Por Florencia Tursi Colombo
El próximo 4 de septiembre los/as chilenos/as serán convocados/as a las urnas para plebiscitar la Nueva Constitución. Deberán elegir entre el “Apruebo” o el “Rechazo”. Pero hay incertidumbre. El clima de entusiasmo inicial se desvaneció y el rechazo tiene ahora chances de imponerse.
¿En qué consiste la Nueva Constitución?
La nueva Carta Magna redactada por la Convención Constitucional consiste en 388 artículos y 56 disposiciones transitorias. La misma es fruto de 12 meses de trabajo de la Convención Constitucional.
La Convención Constitucional fue la asamblea elegida por el pueblo en abril del 2021. Fue una asamblea heterogénea, conformada por independientes y representantes de distintas fuerzas políticas.
No hay forma de comprender la Nueva Constitución por fuera de lo que fue el estallido del 2019, cuando los/as jóvenes, estudiantes, trabajadores/as salieron a las calles a reclamar por mejores condiciones. Fue allí, en ese marco, en donde fue creciendo el rechazo a la constitución vigente y el pedido de una nueva Constitución.
En un artículo anterior señalamos que la Nueva Constitución nació de un proceso democrático y su aprobación depende del voto del pueblo. La Nueva Constitución amplía la democracia y busca saldar deudas históricas del Estado chileno.
Asimismo, señalamos que lo democrático atraviesa todo el texto. En su artículo 1° establece que: “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico”. Asimismo se postula que “su democracia es inclusiva y paritaria” (art. 1). Postula un Estado que promueve una igualdad reconociendo la diversidad y las disidencias sexuales y de género (art. 6). Busca reparar la deuda histórica de Chile con los Derechos Humanos (art. 22 y 23) y con los pueblos originarios. Declara la “libre determinación” de los pueblos y naciones indígenas, su derecho a la “autonomía; al autogobierno; a su propia cultura; a la identidad y cosmovisión; al patrimonio; a la lengua” y a sus tierras (art. 34, 234 y 235). Y establece escaños reservados para pueblos y naciones indígenas (art. 162), entre otros derechos.
Una fecha simbólica
La fecha no es ingenua. La elección del 4 de septiembre como fecha del plebiscito coincide con la fecha de la elección que selló la victoria de Salvador Allende en 1970.
El plebiscito no sólo aprobará o rechazará la Nueva Constitución sino que también desarmará o continuará vigente la actual constitución sancionada por la dictadura de Pinochet que derrocó sangrientamente a Allende e impuso el modelo de desigualdad que tiene Chile hoy.
¿Aprueba usted el texto de Nueva Constitución propuesto por la Convención Constitucional?
Con esa pregunta se le consultará al pueblo sobre el Apruebo o el Rechazo a la Nueva Constitución.
La votación, conocida como el “plebiscito de salida”, será obligatoria para los/as chilenos/as mayores de 18 años que residan en el país. Lo que es una novedad para el país ya que el voto no suele ser obligatorio. En total, 15 millones de chilenos/as están habilitados/as para votar.
Pero hay incertidumbre. El clima de entusiasmo generado en el “plebiscito de entrada” del 25 de octubre del 2020 en donde el pueblo aprobó con un 78,27% la convocatoria a una Convención Constituyente para redactar una nueva Constitución, se desvaneció y el rechazo tiene ahora chances de imponerse.
En las últimas semanas se ha dado un crecimiento del Rechazo. La última encuesta de Cadem, del 19 de agosto, indica una intención de voto del 37% por el Apruebo y un 46% por el Rechazo, mientras que un 17% aún no se ha decidido.
La campaña estuvo atravesada por distintas fake news que se fueron tejiendo en torno a lo que supuestamente dice la Constitución o lo que podría llegar a generar la aplicación de ciertos artículos. Se tergiversó y se inventaron artículos para desacreditarla.
Hubo voces de apoyo y de rechazo también desde otros países. Por ejemplo, la revista británica The Economist rechazó la nueva Constitución chilena, la calificó como “un desastre”, “absurdamente larga” y “excesivamente progresista”. Mientras que por el apruebo se expresó en la última semana el actor Mark Ruffalo quien desde su cuenta de Twitter expresó: “Todos los ojos y la esperanza están puestos en Chile”.
¿Cómo llega el gobierno de Boric al plebiscito?
El gobierno de Gabriel Boric se encuentra en su momento más bajo de popularidad. Según la encuestadora Cadem un 37% aprueba la gestión de Boric, mientras un 56% la desaprueba. Esto es 10 puntos menos de aprobación que en marzo.
Sin dudas, la valoración del gobierno de Boric juega dentro del plebiscito. La caída de su imágen coincide con el aumento de la preferencia de voto al rechazo.
Esta semana se dio la primera renuncia en el gabinete. La Ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega renunció producto del escándalo generado por una llamada realizada por una asesora suya al líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul quien había convocado a organizar una resistencia armada frente al estado intermedio de emergencia que el presidente Boric analizaba decretar en la Macrozona Sur de Chile. Actualmente, Llaitul se encuentra detenido por hurto de madera, usurpación y atentado contra la autoridad.