Las derechas nacionalistas avanzan en las elecciones parlamentarias europeas mientras Emmanuel Macron se ve obligado a un llamado a elecciones en Francia. En la India, Narendra Modi asume su tercer mandato con un crecimiento de la oposición. El presidente Vladimir Putin utilizó la vidriera del Foro Económico de San Petersburgo para mostrar el crecimiento de Rusia. El Brasil de Lula Da Silva avanzó en su PBI para convertirse en la octava economía mundial.
Por Federico Montero y Pablo Macia
Avanza la derecha en Europa y obliga a un llamado a elecciones en Francia
Las elecciones parlamentarias europeas culminaron este domingo 9 de junio con el crecimiento de las derechas radicales y antiglobalistas en varios de los principales países del bloque. Estos avances no han puesto en jaque a las históricas coaliciones del centro europeo y todo indica que la actual presidenta de la comisión europea, Úrsula von der Leyen, del Partido Popular Europeo, revalidará su mandato con una alianza entre los Social Demócratas, los liberales y los verdes. Sin embargo, la irrupción de las derechas nacionalistas y euroescépticas ha generado crisis políticas en los principales países del bloque. Así, en Francia, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen alcanzó una aplastante victoria de un 32%, que superó por más del doble de votos al oficialismo, llevando a Emmanuel Macron a convocar a elecciones legislativas anticipadas para el 30 de junio y el 7 de julio. En Alemania la Unión Demócrata Cristiana obtuvo el 30% de los votos, mientras que el partido ultraderechista Alternative für Deutschland (AfD) obtuvo el segundo lugar con 14,2 % superando al gobernante Partido Social Demócrata de Olaf Scholz. En Austria, el partido de extrema derecha Partido de la Libertad FPOe había quedado primero en las elecciones europeas con el 25,7% de los votos, justo por delante de su gobernante Partido Popular (OeVP), que se situó en el 24,7%. En Italia, el partido de la primera ministra Giorgia Meloni alcanzó la victoria con un margen de alrededor de 5 puntos frente a los partidos del centroizquierda.
Este avance de las derechas se vio equilibrado en parte con las victorias de los socialistas en Suecia, Rumania y Malta, que junto con otros países nórdicos le dieron el segundo lugar a la Socialdemocracia en el parlamento europeo. De esta forma, el cuadro general de escaños en los 7 grupos parlamentarios quedaría conformado con el Partido Popular Europeo con 184 votos; el grupo social demócrata con 139, los liberales europeístas de Renovar con 80 (que llevan como referente a Emmanuel Macron y perdieron 20 bancas), el grupo Conservadores y Reformistas Europeos con 73 bancas (conducidos por Giorgia Meloni), el grupo Identidad y Democracia con 58 diputados (Marine Le Pen) el grupo de los verdes con 52 escaños (que perdió 20 bancas) y el grupo de izquierda con 36 votos. En este escenario, la figura de Von der Leyen podría alcanzar la presidencia de la comisión europea con 462 votos de los 720 del parlamento, en la alianza del PPE con los Socialdemócratas, el grupo Renovar, los verdes y algunos independientes, alcanzando un 64% de los parlamentarios, en comparación con el 69% conseguido en 2019.
De todas maneras, estas elecciones marcan un cambio de escenario ya que en el medio de la actual composición parlamentaria se desplegaron sucesos como el Brexit, que alejó al Reino Unido del bloque, la pandemia del covid-19, y la guerra entre Rusia y Ucrania, que transformó el panorama geopolítico de la región y los equilibrios de poder a nivel mundial. Estos sucesos han propiciado complejidades en materia de crecimiento económico vinculados a las complejidades en las cadenas de suministro, los procesos inflacionarios y la provisión de energía a bajo costo que anteriormente provenía de Rusia. Estos desafíos han provocado el malestar y el descontento de grandes sectores de la población, que ven como se ha estancado el nivel de vida en Europa, y que contribuye a la insatisfacción democrática que potencialmente permite el crecimiento de propuestas xenófobas y reaccionarias. En ese contexto, el parlamento europeo contará con importantes desafíos en su próxima composición. Por un lado, con este nuevo avance de las derechas y con la caída de los parlamentarios ecologistas, parece debilitarse el Pacto verde que caracterizó la política europea durante el último quinquenio. Las protestas de los campesinos en varios de los países de la región marcan un descontento en cuanto a las regulaciones para mitigar el impacto del cambio climático que las dejan en desventaja frente a otras regiones productoras de materias primas en el sur global. Otra cuestión de importancia será el endurecimiento de las restricciones a la inmigración ilegal, o la ampliación de la Unión Europea hacia otros países del este, incluyendo la ayuda financiera a Ucrania para afrontar la guerra contra Rusia. El desempeño de las elecciones en Estados Unidos, con un eventual triunfo de Donald Trump también será un elemento de peso para debilitar la alianza atlantista hegemonizada por Estados Unidos de la que Europa es parte, que es cuestionada por algunas de estas expresiones de derecha por subordinar al viejo continente a los intereses de Washington.
