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La OTAN confronta a Rusia y China mientras Trump sale ileso de un atentado

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Se desarrolló la cumbre de la OTAN en Washington a 75 años de su creación con el apoyo a Ucrania y a sus aliados en el indo-pacífico frente a Rusia y China. La campaña presidencial en Estados Unidos conmovida por el intento de asesinato de Trump y los traspiés de Biden. Se desarrolló la cumbre de presidentes del Mercosur con la entrada de Bolivia como estado miembro y la ausencia del presidente argentino Javier Milei. EL ALBA-TCP realizó una cumbre en defensa del gobierno de Bolivia y los bienes naturales de la región.

Por Federico Montero y Pablo Macia

Cumbre de la OTAN a 75 años de su creación con la mira puesta en Rusia y China

Del 9 al 11 de julio se desarrolló en Washington la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en conmemoración de los 75 años de su creación, formada en 1949 por 12 países como antagonistas del Bloque soviético. Hoy la alianza se ha expandido en 6 oleadas hacia el este hasta alcanzar los 32 miembros, siendo los últimos Suecia y Finlandia que ingresaron luego de la guerra en Ucrania iniciada en 2022. Esta cumbre, atravesada por la campaña presidencial en Estado Unidos, avanzó en mayor profundidad con el apoyo a Ucrania al plantear la posibilidad de adhesión al bloque, algo que no tuvo consenso el año pasado en la cumbre de Vilna, Lituania.

En cuanto a la disputa estratégica frente a Rusia, la OTAN definió el financiamiento por 40 mil millones de euros de ayuda a Ucrania para el 2025, mientras que Estados Unidos ya anunció la entrega de la primera flota de aviones F-16, transferidos desde Dinamarca y Países Bajos. También se desplegaron centros de logística y adiestramiento militar en Alemania y Polonia. Estas maniobras sonaron como una provocación en Moscú, quien amenaza con una escalada militar que no descarta el uso de armas nucleares en caso de ver en peligro su seguridad y su existencia, de acuerdo con la doctrina militar rusa. La incorporación de Ucrania a la OTAN implicaría la virtual guerra abierta entre esta y la federación rusa, en virtud de artículo 5 del tratado que establece la defensa común en caso de ataque hacia un miembro de la coalición.

Pero más allá de la reticencia de algunos países de Europa que pagarían un costo más alto en una escalada, las naciones del viejo continente parecen cada vez más atrapadas en la dinámica impuesta por Estados Unidos. Así, ya son 23 los países de la alianza que han alcanzado el piso del 2% de su PBI en la producción de armamentos, que fijo la OTAN en 2014 pero que antes de la guerra en Ucrania tan sólo cumplían 10 naciones. La ruptura de Europa con Rusia en términos del abastecimiento de energía, alimentos y otros insumos a bajo costo sumado al esfuerzo económico orientado al apoyo a Kiev han generado descontento en sectores de la población que aún antes de la guerra venían sufriendo con políticas de austeridad y bajo crecimiento económico. Esta es una de las causas del avance de derechas conservadoras y nacionalistas que se oponen a la hegemonía globalista de los Estados Unidos con la que subordina a Europa con sus políticas neoliberales. Un eventual triunfo de Donald Trump en Estados Unidos pondría en entredicho esta visión injerencista de Washington con respecto a Ucrania.

El otro gran frente de intervención de la OTAN es el indo-pacífico, en la disputa estratégica con China, a la que definió en su doctrina militar del 2022 como un desafío. Esa concepción se fue profundizando y este año, la alianza denunció a Beijing como “facilitador decisivo de la guerra de Rusia contra Ucrania a través de su asociación sin límites y su apoyo a la base industrial de defensa de Rusia”, según palabras del secretario general Jens Stoltenberg. En la misma línea se expresaron frente a “Estados autoritarios” como Irán (que acaba de ir a elecciones) y Corea del Norte por proveer de drones y municiones a Rusia. En ese marco de desconfianza y confrontación frente a Beijing, fueron invitados a la cumbre los representantes de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, en un intento de organizar la contención frente al gigante asiático. En esa línea Estados Unidos viene avanzando en su intervención en el indo-pacífico con proyectos como el AUKUS, el QUAD y otras alianzas de seguridad que podían incorporar a la propia OTAN.

