El domingo 25 de junio los/as guatemaltecos/as accedieron a las urnas para elegir fórmula presidencial, diputados del Congreso, corporaciones municipales y diputados del Parlamento Centroamericano. Luego de la elección se conocieron los resultados preliminares que arrojaron una mayoría de votos nulos, con el 17% y una posible segunda vuelta electoral entre Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) con el 15,69% de los votos y Bernardo Arévalo del Movimiento Semilla con el 11,8%.
Sin embargo, una semana después la Corte Constitucional suspendió la oficialización de los resultados ante un supuesto fraude. Al día de hoy, el escrutinio permanece abierto y hay incertidumbre: ¿el resultado oficial respetará la voluntad popular o la “justicia” hará trampa?
La derecha perdió y denuncia fraude
La Corte Constitucional ordenó al Tribunal Supremo Electoral que suspenda el conteo definitivo de los votos y la publicación oficial de los resultados, haciendo caso a las medidas de amparo que presentaron distintas fuerzas políticas de derecha, entre ellas el oficialismo.
La medida se basa en un supuesto riesgo de fraude. Un total de 9 partidos de centro y de derecha hicieron la presentación para que se esclarezca el resultado ante lo que consideran como una amenaza de fraude por presuntas irregularidades en la elección.
Se deben volver a contar los votos. Pero la sospecha había recaído solo en el 1% de lo escrutado, por lo que sería muy difícil un cambio del resultado parcial que se conoce hasta ahora.
No obstante, no hay una proclamación de un ganador o ganadora, por lo que aún está en duda la segunda vuelta electoral. Aunque los resultados de todos los candidatos fueron bajos, es decir que por más que se revisen los votos nadie podría proclamarse ganador en primera vuelta.
La disputa que el oficialismo plantea es por el segundo y tercer lugar de la elección. El candidato oficialista, del partido Vamos, Manuel Conde quedó en tercer lugar con el 7,8% y quiere disputarle el segundo puesto a Arévalo. Pero hay una diferencia de 200.000 votos entre Arévalo y Conde.
El movimiento Semilla denuncia que la intención es sacar al candidato Arévalo que representa a los sectores progresistas y de izquierda de la elección ya que tiene chances de imponerse en la segunda vuelta por el voto popular.
Lo que también temen es la repercusión en la conformación del Congreso, es decir que se le quiten bancas a la oposición. El Movimiento Semilla habría obtenido 23 curules, pero eso no está asegurado en el nuevo escrutinio. La elección habría conformado una legislatura fragmentada en donde ninguna fuerza política tendría mayoría, el partido oficial Vamos sería la principal fuerza del Congreso con 39 bancas y en segundo lugar la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) con 28 diputados.
El nuevo conteo de votos se está haciendo en la Ciudad de Guatemala a puertas cerradas y con una fuerte custodia policial y militar.
Se han dado distintas movilizaciones y manifestaciones en apoyo del proceso judicial y en su contra. Por un lado, “Vamos” del presidente Giammattei y otros partidos de derecha, apoyan el recuento manual de los votos ante lo que creen que son evidentes incongruencias entre las actas presentadas y los datos computados en las mesas electorales. Por el otro lado, el movimiento “Semilla” y partidos de la oposición, denuncian que la apertura de las cajas es ilegal ya que no está especificada en la ley y lo que se intenta es de sabotear la elección para impedir el acceso de Arévalo a la segunda vuelta electoral.
Lo cierto es que la suspensión del conteo de votos y nuevo recuento no podrá legalmente cambiar los resultados. De hecho, ya se revisó más del 50% de las actas y no se registraron cambios hasta el momento. 12 de los 22 departamentos completaron la revisión sin alteraciones significativas.
Hay un rechazo popular a la forma en la que se maneja la institucionalidad política en Guatemala. La medida de la Corte profundiza ese rechazo trayendo mayor sospecha en los procedimientos de la justicia.
Desde el exterior, los veedores han marcado su desacuerdo con esta medida judicial. La OEA, por ejemplo, envió nuevamente a sus integrantes para que observen en el lugar de los hechos la revisión y se espera un resultado oficial de la elección para dentro de 5 días de iniciado este nuevo recuento de votos.
