El área de Opinión Pública del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) realizó una encuesta nacional en Perú durante el mes de noviembre para analizar la situación social y política en este momento de inestabilidad y crisis que se recrudeció con la destitución de Martiz Vizcarra por parte del Congreso.
Recordemos que a la destitución de Vizcarra le siguió el fugaz paso por 5 días de Manuel Merino y la asunción de Francisco Sagasti, completando una semana con tres presidentes. Todo esto en medio de una profunda crisis económica y fuerte movilización social, con cientos de heridos y al menos dos muertos producto de la represión policial.
Desde el Observatorio del Sur Global recomendamos el informe realizado por CELAG y analizamos aquí abajo algunos datos que se desprenden del mismo. Queda claro que de cara a las elecciones programadas para abril del año que viene quien se haga cargo del Poder Ejecutivo deberá encarar un proceso de grandes cambios políticos para reconstruir la estabilidad social y económica.
Crisis política y situación nacional
Al momento de seleccionar las palabras que expresen el momento de la situación política en Perú, el 87,7% de las y los encuestados eligieron entre la incertidumbre, el temor y el enojo. Esta situación de inestabilidad política también le brinda amplia legitimidad y aprobación a las protestas y movilizaciones por parte del 78,9%.
Entre los problemas a resolver por el próximo gobierno la economía junto al empleo y la corrupción aparecen como las principales urgencias identificadas. Sobre el aspecto económico también más del 50% afirma haberse endeudado por cubrir gastos durante la crisis desatada por la pandemia.
Actores sociales y temas de agenda nacional
Otro de los datos llamativos de la encuesta es la amplia aceptación a posibles cambios en la Constitución. El 67,5% cree que una nueva Constitución podría acabar con los conflictos que se dieron en el último tiempo entre el Poder Ejecutivo y el Congreso. Si tomamos en cuenta quienes afirman que Perú necesita una nueva Carta Magna y quienes sostienen que son necesarias algunas reformas a la Constitución actual, ese porcentaje se eleva al 89, 4%.
En la evaluación de los actores sociales nacionales, quienes obtienen una mayor opinión positiva son los pequeños empresarios y comerciantes (85,3%) junto a los profesores y maestros (80,8%). Este no es el caso para otros actores que obtienen un gran porcentaje de opinión negativa: la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (50,6%), el Gobierno de Estados Unidos (58,7%), las clínicas privadas (67,5%) y los bancos (69,5%). El rechazo a los “grandes empresarios” se confirma en la encuesta ya que el 83,7% cree que no son honestos, el 57,5% afirma que no son eficientes y el 77,1% entiende que no están comprometidos con el país.
En relación a la posibilidad de crear impuestos especiales a las grandes fortunas (un tema en agenda a nivel regional y global producto de la pandemia) el 73,2% de los encuestados y encuestadas sostienen que sería una medida correcta para Perú.
Mapeo político e ideológico
Profundizando en la legitimidad de posibles políticas futuras y cambios venideros, la encuesta señaló diferentes medidas para saber el grado de aprobación. La posibilidad de un ingreso básico universal (otro gran debate retomado a principios de esta pandemia) tiene la aceptación del 52%. El 75,7% entiende que sería mejor que el Estado administre los recursos naturales frente al 20,2% que prefiere al sector privado. Un consenso igual de amplio entre los encuestados tiene la democracia frente a cualquier otra forma de gobierno (75,5%).
Al dato del rechazo a los grandes empresarios y la aprobación de impuestos especiales a las grandes fortunas, se suma un fuerte rechazo al discurso meritocrático. El 75,9% de los y las encuestadas creen que los ricos son producto de la corrupción o gracias a la herencia familiar y solo un 19% cree que lo son gracias a su esfuerzo y habilidad. En sintonía con estas afirmaciones, el 74,4% entiende que las diferencias de ingreso son injustas y no tienen en cuenta el esfuerzo que hace cada uno.
Clima preelectoral
A pesar de la crisis política e inestabilidad institucional el 62% cree que las próximas elecciones, programadas para el 11 de abril de 2020, serán una oportunidad para mejorar lo que no funciona. El saldo negativo para la actual dirigencia política es que ninguno de los posibles candidatos planteados por la encuesta de CELAG baja del 65% de rechazo.