integración, la justicia social y la acción frente al cambio climático.

El  Museo Internacional del Barroco fue la sede del IX Encuentro del Grupo de Puebla que se desarrolló durante la semana bajo el lema “En unidad avanzamos”. El espacio iberoamericano de referentes populares, de izquierda y progresistas cumple 4 años de su creación  en 14 de julio de 2019. En esta edición se hicieron presentes los expresidentes Ernesto Samper (Colombia), Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Manuel Zelaya (Honduras), Leonel Fernández (República Dominicana) y José Luis Rodríguez Zapatero (España) y participaron la vicepresidenta de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, la canciller mexicana Alicia Bárcena, la Coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en México, Claudia Sheinbaum.

Entre los ejes centrales del encuentro se trabajo sobre la creación de una moneda común, un nuevo multilateralismo, la convergencia de sus organismos de integración subregional, el nuevo modelo solidario de desarrollo, la transición energética y la inserción del continente en el Sur global a través de espacios como el del BRICS. Los expositores coincidieron en la expresión realizada por Rafael Correa acerca de que “no vivimos épocas de cambios sino un cambio de época”, destacando la necesidad de reorganizar una segunda ola progresista combatir el hambre, los bloqueos económicos, la crisis climática y la desglobalización.

Los oradores coincidieron en que los gobiernos populares y progresistas de la región tuvieron un reflujo que se expresó con gobiernos de derecha como los de Macri, Bolsonaro y Trump, donde los progresismos dejaron de estar en contacto. Los bloqueos brutales a Venezuela y Cuba, los golpes de Estado en Bolivia y la persecución política y judicial en Brasil, Ecuador y Argentina fueron algunos de los hechos más aberrantes de esa avanzada de la derecha. Sin embargo, hay una nueva ola de gobiernos progresistas que deben unirse en condiciones más adversas pero en una región en disputa. De allí que la unidad y la integración se hagan hoy mas necesarias como posibles para el desarrollo de los pueblos.

El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, manifestó esta nueva etapa como el irreversible progreso que deja atrás el sistema unipolar, la globalización neoliberal y la dominación hegemónica de Estados Unidos. Frente a ello se asoma un nuevo orden multilateral, con protagonismo de los no alineados, el Grupo de los 77 y China, los BRICS y una nueva arquitectura financiera alternativa a las imposiciones del FMI y el Banco Mundial.

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