Desde Beijing protestaron por las denuncias esgrimidas en la cumbre, calificándolas de infundadas e histéricas, e hicieron un llamamiento a deponer la visión de bloques que impulsa Estados Unidos. Lo cierto es que países emergentes como China, los pertenecientes a los BRICS y otros del sur global mantienen una neutralidad estratégica frente a las potencias occidentales, lo que no implica jugar en ningún bando dentro de la guerra en Ucrania.

Lo cierto es que, en este contexto, con la OTAN como ariete de la avanzada occidental hacia Rusia y China, se agudizan las tensiones geopolíticas en un mundo en disputa entre un multipolarismo soberanista de nuevo cuño y la estrategia globalista enmarcada en el “orden basado en reglas”.

La campaña presidencial en Estados Unidos conmovida por el intento de asesinato de Trump y los traspiés de Biden.

El sábado 13 de julio, la campaña electoral en Estados Unidos se vio conmovida por el intento de asesinato del candidato Donald Trump, en un acto en el pequeño poblado rural de Butler, al oeste del Estado de Pensilvania. El atentado fue perpetrado en el momento en que Trump repudiaba el aumento de la inmigración hacia Estados Unidos, y el instigador Thomas Mattew Crooks, de 20 años, que fue abatido por el equipo de contraataque del Servicio Secreto. El disparo que rozó la oreja del candidato, le provocó una herida leve, haciendo más épica una foto en la que se lo ve con el puño en alto en señal de fortaleza con la bandera norteamericana de fondo.

La investigación sobre el móvil y el accionar del o los instigadores todavía está en curso, y el asesinato del autor material de los disparos dificulta el esclarecimiento del caso. Lo cierto es que a pesar de todas las manifestaciones de solidaridad hacia Trump provenientes de todos los sectores políticos, el clima de polarización electoral permanece como telón de fondo de esta campaña presidencial. Este lunes se desarrolla la Convención Nacional Republicana, en Milwaukee, donde se proclama formalmente la candidatura de Trump. El magnate parece salir fortalecido del atentado, en el que salvó su vida por apenas escasos milímetros. Esa misma épica va en línea con el exitismo que pregona en su campaña, caracterizada con el eslogan “Hacer a América Grande de Nuevo” (MAGA, por sus siglas en ingles).

Mientras tanto, desde el bando demócrata, más allá de los números de la gestión presidencial, continúan las preocupaciones crecientes por la salud de Joe Biden, quien en reiteradas apariciones públicas se ha mostrado atravesando lagunas discursivas y otros dislates. Esta semana se sumó un nuevo furcio al confundir al presidente ucraniano Volodimir Zelensky con Vladimir Putin en la cumbre de la OTAN, y a Kamala Harris con Trump. En las propias filas del partido ya son 17 legisladores los que plantearon que Biden de un paso al costado para oponer a un candidato más competitivo. El octogenario presidente ha tenido en bajo desempeño en el debate que mantuvo con Trump hace unas semanas. No tanto por los datos más precisos que difundió sino por algunas lagunas discursivas que atravesó, y que hacen dudar al electorado propio y causa mofas en el ajeno. Pero la definición hasta el momento es que el actual presidente tiene la fuerza necesaria para afrontar esta nueva campaña hasta el 5 de noviembre y un eventual segundo mandato de cuatro años.

Bolivia entro al MERCOSUR mientras Milei estuvo ausente en la Cumbre Presidencial

El pasado lunes 8 de julio se llevó a cabo la 64° cumbre de jefes de estado del MERCOSUR y estados asociados, desarrollada en Asunción del Paraguay con el presidente Santiago Peña como anfitrión. El encuentro en el que participaron los presidentes Luiz Inácio Lula Da Silva de Brasil, Luis Lacalle Pou de Uruguay, Luis Arce de Bolivia como nuevo miembro pleno y el propio Peña, contó con el desplante del presidente argentino Javier Milei.