En este nuevo marco, si bien Von der Leyen cuenta con los votos necesarios para conducir la comisión europea (el poder ejecutivo de la UE) la nueva composición parlamentaria amenaza con reorientar algunas de las políticas que fueron emblema de la Unión Europea en los últimos años, tales como el apoyo a Ucrania, las políticas de género y las diversidades, las regulaciones a la Inteligencia Artificial y el combate contra las fake news de las redes sociales. Las próximas semanas marcarán la definitiva composición de los bloques parlamentarios y las posteriores definiciones en el marco de la nueva correlación de fuerzas.
Modi asume su tercer mandato en la India con un crecimiento de la oposición.
El martes pasado culminó el proceso electoral en la India, conocida como la democracia más grande del mundo con casi mil millones de electores, con la novedad de que el Partido Bharatiya Janata (BJP) del primer ministro Narendra Modi no alcanzó la mayoría absoluta para formar gobierno. En efecto, de las 543 bancas que compone el Lok Sabha, cámara baja del Parlamento indio, el BJP logró unos 240 escaños, siendo la primera vez desde 2014 que no alcanza la mayoría absoluta. En este caso, Modi requirió de la Alianza Democrática Nacional (NDA), para alcanzar 292 escaños, pasando el umbral de los 272 votos para lograr ser electo primer ministro. De esta forma, por primera vez tendrá un gobierno de coalición con aliados en el gabinete ministerial. Así, Modi va sintiendo el desgaste de una década gobernando con una agresiva política nacionalista hindú, en un país donde el 80% pertenece a esa etnia pero que se ve aquejado por problemas de inflación y desigualdad crecientes.
El primer ministro ha utilizado una fuerte campaña contra la minoría musulmana para intentar achacarle los males que generan descontento en la población, acusando a esa etnia como “infiltrados” o como “los que tienen muchos hijos”. Modi pretendía obtener más diputados que en su última elección nen 2019, en la que consiguió 303. Sin embargo, terminó perdiendo alrededor de 60 votos en el parlamento. La razón de esta merma esta dada por la gran dificultad de la población de conseguir empleo, sobre todo en el segmento de los jóvenes. La India es la economía que más ha crecido en el planeta con un 7,6% del PBI en 2023, pero el 1% más rico de la población posee más del 40% de la riqueza, generando la mayor desigualdad de su historia. Así, en contraste, Mumbai se ha convertido en la capital multimillonaria de Asia y 200 indios han entrado en la lista de multimillonarios de Forbes mientras que el 50% de la población más pobre no consigue empleos dignos y la informalidad ronda el 90%.
En ese contexto, la alianza opositora INDIA (Alianza Nacional Inclusiva para el Desarrollo de la India) liderada por el histórico Congreso Nacional Indio de Mahatma Gandhi, logró superar las expectativas al obtener unos 230 votos, lo que lo vuelve a colocar dentro de las fuerzas políticas predominantes en el país. Así, en esta nueva etapa y con una nueva relación de fuerzas, Modi deberá buscar nuevos consensos para continuar impulsando su liderazgo en un país que ha evolucionado económicamente en los últimos años pero que continúa teniendo un déficit importante en materia de distribución del ingreso y desarrollo nacional.
Putin utilizó la vidriera del Foro Económico de San Petersburgo para mostrar el crecimiento de Rusia.
