El pasado miércoles 24 se realizó el tercer encuentro en el marco del Ciclo de Formación “Repensar Nuestra América. Debates y desafíos para la acción política. En esta oportunidad el eje del encuentro fue “En el camino de la igualdad: Feminismo, antiracismo y las potencialidades de una nueva agenda de derechos” y contamos con la gran participación de Dora Barrancos y Luciana Cadahia. La coordinación estuvo a cargo de Mariana Vázquez y Zoe Lazaro Arias.
El Ciclo de Formación, organizado por el Instituto Lula, el Observatorio del Sur Global y un consorcio de universidades de la región, sigue como todo febrero con sus clases semanales de los miércoles que también se desarrollaran durante el mes de marzo. Luego de haber debatido e intercambiado sobre “Estado y Soberanía” en el segundo encuentro, en esta ocasión repensamos nuestra América desde una perspectiva feminista y latinoamericana con dos expertas argentinas en el tema como lo son Dora Barrancos y Luciana Cadahia
La investigadora, socióloga, historiadora y asesora del Presidente de la Nación Argentina, Dora Barrancos, inició su exposición en el encuentro señalando que el contexto de pandemia no inventó las desigualdades sociales y de género, sino que las recrudeció y las puso en evidencia al rojo vivo, una estructuración jerárquica que en América Latina en particular se hace más visible. Desde una perspectiva histórica aguda también destacó que las sociedades latinoamericanas desde mediados del siglo pasado han realizado una reabsorción de los feminismos, ampliando las demandas del feminismo clásico y tradicional que había luchado por la igualdad civil y política. Ponderó la importancia de distintos hitos históricos que incidieron en el cambio de agenda feminista, como la Guerra de Vietnam, la revolución cubana, los conflictos de las comunidades afrodescendientes en Estados Unidos, las dictaduras en el cono sur, la oposición a la dictadura de Pinochet en Chile, las abuelas y madres de Plaza de Mayo en Argentina, circunstancias donde las mujeres ocuparon un rol trascendental y reverberaron la demanda por la democratización.
Resaltó que a pesar de todos los avances realizados por las agencias feministas (señaló como ejemplo la participación mayoritaria de las mujeres en el sistema científico argentino), no puede haber una identificación completa de la circunstancia de “justicia social” sino se repara en las grandes desigualdades persistentes. Describió a las nuevas derechas reaccionarias como una amenaza “de viejo tono y de nuevos síntomas” que tienen el denominador común de rechazar todos los presupuestos feministas, los presupuestos de la diversidad, los presupuestos socioculturales, siendo reaccionarias contra los derechos de las mujeres y disidencias en materia sexo genérica.
La doctora en Filosofía y profesora argentina Luciana Cadahía, inició su intervención en el encuentro agradeciendo poder dialogar con Dora, a quien consideró una maestra del movimiento feminista que permite pensar en nuevos horizontes más igualitarios. Consideró a la pandemia como una crisis que dejó en evidencia el peligro de la exacerbación de la cultura destructiva con la naturaleza (y autodestructiva) que impone el neoliberalismo. Afirmó que el supuesto “salvase quien pueda” está en crisis, porque queda claro que nuestra presencia en el mundo no está garantizada y a partir de ahí surge la incertidumbre que da lugar a diferentes agendas.
En ese sentido resaltó que el feminismo no es una pelea de segundo orden como algunos sectores del campo popular han querido demostrar sino que el feminismo permite una transformación socio-simbólica, permite pensar una República de los cuidados, que “destruya todas las formas de opresión relacionadas con el patriarcado, el racismo y la desigualdad de clase”. El feminismo es el movimiento que puede imaginar y proyectar una “sociedad antipatriarcal, antirracista y anticlasista”, una feminización de la política, una institucionalidad de los cuidados. El Estado puede ser una herramienta para la emancipación, pero esa transformación sociosimbólica debe pasar por una feminización de la política, sin generar un antagonismo entre sociedad y Estado. Resaltó que es necesario reactivar todas nuestras experiencias, señalando que América Latina y el Caribe están siendo un lugar clave de inspiración para imaginar el futuro de todxs: “como militantes es muy importante que entendamos que estamos creando el futuro de la humanidad, la imaginación política de nuestro futuro”.
Sobre el crecimiento de la derecha o también llamados “discursos de odio” la profesora afirmó que podemos diagnosticarlos pero no desactivarlos ya que tienen mayor relación a la formas en que se instalan que al contenido en sí. En este sentido consideró que ante la descomposición del tejido social, algunas iglesias evangélicas vienen a recomponer el mismo, cumpliendo un claro papel retrogrado, una visión fascista ante la crisis.
Sobre el rol de la religión y su relación con la política en nuestra región estaremos dialogando y debatiendo el miércoles que viene a las 19 h en el cuarto encuentro de “Repensar Nuestra América” Toda la información para seguir el encuentro en vivo la encontrarán en nuestras redes sociales o en la página web del Instituto Lula.