El pasado domingo 28 de febrero se llevaron a cabo las elecciones para la Asamblea Legislativa, los Concejos Municipales y el Parlamento Centroamericano en El Salvador. Desde el Observatorio del Sur Global realizamos un nuevo informe electoral para analizar los resultados y reconfiguración del escenario político en el pais..
El oficialismo ganó la mayoría en la Asamblea Legislativa. Aunque con una baja participación electoral. De los/as 5,3 millones de salvadoreños/as habilitados/as para votar sólo ejercieron el voto 2,7 millones, una participación del 51% del padrón.
La Asamblea Nacional
El partido Nuevas Ideas del presidente Nayib Bukele obtuvo la mayoría de los/as diputados/as en cada uno de los 14 departamentos del país, dando como resultado 56 curules de los 84 que se disputaban en la Asamblea para el período 2021-2024.
Por su parte la Alianza Republicana Nacionalista, ARENA, baja de 37 a 14 curules, mientras que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, pasa de 13 a 4 curules en la Asamblea Legislativa.
Asimismo la Gran Alianza por la Unidad Nacional, GANA, el otro partido que respalda a Bukele y con el cual obtuvo la presidencia en 2019, bajó de 10 a 5 representantes en la Asamblea.
El resto de los curules se reparten entre partidos más pequeños, el Partido Concertación Nacional obtuvo 2 curules, el Partido Demócrata Cristiano 1, al igual que los partidos debutantes Nuestro Tiempo y Vamos, con 1 curul cada uno.
Los Consejos Municipales
Respecto a la elección de los Consejos Municipales, Nuevas Ideas también obtuvo la mayoría de los municipios. De un total de 262 Consejos Municipales, el partido de Bukele obtuvo 137, entre ellos, ganó 18 de los 19 municipios de San Salvador. Mientras que ARENA logró 41 de los Consejos Municipales, el FMLN obtuvo 31 y GANA 32.
El Parlamento Centroamericano
Nuevas Ideas también obtuvo la mayoría de los delegados al parlamento regional. De los 20 representantes de El Salvador, 14 pertenecerán a Nuevas Ideas, 3 a ARENA, 1 al FMLN, 1 para GANA y 1 para Concertación Nacional. Esto le permitirá a Bukele proyectar su idea de nueva política regionalmente.
De bipartidismo a partido hegemónico
De esta manera, Nuevas Ideas se consolida como la principal fuerza política del país, rompiendo con la hegemonía bipartidista entre el FMLN y ARENA que se estableció luego de los Acuerdos de Paz firmados en 1992. Dicha ruptura, de un sistema político de dos partidos, se inició en 2019 con la llegada de Bukele a la presidencia. Sin embargo, Bukele no contaba con mayoría en la Asamblea. Con estos resultados ARENA y el FMLN merman su poder en la Asamblea Nacional en pos de una unión de poder entre el legislativo y el presidente “millennial”, como suelen llamarlo por su juventud y el uso que hace de las redes sociales.
Desde el FMLN mostraron preocupación al observar que los resultados electorales apuntan a una mayor “concentración del poder” en manos de Bukele, ya que con la nueva Asamblea, el presidente a través de su partido Nuevas Ideas junto con algunos aliados, podría conseguir una mayoría calificada lo que le permitiría, por ejemplo, posponer una elección presidencial y suspender las garantías constitucionales. También le sería muy fácil nombrar al fiscal general, el procurador de derechos humanos, el procurador general y cinco de los 15 magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
Sin embargo, Bukele mantiene una alta popularidad, cercana al 80%, incluso durante el 2020, cuando inició la pandemia y el PIB del Salvador cayó 7,5% según estimaciones del Banco Central. También se calcula que, por el gasto extraordinario del año pasado, que incluye un plan de seguridad con el objetivo de militarizar los barrios, la deuda pública alcanzó el 86% del PIB.
Concentración personal del poder
El discurso de transformación de la política salvadoreña, sumado al alto nivel de abstención y desmovilización, le han permitido a Nayib Bukele tomar control, primero, del ejecutivo y, ahora, del legislativo. La posibilidad de nombrar un tercio de la Corte Suprema también podría darle control sobre el poder judicial. Teniendo en cuenta el antecedente del 9 de Febrero de 2019, cuando el presidente irrumpió acompañado del ejército en el Parlamento para forzar la aprobación de una ley, no es un buen prospecto para la democracia salvadoreña.
Tal es la impunidad con la que se ha movido Bukele durante la campaña, que ahora está siendo investigado por llamar a votar por su partido durante el mismo día de elecciones, rompiendo la veda electoral.
Pero esta concentración de poder también elimina la mayor ventaja con la que ha contado el gobierno de Bukele, la excusa del bloqueo parlamentario de sus iniciativas. Lo que queda de su período, del cual no tiene reelección, será plena responsabilidad de Nuevas Ideas – ya sea un éxito o un fracaso.