Esta semana en Bolivia se llevó a cabo el Congreso del MAS-IPSP, Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, el partido político de Evo Morales y que llevó al gobierno al actual presidente Luis Arce. El encuentro selló la ruptura entre Evo y Arce, disputa que se venía gestando entre ambos líderes por diferencias en la gestión pero que se creía que podría llegar a haber unidad. Finalmente el MAS-IPSP expulsó a Arce del partido por “traición” y proclamó la candidatura de Morales para las presidenciales del 2025.
Ruptura anunciada
El Congreso del MAS-IPSP que se desarrolló en Cochabamba expresó el enfrentamiento entre el ex presidente de Bolivia entre 2006 y 2019, Evo Morales y el actual presidente Luis Arce.
Allí se profundizó la ruptura del partido, que sigue fielmente a Evo, con Arce al proclamarse la “autoexpulsión” del presidente y del vicepresidente, David Choquehuanca, ya que no asistieron al Congreso. Se los acusa de traición al instrumento político que los llevó a ambos a ocupar sus cargos en el ejecutivo. Además se expulsaron a otras 20 autoridades, congresistas y asambleístas que integran el actual gobierno.
No asistió al Congreso ningún funcionario del gobierno de Arce, ni legisladores considerados “arcistas”. Quienes convocaron y participaron fueron los “leales a Morales” como el presidente del senado Andrónico Rodríguez y algunos gobernadores y alcaldes.
En agosto sucedió algo similar en el congreso de uno de los sindicatos que integran el MAS, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), debían elegir a un nuevo presidente pero terminaron eligiendo 2, uno que representa a Morales y otro a Arce, en medio de una situación violenta y sillazos que provocaron la intervención de la policía.
La pelea entre Arce y Morales lleva ya un tiempo, en 2021 inició la ruptura cuando el ex presidente cuestionó a algunos de los ministros designados por Arce.
La puja entre Morales y el gobierno es constante. De hecho, no es el único frente que tiene abierto Evo, también tiene disputas con el poder judicial, horas antes del congreso del partido una sala constitucional de Santa Cruz intentó suspender la convocatoria frente a un amparo presentado por la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias “Bartolina Sisa”, de Santa Cruz.
Según Morales, la pelea con la justicia se debe a que hay un plan en marcha para impedir su candidatura e inhabilitarlo ya que en el Congreso de esta semana también se eligió a Morales como presidente del partido y futuro candidato para las elecciones del 2025.
“Lamentablemente el gobierno de Lucho [Arce] y David [Choquehuanca] fue peor que el gobierno de facto [de Jeanine Añez de 2019 a 2020], peor que los gobiernos neoliberales, hasta el último momento intenta que el Congreso sea postergado, desde La Paz, desde Sucre, Chuquisaca, desde Santa Cruz. Felizmente gracias a la unidad gracias a las delegadas, delegados el congreso terminó legal y oficialmente” señaló Evo.
Arce se expresó sobre el congreso indicando su desacuerdo. Dijo que es un “atropello” a las distintas organizaciones sociales que no están siendo representadas en él. Según el actual presidente, el MAS-IPSP se distanció de las organizaciones sociales y las “despojó” de su instrumento político de participación electoral quedándose sin representación.
Anteriormente, Arce intentó apaciguar el conflicto y la división interna. A mediados de año hizo un llamado a la unidad advirtiendo que no hay que entrar en el juego de la derecha que busca la división del MAS. Pero ese llamado ya quedó en el pasado, ahora la ruptura parece irreconciliable.
Por otro lado, hasta hace poco se hablaba de la posible reelección de Arce. El actual presidente estaba armando una estructura y buscando apoyos para su segunda presidencia. Sin embargo, la ruptura con el partido plantea un nuevo escenario en donde no solo se queda sin base de apoyo y estructura sino que además tendrá un fuerte competidor como es Evo Morales.
Desde el sector de Morales señalan que es Arce el que le hace el juego a la derecha ya que su gobierno dejó de lado el programa socialista del partido y se “derechizó”. También responsabilizan a Arce por la división de las organizaciones sociales al interior del MAS porque, el presidente, se convirtió en un personaje “desesperado” en buscar apoyos para su reelección y eso exacerbó las divisiones internas.
No obstante, hay una encuesta de Diagnosis difundida por distintos medios que señala que el 80% de los militantes del MAS-IPSP están disconformes con la disputa, no apoyan ni a Morales ni a Arce sino que, de cara a las próximas elecciones, prefieren un candidato de unidad.