El mandatario boliviano, flamante integrante del MERCOSUR planteó que su país pretende ser la bisagra de integración entre el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones, avanzando en la coordinación sudamericana. Por su parte, el presidente de Uruguay, Lacalle Pou, quien recibió la presidencia pro tempore por los próximos 6 meses, planteó la necesidad de avanzar en el acuerdo Mercosur-China durante su gestión. En referencia a las declaraciones del presidente Javier Milei, que confrontó con Lula por sus posiciones políticas acusándolo infundadamente de “corrupto” a pesar de comprobarse que su condena fue amañada y arbitraria, el presidente Peña afirmó que el Mercosur debe estar por encima de las diferencias, y que las mismas se deben resolver con más integración. Por último, Lula calificó de “inmensa estupidez” la ausencia del presidente argentino, ya que no le trae ningún beneficio al país austral sino todo lo contrario, al entorpecer la relación con el bloque. En la misma línea se manifestó a favor del presidente de Bolivia luego del intento de golpe de estado del 26 de junio, en contraste con Milei que avivó las sospechas de “autogolpe”.

Brasil y Argentina son las dos principales economías del bloque, yen términos políticos Lula con su política soberanista e industrialista es el contrapunto de Milei con su política de libre mercado que él denomina como anarcocapitalista. Las desavenencias entre ambos líderes van en línea con sus gestiones económicas y políticas contrapuestas, que al parecer continuarán polarizando.

Entre los puntos de la declaración final del bloque se destacan cuestiones relativas a la continuidad de la negociación por la reducción del Arancel Externo Común (AEC) y el nuevo Régimen de Origen MERCOSUR (ROM) que simplifica la integración productiva de los estados parte y facilita el comercio intrazona. También se abordaron cuestiones de coordinación macroeconómicas, articulación entre PyMES, el Fondo de Convergencia del Mercosur (FOCEM) que intenta revertir desequilibrios entre los países miembro, y una extensa agenda de cooperación.

Pero un tema central es el del Comité que regula el sector automotriz entre el bloque, en el que Argentina exporta más de la mitad de su producción a Brasil. Un cambio de reglas en este régimen puede ser nocivo para la industria argentina si se contrae el mercado brasileño en base a una relocalización de la producción. Cabe destacar que, en términos económicos, la complementación automotriz entre Brasil y Argentina fue un pilar histórico en la creación y desarrollo del MERCOSUR. Es en estos puntos concretos donde se juega parte importante del devenir del bloque más allá de las agenda de buenas intensiones presentes en los documentos.  

EL ALBA-TCP realizó una cumbre en defensa del gobierno de Bolivia y los bienes naturales de la región.

La semana pasada se desarrolló la X Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) en formato virtual con el foco en defender la democracia en Bolivia, luego del intento de golpe del 26 de junio, en defensa de los bienes estratégicos de la región y en contra de la injerencia y los bloqueos económicos impulsados por Estados Unidos en algunas de naciones que integran el bloque.

El Bloque que tiene como líderes y naciones fundantes a la Cuba de Fidel Castro y la Venezuela de Hugo Chávez y que congrega a unas 10 naciones latinoamericanas se reunión para manifestar el apoyo al presidente boliviano Luis Arce, amenazado hace unas semanas por un fallido intento de golpe de estado.

El miércoles 10 de julio el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez inició la cumbre denunciando los métodos golpistas sectores ligados al imperialismo norteamericano, y se manifestó en favor del principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados, pero en el apoyo de los gobiernos progresistas de la región. Díaz-Canel volvió a denunciar a Estados Unidos como el promotor del bloqueo económico, comercial y financiero que aqueja a Cuba desde hace años, con su política injerencista y neocolonial que se remonta a la doctrina Monroe. En ese marco inscribió el golpe militar en Bolivia de 2019, y este nuevo intento de hace dos semanas.

Por su parte el presidente Nicolás Maduro, además de manifestar la solidaridad hacia Bolivia, también describió las sanciones hacia Venezuela y los procesos de desinformación y desestabilización impulsado por Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales del 28 de julio.

La cumbre denunció a todas estas maniobras como forma de apropiación de Washington de los bienes naturales de la región: tales como el litio y el gas en Bolivia, el petróleo en Venezuela, y la riqueza y diversidad de otros recursos de la región. El documento también establece un repudio a las declaraciones del presidente Javier Milei, quien relativizó el golpe en Bolivia.

Por último, el encuentro hace un llamamiento en contra de los discursos de odio, polarización y persecución política, y continúa impulsando la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

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