Entre el 5 y 8 de junio se llevó a cabo la 27° edición del Foro Económico Internacional de San Petersburgo bajo el lema: “La base de un mundo multipolar. Formación de nuevos puntos de crecimiento”. El foro empresarial, que se celebró por primera vez en 1997, es organizado desde 2006 con el patrocinio y la participación del presidente de Rusia, contando este año con una asistencia de unas 21.300 personas de 139 países. En el discurso inaugural el presidente Vladimir Putin expresó los indicadores de crecimiento de la economía rusa y el papel del país en la geopolítica internacional. En cuanto al crecimiento, Putin afirmó que rusia aumento su PBI en 3,6% del PBI en 2023 y que el primer trimestre de este año es de 5,4%, orientado por las industrias no relacionadas con los recursos naturales. El mandatario afirmó que eso está por encima del promedio mundial de crecimiento y que el desafío de rusia es reducir la importación a un 17 % de su PBI propiciando una mayor industrialización local. También puso el eje en la ruta marítima del norte, como ruta comercial más corta entre Europa y Asia, que se extiende por el ártico y que los rompehielos rusos la pueden utilizar para acortar distancias en la logística.
Putin también destacó a los BRICS señalando que en paridad de poder adquisitivo China ya está por encima de Estado Unidos como la principal potencia económica y que la India avanzará hacia el 3° puesto. Rusia asumió la presidencia del BRICS en enero, cuando a los miembros fundadores (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se le unieron Egipto, Etiopía, Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. El bloque representa casi la mitad de la población mundial, el 40% de la producción global de petróleo y alrededor del 25% de las exportaciones mundiales. Así, remarcó el avance hacia el multipolarismo que va superando la hegemonía de Estados Unidos en el monopolio del dólar como moneda de cambio internacional. “Utilizando la posición monopolista del dólar, EEUU consume un billón de dólares al año más de lo que produce, drenando los recursos de otros países”, agregó Putin. Por ello se manifestó en favor de utilizar otros medios de pago alternativos a los instrumentos financieros de Estados Unidos.
Por último, en términos geopolíticos también se manifestó en favor de una salida negociada de la guerra en Ucrania, pero bajo las condiciones de los acuerdos de Minsk y Estambul, demostrando que no piensa ceder en la soberanía de los territorios adquiridos y en el freno a los avances hacia el este que la OTAN ha venido haciendo. En este aspecto recordó la doctrina de seguridad de Rusia que admite la utilización de armas nucleares en caso de ataques de otras naciones con la misma tecnología o en caso de peligro de la integridad y la seguridad rusa. Estas declaraciones se tornan importantes luego de que Estados Unidos permitiera a Ucrania utilizar armamento proporcionado por Washington para atacar posiciones en territorio ruso.
El Brasil de Lula Da Silva ya es la octava economía mundial.
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística de (IBGE) anunció que el PBI del país creció un 0,8% durante el primer trimestre del 2024 sobrepasando a Italia que tan sólo alcanzó un 0,3% en el mismo período. Así, Brasil se convierte en la 8° economía del mundo, algo que también confirmó el Fondo Monetario Internacional en su ranking (World Economic Outlook de abril 2024). El mismo posiciona a las 10 principales economías del mundo en esta escala: Estados Unidos (29.081 mil millones de dólares); China (18.889), Alemania (4.642); Japón (4.167); India (3.940); Reino Unido (3.549); Francia (3.156); Brasil (2.362); Italia (2.346) y Canadá (2.276). A fines del año pasado Brasil superó a Canadá y ahora continúa con Italia. De esta forma el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se anotó dos logros en un año y medio de gestión en la que mejoró la economía por encima de los pronósticos de los organismos internacionales. Además del crecimiento, los guarismos también le dan mejores resultados en la creación de empleos formales y con la menor tasa de desempleo de los últimos 10 años, alcanzando un 7,5%.
Estos indicadores marcan el acierto de las políticas expansivas que Lula impulsó desde su gobierno, revirtiendo las medidas de austeridad y de no intervención de Jair Bolsonaro. También son producto de la activa política exterior que le imprimió a su mandato, con la vuelta a los espacios regionales e internacionales más importantes como el BRICS, el G20 y la CELAC entre otras instancias de articulación internacional. Pero la política de Lula también encontró desafíos a las políticas de desarrollo económico y crecimiento productivo, en particular en la disputa con el presidente del banco central brasileño, el bolsonarista Roberto Campos Neto, que estableció una alta tasa de interés que beneficia al sector especulativo en detrimento de la producción y el trabajo. Así, Brasil tuvo en 2023 la tasa de interés real más alta del mundo con un 13,75% anual frente a una inflación del 3,26%. Este 2024 con un nuevo presidente del Banco Central se desplegará un nuevo instrumento para que Brasil pueda continuar creciendo desde el sector productivo, propiciando el valor agregado y la creación de empleo en el país carioca.