Por Jesús Ruiz Martínez
El Tren Maya es uno de los principales megaproyectos del gobierno del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador y cuyo objetivo es impulsar el crecimiento turístico y económico de una de las zonas más olvidadas del país, el Sureste mexicano. Según datos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) abarcará cinco estados: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, teniendo un recorrido total de 1,554 Km y pasando por 40 Municipios y 181 localidades. Contará con 20 estaciones y 14 paraderos y estará conformado por 42 locomotoras y 219 vagones construidos por manos mexicanas y con tecnología de última generación.
El Tren Maya es un proyecto ambicioso que pretende darle mejor calidad de vida a la población del sureste de México, aprovechando las bellezas naturales de esa zona, facilitando el recorrido al turismo nacional e internacional que llegan a las costas del Caribe. A través de 62 recorridos turísticos, donde podrán conocer y visitar zonas arqueológicas como Chichen Itzá, Uxmal, Calakmul, Edzna y Palenque, 28 comunidades rurales, 14 pueblos mágicos, 6 lugares considerados como Patrimonio Mundial de la Humanidad, 18 locaciones indígenas, entre otros, según información de FONATUR.
Los ejes del proyecto según la página oficial del Gobierno de México son:
Turistas y pasajeros
El Tren Maya ofrecerá servicios de transporte para pasajeros, turistas y carga de manera más eficaz y eficiente. Ayudará a liberar la carga vehicular en las carreteras, lo que reducirá emisiones contaminantes.
Vías férreas
Para minimizar el impacto ambiental y social, el 95% de la ruta pasará por infraestructura ya existente (derecho de vía): vías de ferrocarril, carreteras y líneas eléctricas.
Economía
El proyecto busca reactivar la economía de la península a partir de un ordenamiento territorial integral y planificado que integre nuevas áreas de oportunidad.
Estaciones
Las 16 estaciones conectarán a las comunidades para crear polos de desarrollo, lo que generará comercio, turismo sustentable y bienestar.
El compromiso del presidente Ande Manuel López Obrador es inaugurar el Tren Maya en diciembre de 2023, aunque desde sus inicios este proyecto tuvo no pocas complicaciones debido a que algunos colectivos ambientalistas se oponían a la construcción de dicho proyecto. En diciembre del 2022 la ONU advirtió que el Tren Maya podría “poner en peligro los derechos de los pueblos indígenas y otras comunidades a la tierra y los recursos naturales” y también señaló que se debe “respetar el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas.”. Sobre el tema, el Gobierno de México, en su campaña sobre el Tren Maya enfatiza que “El proyecto prioriza el cuidado ambiental. Por ello, realizará las Manifestaciones de Impacto Ambiental donde no existen las vías férreas y aplicará medidas de compensación y mitigación para resguardar el patrimonio ambiental y cultural de la zona.”
El presidente López Obrador, declaró la construcción de la obra como asunto de seguridad nacional y bajo este título es que se pudo continuar con la obra y el pasado sábado 8 julio llegó el primer convoy de cuatro vagones a Cancún los cuales fueron recibidos por el presidente Obrador y la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, para iniciar los trabajos de prueba. El presidente de México en su acostumbrada conferencia de prensa matutina, aseveró que en México “el desarrollo debe ser horizontal, ya que en el pasado no hubo desarrollo, lo que hubo fue crecimiento económico, creció el norte y creció el centro, pero no fue parejo, el sur y Sureste decreció, por eso la importancia del proyecto del Tren Maya, en la actualidad llegan 30 millones de turistas a Cancún y con el Tren Maya se pretende captar el 10 por ciento de esa afluencia turística”.
Los megaproyectos ferroviarios son iniciativas de mucha inversión y de mucho cuidado, en la experiencia internacional varias de estos proyectos fracasaron o terminaron fuertemente subsidiados por el gobierno federal por no poderse mantener por si solos, no obstante, el Tren Maya es uno de los proyectos en los que más confía el presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo cual sigue muy de cerca su proceso y desarrollo. La región beneficiada ve en esta construcción una gran oportunidad para disparar su crecimiento, por lo cual comunidades indígenas y parte de la sociedad civil se involucraron en este proceso de construcción y participan activamente.
