Por Pilar Rosas
México atraviesa un momento crucial en su vida política: los resultados de la contienda electoral definirán no solamente un hecho histórico al hacer que México tenga , tal vez, una presidenta, sino también que esos comicios definirán la continuidad de un proyecto de nación en curso o ,por el contrario, la implementación de políticas que representen un retroceso para las reformas estructurales y los mega proyectos impulsados por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por una parte, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), decidió respaldar a la panista Xóchitl Gálvez para encabezar la candidatura por el Frente Amplio por México, quien en la contienda interna ganó las encuestas públicas por teléfono y presenciales con un 57.5% frente al 42.2%, frente a la veterana priista, Beatriz Paredes.
Para completar el cuadro, el ultraderechista, Eduardo Verástegui se regisrtó ante el Instituto Nacional Electoral (INE), para aspirar a la candidatura independiente para la presidencia de México, sin embargo, esta iniciativa no es nueva ni la primera, aún cuando el candidato afirma que llegar a la presidencia no es su deseo personal, sino “la voluntad de Dios”. Desde su pasado como actor, hasta su nueva faceta como político, este personaje estuvo demasiado cercano a grupos ultraderechistas con presencia en México y Estados Unidos, el referente del movimiento ultraconservador “Viva México” organización que dicho sea de paso es impulsora de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en nuestro país – mantiene vínculos con figuras como Donald Trump y el argentino ultraconservador, Javier Milei, precandidato presidencial.
¿Qué tienen en común estas dos candidaturas? Vamos por partes
Ambas comparten el deseo común de dar un viraje al timón en cuanto a las políticas implementadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, muy a su estilo y en algunos casos, el viraje representaría un revés para las luchas ganadas en materia de aborto, derechos de la comunidad LGTTTIQ+.
En el caso de Xóchitl Gálvez, ya estableció compromisos con los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CEE), entre los cuales destacan; la atracción de inversión extranjera, la certeza jurídica a través de instrumentos legales que permitan una mayor inversión de empresas privadas en sectores estratégicos, siendo estos últimos, el principal obstáculo para la consolidación de la cuarta transformación que promueve el presidente Obrador.
Por otra parte, en esta percepción política de que solo existen dos grandes contendientes, se ha escapado del ojo público que, en caso de que Verástegui logre recolectar las firmas equivalentes al 1% de la lista nominal (al menos 961.435 apoyos en, mínimo, 17 estados de todo el territorio nacional) dejaría en evidenci algo que para nadie es un secreto en este país; el gran poder que la iglesia y los grupos conservadores aún tienen para incidir en la construcción del proyecto de nación y los y las candidatas que lanzan para consolidar sus intereses.
Tiempo al tiempo.