El domingo pasado hubo elecciones en Chile para elegir al Consejo Constitucional que deberá discutir y aprobar el texto de la nueva Constitución. La extrema derecha de Kast ganó la elección y tendrá 23 representantes. Así se inicia una nueva etapa, luego del rechazo al proyecto constitucional del año pasado que era centralmente de izquierda, se pasó a un ciclo en donde la derecha tendrá el protagonismo.
¿Qué es el Consejo Constitucional?
El Consejo cumple el rol de la anterior Convención pero con la diferencia de que no trabaja desde cero sino desde la propuesta que elaboró previamente una Comisión Experta designada por el Congreso.
Asimismo, el Consejo deberá conducir la participación ciudadana que se hará a través de una plataforma para presentar iniciativas y una consulta para comentar el borrador.
Después del rechazo a la Constitución presentada el año pasado, se inició este año un nuevo proceso constituyente que se diferencia del anterior por tener 3 instancias. La primera fue la que inició la Comisión Experta elegida por el Congreso en marzo con la elaboración del anteproyecto. La segunda instancia es la que inició el domingo con la elección del Consejo y la tercera es la del Comité Técnico de Admisibilidad que garantiza la legalidad del proceso. El desarrollo concluye con un plebiscito de salida que se hará el 17 de diciembre con el objetivo de que el pueblo vote, al igual que el año pasado, su Apruebo o Rechazo.
El Consejo estará compuesto por 50 personas, 25 hombres y 25 mujeres, elegidas por el pueblo a través del voto que se hizo el domingo pasado.
Participación
La participación fue alta, del 84,9%. Aunque fue menor a la participación del plebiscito de salida (86%) que rechazó el anterior proyecto. No obstante, fue mayor a la participación de la elección para los anteriores constituyentes, en 2021, en donde hubo participación del 43,5%, la diferencia es que en esta oportunidad la elección fue obligatoria, mientras que en la anterior no lo era.
Ganó la extrema derecha
El Partido Republicano, del ultraderechista José Antonio Kast, obtuvo el 35,6% de los votos en la elección y tendrá 23 consejeros constituyentes. La otra lista de derecha, más tradicional, que logró meter consejeros es Chile Seguro, compuesto por la Unión Demócrata Independiente, Renovación Nacional y EVOPOLI.
En cuanto al oficialismo, la lista Unidad para Chile que agrupa a la coalición Apruebo Dignidad sumando al Partido Liberal y al Partido Socialista logró el 29% de los votos y tendrá 16 consejeros constituyentes.
Las listas que no lograron bancas en el Consejo Constitucional fueron: el Partido de la Gente de Franco Parisi, y Todo por Chile integrada por el Partido Por la Democracia, la Democracia Cristiana y el Partido Radical.
En esta oportunidad no hay candidatos independientes ya que no se permitieron candidaturas por fuera de las listas de los partidos. Dato importante a tener en cuenta ya que parte del desprestigio de la Convención que hizo la Constitución del año pasado era su composición de independientes que llevó a cuestionamientos personales a algunos integrantes y a sus trayectorias, sumado a la poca y mala comunicación sobre los debates que se estaban llevando a cabo. Aunque hubo algunos independientes que negociaron sus candidaturas con partidos políticos, pero no lograron ganar.
De izquierda a derecha
El crecimiento de la extrema derecha en Chile es la contracara del crecimiento de las expresiones progresistas y de izquierda que desde el 2019 se fueron dando. Kast ganó mayor terreno en la escena política como respuesta conservadora frente al avance de la izquierda, la crisis de representación y las movilizaciones.
El estallido del 2019 generó una crisis política tal que fue canalizada por expresiones polarizadas. El balotaje presidencial del 2021 entre Gabriel Boric y Kast da cuenta de esta situación. De hecho, en la primera vuelta de las presidenciales se había impuesto Kast, por una mínima diferencia, luego Boric en la segunda vuelta, con una buena campaña, cambió ese escenario. Cabe aclarar que Boric no era el más radicalizado hacia la izquierda, sino que, por el contrario, era el candidato más moderado de aquel sector.
En paralelo al nuevo gobierno de izquierda (o centro izquierda), se había votado y se encontraba funcionando una Convención Constituyente que a mediados del año pasado presentó el proyecto de una nueva Constitución que fue plebiscitado en septiembre. Pero el Rechazo de aquel proyecto se impuso con el 61,8% de los votos.
En aquel momento analizamos las distintas razones que motivaron el Rechazo y que publicamos en el artículo: “10 claves del Rechazo a la nueva Constitución en Chile”. Allí señalamos que al ser voto obligatorio, obligaba a ir a votar a sectores conservadores que tal vez se hubiesen abstenido, también la campaña de desprestigio contra la Convención y las fake news que se movilizaron, entre otros factores como el desencanto con el gobierno de Boric, la polarización que se generó y la supuesta radicalidad izquierdista de la Constitución, entre otros.
Sin embargo, aquella propuesta era una Constitución que ampliaba la democracia y buscaba saldar deudas históricas del Estado chileno. Pese a las críticas, el proyecto que se presentó era bueno en cuanto a los derechos de las mujeres y de los pueblos originarios, fortalecía la democracia y garantizaba Derechos Humanos.
En aquel artículo también reflexionábamos sobre la peculiar forma en la que en Chile se han canalizado históricamente los conflictos, no es nueva la aparición de un plebiscito como forma de expresión ante un conflicto, lo que quedaba en claro en ese momento es que los plebiscitos no solucionaron los conflictos que tiene Chile. Pero nos quedaba la esperanza de que una nueva Constitución pudiera resolver la crisis chilena. La mayoría de los/as chilenos/as reconocía la necesidad de cambio, pese a que la propuesta no fue aprobada. La pregunta que nos hacíamos era ¿qué tipo de cambios busca el pueblo de Chile? Esa pregunta aún nos hace eco ante el resultado de la elección y sumamos ¿qué tipo de Constitución busca el pueblo de Chile?
Luego del rechazo al proyecto constitucional del año pasado que era centralmente progresista, se pasó a un nuevo ciclo en donde la ultraderecha tendrá el protagonismo.
El Partido Republicano, que representa la extrema derecha en Chile, se ha manifestado en contra del cambio y en contra de una nueva Constitución, paradójicamente es el partido que tendrá mayor número de consejeros para hacer la nueva Constitución. De hecho, el Partido no participó del acuerdo previo realizado en donde se pactaron las 12 bases que deben respetarse en el proceso.
En este sentido, no se esperan grandes cambios. Por el contrario, se cree que las propuestas sean similares o profundicen la Constitución vigente, hecha por Pinochet en dictadura.
Los anhelos de una Constitución post-neoliberal parecen haberse acabado. La extrema derecha que ganó la elección podría imprimirle un sentido totalmente contrario al proyecto que se presentó el año pasado.